Isaías

La Santa BibliaLas colecciones proféticas
Me pondré en mi puesto de guardia
y me apostaré sobre el muro;
vigilaré para ver qué me dice el Señor
y qué responde a mi reproche.
El Señor me respondió y dijo:
Escribe la visión,
grábala sobre unas tablas
para que se pueda leer de corrido.
Porque la visión aguarda el momento fijado,
ansía llegar a término y no fallará;
si parece que se demora, espérala,
porque vendrá seguramente, y no tardará.
Hab. 2. 1-3.


Nosotros hemos visto confirmada la palabra de los Profetas,
y ustedes hacen bien en prestar atención a ella,
como a una lámpara que brilla en un lugar oscuro
hasta que despunte el día
y aparezca el lucero de la mañana en sus corazones.
2 Ped. 1. 19

LAS COLECCIONES PROFÉTICAS

Hacia el 750 a. C., se abre una nueva etapa y comienza la edad de oro en la historia del profetismo bíblico. Hasta ese momento, se habían conservado numerosas tradiciones sobre la vida y la actividad de los Profetas. Esas tradiciones –muchas de las cuales fueron luego incorporadas a los libros de Samuel y de los Reyes– atestiguan la extraordinaria vitalidad del movimiento profético en Israel, pero sólo ocasionalmente y como de paso hacen referencia al mensaje de estos enviados del Señor. A partir del siglo VIII, en cambio, el interés se centra más bien en la "palabra" misma de los Profetas, y así comienzan a formarse las "colecciones" que conservan su predicación fijada por escrito.

La forma más frecuente de transmisión del mensaje profético es el "oráculo" o declaración solemne hecha en nombre del Señor. Pero también se encuentran otros géneros literarios, a saber, la parábola, la alegoría, la exhortación, e incluso el monólogo, como en el caso de las "Confesiones" de Jeremías. Por lo general, los Profetas recurren al lenguaje poético. Su poesía vibrante, construida rítmicamente, está cargada de expresiones simbólicas, a fin de impresionar la imaginación de los oyentes y hacer que las palabras queden bien grabadas en la memoria.

Los oráculos proféticos comienzan casi siempre con esta frase: "Así habla el Señor". En dicha fórmula está resumida la esencia misma del profetismo bíblico. El profeta se presenta como el mensajero y el portavoz del Señor. En su boca está la Palabra de Dios (Jer. 1. 9; Ez. 31. 1). Él tiene la firme convicción de que ha recibido un mensaje del Señor y que debe comunicarlo necesariamente (Jer. 20. 9; Am. 3. 8). Esto implica que el profeta no dispone a su antojo del mensaje divino. Depende total y enteramente de Dios, que no sólo habla cuando quiere, sino que a veces parece guardar silencio y mantiene a su enviado en una actitud de espera (Jer. 42. 4-7).

Pero los Profetas no sólo hablan con "palabras". Cuando el lenguaje resulta insuficiente y poco eficaz, suelen valerse de acciones simbólicas, muchas veces desconcertantes, pero llenas de significado. Lo que pretenden con esos gestos es provocar extrañeza y llamar la atención, con el fin de sacudir la inercia de sus contemporáneos y llevarlos a la conversión. En algunas ocasiones, como en la experiencia matrimonial de Oseas, es la vida misma del profeta la que se convierte en símbolo viviente del mensaje que él anuncia.

Los Profetas eran hombres de acción. Si bien algunas veces recibieron del Señor la orden de poner por escrito una visión determinada (Is. 8. 1; 30. 8; Hab. 2. 2) o una serie de oráculos (Jer. 36. 2), sin embargo, ninguno de ellos pensó en escribir un libro. Fueron sus discípulos los que recogieron el mensaje profético, lo fijaron por escrito y formaron las colecciones incorporadas posteriormente al canon de los Libros sagrados. Esta formación progresiva de los Libros proféticos explica el "desorden" y la falta de continuidad que se advierte con frecuencia en la recopilación de los diversos oráculos.

Los Profetas aparecen siempre que Dios quiere comunicar su Palabra. Cada uno de ellos tiene su personalidad propia y su mensaje característico. Amós y Miqueas reivindican la justicia social. Isaías insiste en la importancia de la fe. Oseas proclama el inagotable amor del Señor hacia su Pueblo. Sofonías anuncia la salvación como un bien reservado a los humildes y a los pobres. Jeremías descubre y valoriza la religión del corazón. Ezequiel pone de relieve la responsabilidad personal en la relación del hombre con Dios. Pero más allá de estas diferencias, el mensaje fundamental de los Profetas es siempre el mismo: todos ellos denuncian la idolatría, la corrupción moral, el formalismo y la hipocresía; desenmascaran las falsas seguridades, defienden apasionadamente al débil y al oprimido, y por encima de todo, reclaman la fidelidad a la Alianza.

Con frecuencia, los Profetas predicen tremendos castigos, pero a la vez infunden con su palabra una inquebrantable esperanza. Al interpretar los acontecimientos a la luz de Dios, que se manifiesta por medio de los "signos de los tiempos", ellos abarcan con su mirada el pasado, el presente y el futuro. Esto les hace comprender que la meta final de la historia humana no puede ser otra que la plena manifestación del designio salvador de Dios. Pero los oráculos proféticos no son, como se piensa con demasiada frecuencia, una predicción detallada y casi fotográfica de los acontecimientos futuros. Son más bien una promesa, expresada por lo general en forma simbólica, lo suficientemente concreta como para suscitar la esperanza de Israel y lo bastante flexible como para dejar siempre abierto el desarrollo de la historia futura a la imprevisible acción de Dios. De esta manera, los Profetas prepararon la instauración del Reino mesiánico y anunciaron de una u otra forma el advenimiento de Cristo.

ISAÍAS
El libro de ISAÍAS es el más extenso de los escritos proféticos. En él se encuentran reunidos los oráculos que pronunció aquel gran profeta del siglo VIII a. C., y algunos relatos referentes a su actividad. Pero también contiene muchos otros escritos provenientes de épocas posteriores. A lo largo de varios siglos, los discípulos y continuadores del profeta trabajaron en la redacción de esta obra densa y compleja, que lleva el nombre de Isaías. En líneas generales, la obra consta de tres grandes partes, que corresponden a tres etapas distintas de la historia de Israel.

