Sacramentos

¡Porque somo pecadores!. O sea, pensamos y actuamos de modo contrario al Evangelio. Quien dice que no tiene pecado es un mentiroso o un ciego. En el sacramento de la reconciliación Dios perdona a los hijos que, habiendo contradicho su identidad, confiesan sus miserias y, al mismo tiempo, piden su misericordia. Puesto que el pecado de uno solo daña el cuerpo de Cristo que es la Iglesia, el sacramento de la reconciliación también tiene como efecto la reconciliación con los hermanos.

 

No siempre es fácil confesarse: no se sabe que decir, se considera innecesario dirigirse al sacerdote... Ni siquiera es fácil confesarse bien: hoy como ayer, la dificultad mayor es la exigencia de orientar nuevamente los pensamientos, las palabras y las acciones que culpablemente son distantes del Evangelio. Es necesario "un camino de auténtica conversión, que comprende tanto un aspecto 'negativo' de liberación del pecado, como un aspecto 'positivo' de elección del bien, manifestado por los valores éticos contenidos en la ley natural, confirmada y profundizada por el Evangelio. Es éste el contexto adecuado para el redescubrimiento y la intensa celebración del sacramento de la Penitencia en su significado mas profundo.
El recorrido comienza con la escucha de la voz del Dios y continúa con el examen de conciencia, el arrepentimiento, la acusación de los pecados al sacerdote, el propósito de la reparación, la invocación de la misericordia divina concedida mediante la absolución, la alabanza por el perdón recibido y la vida renovada.

 

"El que quiere la reconciliación con Dios y con la Iglesia debe confesar al sacerdote todos los pecados graves que no ha confesado aún y de los que se acuerda tras examinar cuidadosamente su conciencia. Sin ser necesaria, de suyo, la confesión de las faltas veniales está recomendada vivamente por la Iglesia". (Catesismo de la Iglesia Universal, 1493).

Examen de Conciencia
Tres reglas que te ayudarán a juzgarte con equilibrio.
1. Se comete un pecado cuando se dice expresamente a Dios: "¡No!, ¡No me importa!" Cuando el conocimiento no es pleno, el pecado no es totalmente culpable. Y cuando se ha realizado una acción sin saber la gravedad o la prohibición de la misma, no existe culpa.
2. Estás obligado a confesar todas las faltas graves. Es necesario determinar su nombre, su número y las circunstancias que aumentaron o disminuyeron la responsabilidad. (Una cosa es cometer un pecado a solas, y otra, en presencia o junto con otros compañeros.)
3. En cuanto a los pecados veniales, conviene acusarse de los más sobresalientes y de aquellos que atentan más a la seriedad de tu vida cristiana. El Señor te los perdonará todos con tal que sientas el arrepentimiento por todos ellos.

Mis Compromisos Bautismales
* Soy un bautizado: Dios es mi Padre.
- ¿He hablado un poco con El, cada día por medio de la oración verdadera?
- ¿He apreciado en todo su valor la invitación a participar en la Cena del Señor, todos los domingos?
- ¿He tomado parte de buena gana en las reuniones de oración con los demás? ¿Sin distraerme a propósito, sin molestar?
- ¿He deseado conocer mas a Jesuscristo escuchando con atención la predicación y estudiado el evangelio con empeño?
- ¿He tenido el valor de mostrarme cristiano y he trabajado para que también conozcan y amen a Cristo?
- ¿He tenido confianza en El, o bien me he desalentado, he desconfiado?

* Soy un bautizado: Los demás son hermanos míos.
- ¿Me he preocupado de alejar pensamientos y sentimientos contrarios a los demás, especialmente los de envidia?
- ¿He perdonado (MUY IMPORTANTE) en lugar de vengarme o guardar rencor, para que Dios pueda perdonarme a mi?
- ¿He evitado las palabras hirientes, burlonas, las detracciones, las calumnias?
- ¿He tenido la desdicha de dar malos consejos?
- ¿He sido respetuoso y bueno con todos, evitando riñás, cóleras, brutalidades, trampas en los juegos y deportes?
- ¿He evitado actitudes orgullosas como jactarme, despreciar a los demás, enojarme por nonadas, empecinarme en querer tener razón o en mandar siempre?
- ¿He hecho algún esfuerzo para volver mi carácter mas agradable?
- ¿Para poner a disposición de los demás lo que yo tengo o sé hacer? ¿Para prestar algún servicio?

* Soy Templo del Espíritu Santo.
- ¿He faltado de delicadez y respeto para mi cuerpo, templo del Espíritu Santo? ¿Miradas maliciosas? ¿Acciones?
- ¿Me he detenido a propósito en mirar figuras inconvenientes? ¿En pensamientos y fantasías deshonestos?
- ¿He dichoo escuchado a propósito palabras vulgares o maliciosas?
- ¿He asistido a espectáculos inconvenientes y peligrosos para mi?
- ¿Me he permitido con otros, gestos, juegos, acciones, deshonestas o gravemente pecaminosas?
- ¿Tengo la suficiente personalidad para hacerme respetar y apartarme de cualquiera que pretendiese atentar contra mi pureza?
- ¿He empujado a otros a cometer el mal?
- ¿He rezado en las tentaciones?
- ¿Me he preocupado de pedir aclaraciones sobre estos problemas a algún educador o sacerdote de confianza?

* Tengo una misión para cumplir en esta vida.
- ¿He trabajado seria y regularmente en mis tareas y deberes? ¿En clase, en mi trabajo, en mi casa?
- ¿He trabajado lealmente, sin aprovechar de la ausencia del responsable, sin copiar ni mentir?
- ¿Trabajo para prepararme para servir más tarde o quiero triunfar sólo para superar a los demás y ganar mucho dinero?
- ¿He empleado bien el dinero o lo he malgastado?
- ¿He dado muestras de obediencia, respeto, confianza y gratitud a mis profesores y superiores? ¿He tenido en cuenta sus consejos y reproches?
- ¿He trabajado para crear un buen espíritu en mi clase o sección o he favorecido la desunión?

* Dios me ha dado una familia y todo un ambiente.
- ¿He tratado de darme cuenta de todo lo que les debo a mis padres para obedecerles de corazón, para tratarlos con cariño y respeto y disminuir sus penas?
- ¿He amado y ayudado a mis hermanos y hermanas?
- ¿He favorecido la vida de la familia, tomando mi parte en los trabajos y servicios o he querido solamente aprovecharme?
- ¿He contribuído, cuando ha sido posible, al buen espíritu del vecindario y del barrio?
- En la escuela, en la familia o en otro lugar, ¿he sido honrado con respeto a los biene ajenos?
- ¿He sustraído o malogrado a propósito alguna cosa?. En ese caso ¿ he restituído o reparado?
- ¿Me he interesado, en la medida de lo posible, para participar en la vida de mi parroquia, o bien he dicho: "Es asunto de curas"?
- ¿He aprovechado las ocaciones de prestar mi servicio para el culto, las fiestas, las asociaciones y las obras parroquiales?
- ¿Me he preocupado por la miseria del mundo y para que avance el Reino de Dios entre los hombres? ¿o bien me he desinteresado de los acontesimientos de la Iglesia de la que soy miembro?
- ¿He orado por la conversión del mundo?