La primera sección (caps. 1-39) proviene en su mayor parte del mismo profeta Isaías, aunque también contiene algunos fragmentos de origen diverso, en especial, el llamado "Apocalipsis de Isaías" (caps. 24-27) y el epílogo sobre la actividad del profeta en tiempos del rey Ezequías (caps. 36-39).

La segunda sección (caps. 40-55) tiene un trasfondo histórico muy distinto. Cuando el Pueblo judío estaba desterrado en Babilonia, un profeta anónimo dirigió un mensaje de esperanza a los exiliados, anunciándoles su próxima liberación. Los oráculos de este profeta fueron luego incorporados al libro de Isaías, y a su autor se lo designa habitualmente con el nombre de "Déutero Isaías" o "Segundo Isaías".

La tercera sección (caps. 56-66) reúne una colección de oráculos pronunciados por varios profetas de la escuela de Isaías, cuando el "Resto" de Israel ya había regresado del exilio y trataba de instalarse nuevamente en la Tierra de sus antepasados.

A pesar de su enorme complejidad literaria, el libro de Isaías es mucho más que una simple recopilación de oráculos provenientes de épocas y autores diversos. Hay en él ciertos temas que se repiten con insistencia: la santidad de Dios, la necesidad de la fe, el "Resto" de Israel, la esperanza mesiánica, la gloria futura de Jerusalén. El hecho de que escritos tan variados hayan sido puestos bajo el nombre de Isaías atestigua la gran influencia ejercida por este profeta y la importancia de su obra. Dicha influencia se extiende incluso hasta el Nuevo Testamento. Ningún otro libro del Antiguo Testamento es tan citado como este, para mostrar que Jesús es el Mesías prometido y esperado.

Primera Parte del Libro de Isaías
Isaías era originario de Jerusalén y pertenecía a una familia de elevada posición social. Por su maestría en el uso del lenguaje poético y por su sensibilidad para los asuntos políticos y dinásticos, se puede pensar que recibió una educación esmerada, en estrecho contacto con las escuelas de escribas y "sabios" donde se formaban los funcionarios de la corte real. Comenzó su actividad profética cuando aún era relativamente joven, y continuó ejerciéndola, con períodos intermitentes, durante no menos de cuarenta años.

Hacia el año 740 a. C., una grandiosa visión en el Templo cambió por completo el curso de su vida. En ese momento se le manifestó con toda su fuerza estremecedora la "santidad" del Dios viviente. Anonadado por esta visión, Isaías tomó conciencia de su propia indignidad y comprendió hasta qué punto sus compatriotas se habían alejado del Señor. Esta experiencia es la "clave" para entender toda su misión profética.

El mensaje de Isaías está íntimamente ligado con los acontecimientos de su época. Asiria había reafirmado su poderío y trataba de formar un vasto imperio, extendiendo su dominación hasta la costa oriental del Mediterráneo. Este intento chocaba contra las ambiciones de Egipto, que no quería perder su influencia sobre Siria y Palestina. Al verse entre dos fuegos, el reino de Judá trató de conjurar el peligro mediante una política fluctuante, inclinándose alternativamente hacia uno y otro lado.

Con una tenacidad inquebrantable, Isaías se opuso a todas estas maniobras políticas. Para él, la única actitud debida ante el Dios santo que habita en Sión, es la renuncia a toda seguridad fundada en la astucia política o en la fuerza de las armas. Sólo la fe en el Señor –una fe que por momentos puede parecer absurda– puede salvar a Judá. Nada de lo que acontece en el mundo escapa a la soberanía de Dios, que dirige el destino de los pueblos conforme a un "plan" oculto, muchas veces desconcertante, pero siempre más sabio que la sagacidad de los hombres. Aún en los momentos de mayor peligro, Isaías promete a Jerusalén la liberación, con tal de que ponga toda su confianza en el Señor.

Isaías es el gran "clásico" de la poesía bíblica. Su expresión es clara, sobria y vigorosa. Pero él es, sobre todo, el más grande de los profetas mesiánicos. Su fe está profundamente arraigada en la tradición davídica. La dinastía de David ha sido establecida para siempre en Jerusalén, que no sólo es el centro de Judá y de Israel, sino el punto hacia el que convergerán todas las naciones de la tierra (2. 1-6). El Mesías anunciado por Isaías es un descendiente de David, que hará reinar la justicia y la paz sobre la tierra (7. 10-17; 9. 1-6; 11. 1-9). Sin embargo, antes de interpretar estos textos en la plenitud del sentido que les confiere el Nuevo Testamento, es preciso comprenderlos en el sentido más modesto que tuvieron en su origen, cuando Israel sólo podía vislumbrar oscuramente el imprevisible cumplimiento de estos oráculos mesiánicos en la persona y en la obra de Jesús.

ORÁCULOS SOBRE JUDÁ Y JERUSALÉN

En los primeros años de su actividad profética, la principal preocupación de Isaías es la situación moral, social y religiosa de Judá y de Jerusalén. En medio de la indiferencia generalizada –consecuencia de la prosperidad momentánea que vive el país– el profeta lucha por disipar la ceguera de sus habitantes. El Señor había plantado a su Pueblo como una "viña" y lo había cuidado con solicitud paternal. Pero esa viña no produjo los frutos que él esperaba, sino las uvas amargas de la rebeldía y la injusticia (5. 1-7). Judá se ha convertido en una "nación pecadora", en un "pueblo cargado de iniquidad" (1. 4). Sus hombres se consideran sabios e inteligentes (5. 21), pero son incapaces de reconocer "la obra de las manos del Señor" (5. 12). Son arrogantes y orgullosos, pero "se postran ante la obra de sus manos" (2. 8). Los poderosos sólo piensan en acrecentar sus riquezas, conculcando el derecho de los pobres (5. 8).

Sin embargo, el Señor es "el Santo de Israel" y no puede soportar la injusticia y la soberbia. Por eso, ya se percibe a lo lejos la amenaza del ejército asirio, que será un instrumento en las manos de Dios para el juicio purificador (5. 26-30). Mientras tanto, la sentencia divina queda en suspenso. Frente al inminente Juicio de Dios, sólo hay una posibilidad de salvación: cambiar de vida, practicar la justicia y hacer el bien (1. 16-17).
 
 
Capítulo 1: Isaías 1

Título

1 1 Visión que tuvo Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén, en tiempos de Ozías, de Jotám, de Ajaz y de Ezequías, reyes de Judá.

La infidelidad de Israel

2 ¡Escuchen, cielos! ¡Presta oído, tierra!
porque habla el Señor:
Yo crié hijos y los hice crecer,
pero ellos se rebelaron contra mí.

3 El buey conoce a su amo
y el asno, el pesebre de su dueño;
¡pero Israel no conoce,
mi pueblo no tiene entendimiento!

Invectiva contra Judá

4 ¡Ay, nación pecadora,
pueblo cargado de iniquidad,
raza de malhechores,
hijos pervertidos!
¡Han abandonado al Señor,
han despreciado al Santo de Israel,
se han vuelto atrás!

5 ¿Dónde pueden ser golpeados todavía,
ustedes, que persisten en la rebelión?
Toda la cabeza está enferma
y todo el corazón dolorido;
6 de la planta de los pies a la cabeza,
no hay nada intacto:
¡heridas, contusiones, llagas vivas,
que no han sido curadas ni vendadas,
ni aliviadas con aceite!

7 Su país es una desolación,
sus ciudades, presa del fuego;
su suelo, delante de ustedes,
lo devoran extranjeros:
¡hay tanta desolación como en el desastre de Sodoma!

8 La hija de Sión ha quedado
como una choza en un viñedo,
como una cabaña en una plantación de pepinos,
como una ciudad sitiada.

9 ¡Si el Señor de los ejércitos
no nos hubiera dejado algunossobrevivientes,
seríamos como Sodoma,
nos pareceríamos a Gomorra!

Inutilidad del culto sin la práctica de la justicia

10 ¡Escuchen la palabra del Señor,
jefes de Sodoma!
¡Presten atención a la instrucción de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra!

11 ¿Qué me importa la multitud
de sus sacrificios? –dice el Señor–.
Estoy harto de holocaustos de carneros
y de la grasa de animales cebados;
no quiero más sangre
de toros, corderos y chivos.

12 Cuando ustedes vienen a ver mi rostro,
¿quién les ha pedido que pisen mis atrios?

13 No me sigan trayendo vanas ofrendas;
el incienso es para mí una abominación.
Luna nueva, sábado,convocación a la asamblea...
¡no puedo aguantar la falsedad y la fiesta!

14 Sus lunas nuevas y solemnidades
las detesto con toda mi alma;
se han vuelto para mí una carga
que estoy cansado de soportar.

15 Cuando extienden sus manos,
yo cierro los ojos;
por más que multipliquen las plegarias,
yo no escucho:
¡las manos de ustedesestán llenas de sangre!

16 ¡Lávense, purifíquense,
aparten de mi vista
la maldad de sus acciones!
¡Cesen de hacer el mal,
17 aprendan a hacer el bien!
¡Busquen el derecho,
socorran al oprimido,
hagan justicia al huérfano,
defiendan a la viuda!

18 Vengan, y discutamos
–dice el Señor–:
Aunque sus pecados sean como la escarlata,
se volverán blancos como la nieve;
aunque sean rojos como la púrpura,
serán como la lana.

19 Si están dispuestos a escuchar,
comerán los bienes del país;
20 pero si rehusan hacerlo y se rebelan,
serán devorados por la espada,
porque ha hablado la boca del Señor.

Infidelidad y purificación de Israel

21 ¡Cómo se ha prostituido
la ciudad fiel!
Estaba llena de equidad,
la justicia moraba en ella,
¡y ahora no hay más que asesinos!

22 Tu plata se ha vuelto escoria,
se ha aguado tu mejor vino.

23 Tus príncipes son rebeldes
y cómplices de ladrones;
todos aman el soborno
y corren detrás de los regalos;
no hacen justicia al huérfano
ni llega hasta ellos la causa de la viuda.

24 Por eso –oráculo del Señorde los ejércitos,
el Fuerte de Israel–:
¡Ay! ¡Me desquitaré de mis adversarios
y me vengaré de mis enemigos!

25 Volveré mi mano contra ti,
depuraré tu escoria con potasa
y eliminaré todos tus desechos.

26 Haré a tus jueces como eran antes
y a tus consejeros, como al principio.
Después de esto, te llamarán
"Ciudad de la Justicia", "Ciudad Fiel".

27 Sión será rescatada por el derecho
y los que se conviertan, por la justicia.

28 Los rebeldes y pecadoresserán destrozados juntamente
y desaparecerán los que abandonan al Señor.

29 Ustedes se avergonzarán de las encinasque tanto amaban,
se sonrojarán de los jardinesque eligieron;
30 porque serán como una encinade hojas secas,
como un jardín sin agua.

31 El hombre fuertese convertirá en estopa
y su obra será la chispa:
arderán los dos juntos
y no habrá quien extinga el fuego.
 
Capítulo 2: Isaías 2

Sión, centro del Reino universal del Señor

2 1 Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén:
2 Sucederá al fin de los tiempos,
que la montaña de la Casa del Señor
será afianzada sobre la cumbrede las montañas
y se elevará por encima de las colinas.
Todas las naciones afluirán hacia ella
3 y acudirán pueblos numerosos,que dirán:
" ¡Vengan, subamos a la montaña del Señor,
a la Casa del Dios de Jacob!
Él nos instruirá en sus caminos
y caminaremos por sus sendas".
Porque de Sión saldrá la Ley
y de Jerusalén, la palabra del Señor.

4 Él será juez entre las naciones
y árbitro de pueblos numerosos.
Con sus espadas forjarán arados
y podaderas con sus lanzas.
No levantará la espadauna nación contra otra
ni se adiestrarán más para la guerra.

5 ¡Ven, casa de Jacob,
y caminemos a la luz del Señor!

La llegada del Día del Señor

6 Sí, tú has desechado a tu pueblo,a la casa de Jacob,
porque están llenos de adivinos de Oriente,
de astrólogos, como los filisteos,
y estrechan la mano de los extranjeros.

7 Su país está lleno de plata y oro
y sus tesoros no tienen fin.
Su país está lleno de caballos
y sus carros de guerra no tienen fin.

8 Su país está lleno de ídolos;
ellos se postran ante la obra de sus manos,
ante lo que fabricaron sus propios dedos.

9 El hombre será doblegado
y el mortal, humillado
–tú no podrías perdonarlos–.

10 ¡Entra en la roca
y escóndete en el polvo,
lejos del Terror del Señor
y del esplendor de su majestad!

11 La mirada altanera del hombreserá humillada,
la arrogancia humana será abatida,
y sólo el Señor será exaltado
en aquel día.

12 Porque habrá un día para el Señorde los ejércitos
contra todo lo arrogante y altanero,
contra todo lo alto y encumbrado,
13 contra todos los cedros del Líbano,
altaneros y elevados,
contra todas las encinas de Basán,
14 contra todas las montañas altivas,
contra todas las colinas encumbradas,
15 contra todas las altas torres,
contra todo muro fortificado,
16 contra todas las naves de Tarsis,
contra todos los barcos suntuosos.

17 El orgullo del hombre será humillado,
la arrogancia humana será abatida,
y sólo el Señor será exaltado
en aquel día,
18 y hasta el último de los ídolos desaparecerá.

19 ¡Entren en las cavernas de las rocas
y en las cuevas del suelo,
lejos del Terror del Señor
y del esplendor de su majestad,
cuando él se levante para llenar la tierra de espanto!

20 Aquel día, el hombre arrojará
a los topos y a los murciélagos
los ídolos de plata y los ídolos de oro
que se había fabricado para adorarlos,
21 y se meterá en las hendiduras de las rocas
y en las grietas de los peñascos,
lejos del Terror del Señor
y del esplendor de su majestad,
cuando él se levante para llenar la tierra de espanto.

22 ¡Dejen entonces al hombre
que sólo tiene aliento en sus narices!
¿En qué se lo puede estimar?
 
Capítulo 3: Isaías 3

La anarquía en Jerusalén

3 1 Miren que el Señor de los ejércitosretira de Jerusalén y de Judá
toda clase de sustento:
todo sustento de pany todo sustento de agua,
2 el soldado y el hombre de guerra,
el juez y el profeta,
el adivino y el anciano,
3 el jefe de batallón, el dignatario y el consejero,
el experto en artes mágicas y el hábil encantador.
4 Yo les daré por jefes a adolescentes,
y niños caprichosos los dominarán.

5 La gente se maltratará mutuamente,
unos contra otros;
el joven acometerá contra el anciano
y el plebeyo contra el noble.

6 Entonces un hombreagarrará a su hermano
en la casa de su padre, y le dirá:
"Tú tienes un manto, sé nuestro jefe;
que este montón de ruinasesté bajo tu mando".

7 Pero el otro replicará en aquel día:
"Yo no sirvo para curar,
y no hay en mi casa ni pan ni manto;
¡no harán de mí un jefe del pueblo!".

8 Sí, Jerusalén tropieza
y Judá se desmorona,
porque su lengua y sus accionesestán contra el Señor,
desafiando su mirada gloriosa.

9 Su descaro atestigua contra ellos,
y como Sodoma publican su pecado,¡no lo ocultan!
¡Ay de ellos,
porque son los causantesde su propia desgracia!

10 ¡Feliz el justo, porque le irá bien,
comerá el fruto de sus acciones!

11 ¡Ay del malvado, porque le irá mal,
se le devolverá lo que hicieron sus manos!

12 ¡Pueblo mío! Un niño pequeñolo tiraniza
y mujeres dominan sobre él.
¡Pueblo mío! Tus guías te extravían
y confunden el camino por donde vas.

El juicio del Señor contra su pueblo

13 El Señor se levanta para un juicio,
se pone de pie para juzgar a su pueblo.

14 El Señor entabla un pleito
contra los ancianos y los príncipes de su pueblo.
"¡Ustedes han arrasado la viña,
tienen en sus casas lo que arrebataronal pobre!

15 ¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo
y trituran el rostro de los pobres?"
–oráculo del Señor de los ejércitos–.

Contra el lujo de las mujeres de Jerusalén

16 Dice el Señor:
Ya que las hijas de Siónson tan arrogantes,
ya que andan con el cuello estirado,
provocando con la mirada,
y caminan con los pasos cortos,
haciendo sonar las hebillas de sus pies,
17 por eso, el Señor cubrirá de sarna
la cabeza de las hijas de Sión,
y pondrá al descubierto su desnudez.

18 Aquel día, el Señor suprimirá todo adorno: hebillas, soles y lunetas, 19 pendientes, brazaletes y velos, 20 turbantes, cadenillas, cinturones, talismanes y amuletos, 21 sortijas y anillos para la nariz, 22 vestidos de fiesta, pañuelos, chales y bolsos, 23 espejos, telas finas, diademas y mantillas.

24 En vez de perfume habrá podredumbre,
en vez de cinturón, una cuerda,
en vez de bucles, calvicie,
en vez de trajes lujosos, un sayal:
sí, en vez de hermosura,una marca de fuego.
25 Tus hombres caerán bajo la espada
y tus guerreros en el campo de batalla.

26 Tus puertas gemirány estarán de duelo,
y tú, desolada, te sentarás en el suelo.
 
apítulo 4: Isaías 4

4 1 Siete mujeres agarrarán a un hombre, en aquel día,
diciendo: "Comeremos nuestro propio pan
y nos vestiremos con nuestra ropa,
con tal de llevar tu nombre:
¡borra nuestra afrenta!".

La gloria del Señor sobre los sobrevivientes de Jerusalén

2 Aquél día, el germen del Señor
será la hermosura y la gloria
de los sobrevivientes de Israel,
y el fruto del país será su orgulloy su ornato.

3 Entonces, el resto de Sión, los sobrevivientes de Jerusalén, serán llamados santos: todos ellos estarán inscritos para la vida, en Jerusalén.

4 Cuando el Señor lave la suciedad de las hijas de Sión y limpie a Jerusalén de la sangre derramada en ella, con el soplo abrasador del juicio, 5 él creará sobre toda la extensión del monte Sión y en su asamblea, una nube de humo durante el día, y la claridad de un fuego llameante durante la noche. Porque la gloria del Señor, en lo más alto de todo, será un reparo 6 y una choza, para dar sombra contra el calor durante el día, y servir de abrigo y refugio contra la tempestad y la lluvia.
 
Capítulo 5: Isaías 5

El poema de la viña

5 1 Voy a cantar en nombre de mi amigo el canto de mi amado a su viña.
Mi amigo tenía una viña
en una loma fértil.

2 La cavó, la limpió de piedras
y la plantó con cepas escogidas;
edificó una torre en medio de ella
y también excavó un lagar.
Él esperaba que diera uvas,
pero dio frutos agrios.

3 Y ahora, habitantes de Jerusalén
y hombres de Judá,
sean ustedes los jueces
entre mi viña y yo.

4 ¿Qué más se podía hacer por mi viña
que yo no lo haya hecho?
Si esperaba que diera uvas,
¿por qué dio frutos agrios?

5 Y ahora les haré conocer
lo que haré con mi viña:
Quitaré su valla, y será destruida,
derribaré su cerco y será pisoteada.

6 La convertiré en una ruina,
y no será podada ni escardada.
Crecerán los abrojos y los cardos,
y mandaré a las nubes
que no derramen lluvia sobre ella.

7 Porque la viña del Señor de los ejércitos
es la casa de Israel,
y los hombres de Judá
son su plantación predilecta.
¡Él esperó de ellos equidad,
y hay efusión de sangre;
esperó justicia,
y hay gritos de angustia!

Seis maldiciones contra los poderosos de Judá: contra los explotadores

8 ¡Ay de los que acumulanuna casa tras otra
y anexionan un campo a otro,
hasta no dejar más espacio
y habitar ustedes solos en medio del país!

9 El Señor de los ejércitoslo ha jurado a mi oído:
Sí, muchas mansiones,grandes y hermosas,
quedarán desoladaspor falta de habitantes.

10 Porque diez yugadas de viña
no darán más que un tonel,
y diez medidas de semilla
producirán una sola.

Contra los libertinos

11 ¡Ay de los que madrugan
para correr tras la bebida,
y hasta muy entrada la noche
se acaloran con el vino!

12 Hay cítara y arpa,
tamboriles y flautas
y vino en sus banquetes;
pero ellos no miran la acción del Señor
ni ven la obra de sus manos.

13 Por eso mi pueblo será deportado
por falta de conocimiento;
sus nobles morirán de hambre
y su muchedumbre se abrasará de sed.

14 Por eso el Abismo dilata su garganta,
abre sus fauces desmesuradamente,
y allí se precipitan
el esplendor de la ciudady su muchedumbre,
su tumulto y sus festejos.

15 El hombre será doblegado,
el mortal, humillado,
y serán humillados los ojos altaneros;
16 pero el Señor de los ejércitos será exaltado por su rectitud,
y el Dios santo se mostrará santo por su justicia.

17 Los corderos pacerán como en sus praderas
y en las ruinas engordarán los cabritos.

Contra los impíos

18 ¡Ay de los que arrastran la culpa
con las cuerdas de la falsedad,
y tiran del pecado
como con las riendas de un carro!

19 Los que dicen: "¡Que se apure,
que haga pronto su obra,
para que la veamos;
que se acerque y llegue
el designio del Santo de Israel,
para que podamos conocerlo!".

Contra los que tergiversan la verdad

20 ¡Ay de los que llaman bien al mal
y mal al bien,
de los que cambian las tinieblas en luz
y la luz en tinieblas,
de los que vuelven dulce lo amargo
y amargo lo dulce!

Contra los que presumen de sabios y los libertinos injustos

21 ¡Ay de los que se tienen por sabios
y se creen muy inteligentes!

22 ¡Ay de los valientes para beber vino
y de los campeones para mezclar bebidas,
23 de los que absuelven por soborno al culpable
y privan al justo de su derecho!

24 Por eso, como la lengua de fuego devora la paja
y la hierba seca se consume en la llama,
así su raíz será como podredumbre
y su brote se disipará como el polvo,
porque rechazaron la ley del Señor de los ejércitos
y despreciaron la palabra del Santo de Israel.

La ira del Señor

25 Por eso la ira del Señor
se enciende contra su pueblo:
el Señor extiende su mano contra ély lo golpea,
se estremecen las montañas
y sus cadáveres son como basura
en medio de las calles.
A pesar de todo esto, no se aplacó su ira
y su mano está aún extendida.

La invasión asiria

26 Él alza una insignia para una nación lejana,
la llama con un silbidodesde el extremo de la tierra,
y ella acude veloz, rápidamente.

27 Nadie siente cansancio ni tropieza,
nadie dormita ni duerme,
a nadie se le desata el cinturón
ni se le rompe la correa del calzado.

28 Sus flechas son filosas,
están tensos todos sus arcos;
los cascos de sus caballos son como pedernal,
las ruedas de sus carros,como torbellinos.

29 Su rugido es el de una leona,
ruge como los cachorros de león;
brama y se apodera de la presa,
la arrebata y nadie puede librarla.

30 Aquel día, lanzará un bramido contra ella
como el bramido del mar.
Mirarán a la tierra,
y sólo habrá tinieblas y angustia,
la luz será oscurecidapor sombríos nubarrones.

EL LIBRO DEL EMANUEL

El "Libro del Emanuel" refiere la
intervención de Isaías en una situación histórica bien concreta. Los reyes de Damasco y Samaría, que soportan el peso de la dominación asiria, forman una coalición para recuperar su independencia y tratan de comprometer en esa aventura a Ajaz, rey de Judá. Como este se niega a participar de la liga antiasiria, los aliados ponen sitio a Jerusalén. Su intención era destituir al rey de la dinastía davídica y entronizar en lugar de él a un usurpador (7. 6). Ante la amenaza de ser destronado, Ajaz considera que lo más prudente es solicitar la ayuda militar del poderoso Imperio asirio y ponerse bajo su protección.

En este momento crítico para la dinastía davídica, Isaías se presenta ante el rey. El profeta se opone resueltamente a esa política de alianzas, peligrosa para la fe y la libertad del Pueblo de Dios. Judá tiene que apoyarse únicamente en el Señor. La coalición antiasiria está de antemano condenada al fracaso. Para el Pueblo de Dios, la fe no sólo debe ser la guía de la vida personal, sino también de la vida pública: "Si ustedes no creen, no subsistirán" (7. 9).

A fin de vencer el obstinado escepticismo del rey, el profeta le propone confirmar la autoridad divina de sus palabras mediante un "signo". Pero Ajaz se niega a pedir ese signo, y entonces Isaías pronuncia uno de sus más bellos oráculos, al mismo tiempo que anuncia el castigo de sus compatriotas incrédulos. El nacimiento de un descendiente de David –que llevará el nombre de "Emanuel", es decir, "Dios con nosotros"– es el signo misterioso de la presencia salvadora de Dios en medio de su Pueblo.
 
Capítulo 6: Isaías 6

VISIÓN INAUGURAL: LA VOCACIÓN DE ISAÍAS

6 1 El año de la muerte del rey Ozías, yo vi al Señor sentado en un trono elevado y excelso, y las orlas de su manto llenaban el Templo.

2 Unos serafines estaban de pie por encima de él. Cada uno tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, y con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.

3 Y uno gritaba hacia el otro:
"¡Santo, santo, santo es el Señor de losejércitos!
Toda la tierra está llena de su gloria".

4 Los fundamentos de los umbrales temblaron al clamor de su voz, y la Casa
se llenó de humo.

5 Yo dije:
"¡Ay de mí, estoy perdido!
Porque soy un hombre de labios impuros,
y habito en medio de un pueblo de labios impuros;
¡y mis ojos han visto al Rey, el Señorde los ejércitos!".

6 Uno de los serafines voló hacia mí, llevando en su mano una brasa que había tomado con unas tenazas de encima del altar.

7 Él le hizo tocar mi boca, y dijo:
"Mira: esto ha tocado tus labios;
tu culpa ha sido borrada
y tu pecado ha sido expiado".

8 Yo oí la voz del Señor que decía: "¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?". Yo respondí: "¡Aquí estoy: envíame!".

9 "Ve, me dijo; tú dirás a este pueblo:
‘Escuchen, sí, pero sin entender;
miren bien, pero sin comprender’.

10 Embota el corazón de este pueblo, endurece sus oídos y cierra sus ojos, no sea que vea con sus ojos
y oiga con sus oídos,
que su corazón comprenda
y que se convierta y sane".

11 Yo dije: "¿Hasta cuándo, Señor?". Él respondió:
"Hasta que las ciudades queden devastadas, sin habitantes,
hasta que las casas estén sin un hombre
y el suelo devastado sea una desolación.

12 El Señor alejará a los hombres
y será grande el abandonoen medio del país.

13 Y si queda una décima parte,
ella, a su vez, será destruida.
Como el terebinto y la encina
que, al ser abatidos,conservan su tronco talado,
así ese tronco es una semilla santa".
 
Capítulo 7: Isaías 7

Primer vaticinio de Isaías a Ajaz

7 1 En tiempos de Ajaz, hijo de Jotám, hijo de Ozías, rey de Judá, Resín, rey de Arám, y Pécaj, hijo de Remalías, rey de Israel, subieron contra Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron expugnar.

2 Cuando se informó a la casa de David: "Arám está acampado en Efraím", se estremeció su corazón y el corazón de su pueblo, como se estremecen por el viento los árboles del bosque.

3 El Señor dijo a Isaías: "Ve al encuentro de Ajaz, tú y tu hijo Sear Iasub, al extremo del canal del estanque superior, sobre la senda del campo del Tintorero.

4 Tú le dirás: Mantente alerta y no pierdas la calma; no temas, y que tu corazón no se intimide ante esos dos cabos de tizones humeantes, ante el furor de Resín de Arám y del hijo de Remalías.

5 Porque Arám, Efraím y el hijo de Remalías se han confabulado contra ti, diciendo: 6 "Subamos contra Judá, hagamos cundir el pánico, sometámosla y pongamos allí como rey al hijo de Tabel".

7 Pero así habla el Señor:
Eso no se realizará, eso no sucederá.

8a Porque la cabeza de Arám es Damasco,
y la cabeza de Damasco, Resín;
9a la cabeza de Efraím es Samaría,
y la cabeza de Samaría,el hijo de Remalías.
8b –Dentro de sesenta y cinco años,
Efraím será destrozado,y no será más un pueblo–.

9b Si ustedes no creen, no subsistirán".

Segundo vaticinio

10 Una vez más, el Señor habló a Ajaz en estos términos: 11 "Pide para ti un signo de parte del Señor, en lo profundo del Abismo, o arriba, en las alturas".

12 Pero Ajaz respondió: "No lo pediré ni tentaré al Señor".

13 Isaías dijo: "Escuchen, entonces, casa de David: ¿Acaso no les basta cansar a los hombres, que cansan también a mi Dios?.

14 Por eso el Señor mismo les dará un signo. Miren, la joven está embarazada y dará a luz un hijo, y lo llamará con el nombre de Emanuel.

15 Él se alimentará de leche cuajada y miel, cuando ya sepa desechar lo malo y elegir lo bueno.

16 Porque antes de que el niño sepa desechar lo malo y elegir lo bueno, quedará abandonada la tierra de esos dos reyes, ante los cuales estás aterrorizado.

17 El Señor hará venir sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como no los hubo iguales desde que Efraím se separó de Judá".

La invasión devastadora

18 Aquel día, el Señor llamará con un silbido al tábano que está en el extremo de los canales de Egipto, y a la abeja que está en el país de Asiria.

19 Ellos vendrán a posarse en los barrancos escarpados,en las grietas de las rocas, sobre todos los matorrales y sobre todos los abrevaderos.

20 Aquel día, el Señor rapará con una navaja, alquilada al otro lado del Río –con el rey de Asiria–, la cabeza y el vello del cuerpo; y la navaja afeitará también la barba.

21 Aquel día, cada uno criará una ternera y dos ovejas; 22 y como darán leche en abundancia, se comerá leche cuajada, porque todo el que quede en medio del país se alimentará con leche cuajada y miel.

23 Aquel día, todo lugar donde había mil plantas de vid, a un valor de mil siclos de plata, se cubrirá de cardos y espinas.

24 Allí habrá que entrar con flechas y arco, porque todo el país será cardos y espinas.

25 Y por temor a los cardos y espinas, tú ya no irás a todas esas montañas que se escardaban con la azada: serán un lugar donde se sueltan los bueyes y que es pisoteado por las ovejas.
 
Capítulo 8: Isaías 8

El hijo de Isaías, presagio viviente

8 1 El Señor me dijo: "Toma una tabla bien grande y escribe sobre ella, con caracteres comunes: Rápido Botín– Saqueo Veloz".

2 Yo puse como testigos fidedignos al sacerdote Urías y a Zacarías, hijo de Baraquías.

3 Luego tuve relaciones con la profetisa, y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces el Señor me dijo: "Llámalo con el nombre de Rápido Botín – Saqueo Veloz, 4 porque antes de que el niño aprenda a decir ‘papá’ y ‘mamá’, las riquezas de Damasco y el botín de Samaría serán llevados ante el rey de Asiria".

La invasión asiria

5 El Señor me volvió a hablar otra vez, diciendo:
6 Porque este pueblo rehusa
las aguas de Siloé, que corren mansamente,
y desfallece ante Resín y el hijo de Remalías,
7 por eso, el Señor hace subir contra ellos
las aguas torrenciales y caudalosas del Río
–el rey de Asiria con toda su gloria–.
Él rebasará todos sus cauces,
desbordará por todas sus orillas,par 8 y pasará por Judá, inundará, crecerá,
llegará hasta el cuello.
Y sus alas desplegadas abarcarán
toda la extensión de tu país, Emanuel.

La presencia de Dios,garantía de victoria

9 ¡Tiemblen, pueblos, y espántense;
presten atención, regiones lejanas de la tierra!
¡Cíñanse las armas y espántense!
¡Cíñanse las armas y espántense!

10 Hagan un proyecto: ¡fracasará!
Digan una palabra: ¡no se realizará!
Porque Dios está con nosotros.

El Señor, piedra de tropiezo para Israel

11 Porque así me habló el Señor, cuando me tomó con su mano y me conminó a que no siguiera el camino de este pueblo:
12 No llamen "conjura"
a todo lo que este pueblo llama "conjura";
no teman lo que él teme
ni tiemblen por eso.

13 Pero al Señor de los ejércitos,
a él sí proclámenlo santo:
que sólo él les infunda temor,
que sólo él los haga temblar.

14 Él será un santuario,
una piedra de tropiezo
y un escollo insuperable
para las dos casas de Israel;
será una red y una trampa
para los habitantes de Jerusalén.

15 Muchos de entre ellos tropezarán,
caerán y se quebrarán,
se enredarán en la trampay quedarán atrapados.

Retiro provisorio del profeta

16 Voy a guardar el testimonio, a sellar la instrucción entre mis discípulos.

17 Esperaré en el Señor,
que oculta su rostro a la casa de Jacob:
sí, lo aguardaré.

18 Yo y los hijos que me dio el Señor somos signos y presagios en Israel, de parte del Señor de los ejércitos, que habita en el monte Sión.

Contra los nigromantes y adivinos

19 Seguramente les dirán:
"Consulten a los nigromantes y adivinos,
que musitan y susurran.
¿No debe un pueblo consultar a sus dioses,
consultar a los muertosen favor de los vivos,
20 para recibir instrucción y testimonio?".
Seguro que se expresan así
porque para ellos no despunta la aurora.

Tiempos oscuros para Israel

21 La gente pasará por el país,
abrumada y hambrienta;
y enfurecida por el hambre,
maldecirá a su rey y a su Dios.
Volverá su rostro hacia lo alto,
22 luego mirará a la tierra,
y sólo habrá aflicción y tinieblas,
angustiosa oscuridad.
Pero la tiniebla será disipada,
23 porque ya no habrá oscuridad
allí donde reinaba la angustia.
 
Capítulo 9: Isaías 9

1 El pueblo que andaba a oscuras
2 vio una luz grande.Los que vivían en tierra de sombras, una luz brilló sobre ellos.Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría.Alegría por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo botín.
3 Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro - la vara de su tirano - has roto, como el día de Madián.
4 Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en sangre serán para la quema, pasto del fuego.
5 Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado.Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre "Maravilla de Consejero", "Dios Fuerte", "Siempre Padre", "Príncipe de Paz".
6 Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia,Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.

7 Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel.
8 Sabedla, pueblo todo,Efraím y los habitantes de Samaría, los que con arrogancia y engreimiento dicen:
9 "Los ladrillos han caído, pero de sillar edificaremos; los sicómoros fueron talados, pero por cedros los cambiaremos."
10 Pues bien, Yahveh ha dado ventaja a su adversario, Rasón, y azuzó a sus enemigos:
11 Aram por delante y los filisteos por detrás, devoraron a Israel a boca llena.Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
12 Pero el pueblo no se volvió hacia el que le castigaba, no buscaron a Yahveh Sebaot.
13 Por eso ha cercenado Yahveh a Israel cabeza y cola, palmera y junco, en un mismo día.
14 El anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la cola.
15 Los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus dirigidos, extraviados.
16 Por eso, de sus jóvenes no se apiadará el Señor, con sus huérfanos y viudas no tendrá misericordia, pues todos son impíos y malvados, y toda boca profiere majaderíaCon todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
17 Porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y va a prender en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo.
18 Por el arrebato de Yahveh la tierra ha sido quemada, y es el pueblo como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano,
19 Corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia; cada uno se come la carne de su brazo.
20 Manasés devora a EfraímEfraím a Manasés, y ambos a una van contra Judá.Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano extendida.
 
Capítulo 10: Isaías 10

Contra los malos jueces

10 1 ¡Ay de los que promulgan decretos inicuos
y redactan prescripciones onerosas,
2 para impedir que se haga justicia a los débiles
y privar de su derecho a los pobres de mi pueblo,
para hacer de las viudas su presa
y expoliar a los huérfanos!

3 ¿Qué harán ustedes el día del castigo,
cuando llegue de lejos la tormenta?
¿Hacia quién huirán en busca de auxilio
y dónde depositarán sus riquezas?

4 No habrá más remedio que encorvarse con los prisioneros
y sucumbir con los que caen muertos.
A pesar de todo esto, no se aplacó su ira
y su mano está aún extendida.

Contra Asiria

5 ¡Ay de Asiria! Él es el bastón de mi ira
y la vara de mi furor está en su mano.

6 Yo lo envío contra una nación impía,
lo mando contra un puebloque provocó mi furor,
para saquear los despojosy arrebatar el botín,
y pisotearlo como al barro de las calles.

7 Pero él no lo entiende así,
no es eso lo que se propone:
él no piensa más que en destruir
y en barrer una nación tras otra.

8 Él dice, en efecto: "¿No son reyes todos mis jefes?

9 ¿No le pasó a Calnó lo mismo que a Carquemis?
¿No es Jamat como Arpad
y Samaría como Damasco?

10 Así como mi mano alcanzó a los reinos de los ídolos,
cuyas estatuas superaban las de Jerusalény Samaría,
11 lo mismo que hice con Samaría y sus imágenes,
¿no lo haré con Jerusalén y sus ídolos?".

12 Pero cuando el Señor termine de realizar toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, castigará al rey de Asiria por este fruto de su corazón arrogante y por la orgullosa altivez de su mirada.

13 Porque él ha dicho:
"Yo he obrado con la fuerza de mi mano,
y con mi sabiduría, porque soy inteligente.
He desplazado las fronteras de los pueblos
y he saqueado sus reservas:
como un héroe, he derribado
a los que se sientan en tronos.

14 Mi mano tomó como un nido
las riquezas de los pueblos;
como se juntan huevos abandonados,
así he depredado toda la tierra,
y no hubo nadie que batiera las alas
o abriera el pico para piar".

15 ¿Se gloría el hacha contra el leñador?
¿Se envanece la sierracontra el que la maneja?
¡Como si el bastón manejaraal que lo empuña
y el palo levantara al que no es un leño!

16 Por eso el Señor de los ejércitos
hará que la enfermedad consuma su vigor
y dentro de su carne hará arder una fiebre,
como el ardor del fuego.

17 La Luz de Israel se convertirá en un fuego
y su Santo en una llama,
que arderá y devorará sus zarzas
y sus espinas en un solo día.

18 La gloria de su bosque y su vergel,
la consumirá en cuerpo y alma,
como se va extinguiendo un agonizante;
19 y el resto de los árboles de su bosque
será un número tan reducido
que un niño los podrá anotar.

El pequeño resto

20 Aquel día, el resto de Israel
y los sobrevivientes de la casa de Jacob
dejarán de apoyarse en aquel que los golpea,
y se apoyarán con lealtad
en el Señor, el Santo de Israel.

21 "Un resto volverá", un resto de Jacob,
al Dios Fuerte.

22 Sí, aunque tu pueblo, Israel,
sea como la arena del mar,
sólo un resto volverá.
La destrucción está decidida,
desbordante de justicia.

23 Porque el Señor de los ejércitos ejecutará este decreto de exterminio en medio de todo el país.

La destrucción de Asiria

24 Por eso, así habla el Señor de los ejércitos: Pueblo mío, que habitas en Sión, no temas nada de Asiria, que te golpea con el bastón y alza su vara contra ti a la manera de Egipto.

25 Porque dentro de poco, de muy poco tiempo, se acabará mi furor contra ti, y mi ira los destruirá.

26 El Señor de los ejércitos blandirá el látigo contra él, como cuando golpeó a Madián en la roca de Oreb, y alzará su vara sobre el mar, como la alzó en Egipto.

27 Aquel día, su carga será quitada de tus espaldas y su yugo se apartará de tu cuello.

Avance y derrota del invasor asirio
Avanza el devastador
por el lado de Rimón,
28 llega hasta Aiat,
atraviesa Migrón,
deja su equipaje en Micmás.

29 Cruzan el desfiladero,
en Gueba pasan la noche,
tiembla Ramá,
huye Guibeá de Saúl.

30 ¡Grita con toda tu voz, Bat Galím,
presta atención, Laisa,
respóndele, Anatot!

31 Se desbanda Madmená,
buscan refugio los habitantes de Guebím.

32 Un día más, para hacer alto en Nob,
y él agitará su mano
hacia la montaña de la hija de Sión,
hacia la colina de Jerusalén.

33 ¡Miren! El Señor, el Señor de los ejércitos,
desgaja con ímpetu el ramaje:
los árboles más altos son talados,
los más elevados, abatidos;
34 él corta con el hierro la espesuradel bosque,
y cae el Líbano con su esplendor.
 
Capítulo 11: Isaías 11

El reinado del nuevo David

11 1 Saldrá una rama del tronco de Jeséy un retoño brotará de sus raíces.

2 Sobre él reposará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y de inteligencia,
espíritu de consejo y de fortaleza,
espíritu de ciencia y de temor del Señor
3 –y lo inspirará el temor del Señor–.
Él no juzgará según las apariencias
ni decidirá por lo que oiga decir:
4 juzgará con justicia a los débiles
y decidirá con rectitud para los pobresdel país;
herirá al violento con la vara de su boca
y con el soplo de sus labioshará morir al malvado.

5 La justicia ceñirá su cintura
y la fidelidad ceñirá sus caderas.

La paz mesiánica

6 El lobo habitará con el cordero
y el leopardo se recostará junto al cabrito;
el ternero y el cachorro de leónpacerán juntos,
y un niño pequeño los conducirá;
7 la vaca y la osa vivirán en compañía,
sus crías se recostarán juntas,
y el león comerá pajalo mismo que el buey.

8 El niño de pecho jugará
sobre el agujero de la cobra,
y en la cueva de la víbora
meterá la mano el niño apenas destetado.

9 No se hará daño ni estragos
en toda mi Montaña santa,
porque el conocimiento del Señorllenará la tierra
como las aguas cubren el mar.

El retorno de los desterrados

10 Aquel día, la raíz de Jesé
se erigirá como emblema para los pueblos:
las naciones la buscarán
y la gloria será su morada.

11 Aquel día, el Señor alzará otra vezsu mano
para rescatar al resto de su pueblo,
a los que hayan quedado de Asiria y de Egipto,
de Patrós, de Cus, de Elám, de Senaar,
de Jamat y de las costas del mar.

12 Él levantará un emblemapara las naciones,
reunirá a los deportados de Israel
y congregará a los dispersos de Judá,
desde los cuatro puntos cardinales.

13 Cesarán los celos de Efraím
y serán exterminados los opresores de Judá;
Efraím no tendrá más celos de Judá
y Judá no hostigará más a Efraím.

14 Ellos se lanzarán a Occidente,
hacia la cuesta de los filisteos,
y juntos despojarán a los hijos de Oriente;
extenderán su mano sobre Edóm y Moab
y los amonitas estarán bajo su dominio.

15 El Señor secará el golfo del mar de Egipto
y agitará su mano contra el Río:
con su soplo abrasador,
lo dividirá en siete brazos,
y hará que se lo pueda pasar en sandalias.

16 Habrá un camino para el resto de su pueblo,
para lo que haya quedado de Asiria,
como lo hubo para Israel
cuando subió del país de Egipto.
 
Capítulo 12: Isaías 12

Canto de alabanza y acción de gracias

12 1 Tú dirás en aquel día: Te doy gracias, Señor,
porque te habías irritado contra mí,
pero se ha apartado tu ira
y me has consolado.

2 Este es el Dios de mi salvación:
yo tengo confianza y no temo,
porque el Señor es mi fuerzay mi protección;
él fue mi salvación.

3 Ustedes sacarán agua con alegría
de las fuentes de la salvación.

4 Y dirán en aquel día:
Den gracias al Señor,invoquen su Nombre,
anuncien entre los pueblos sus proezas,
proclamen qué sublime es su Nombre.

5 Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso:
¡que sea conocido en toda la tierra!

6 ¡Aclama y grita de alegría,habitante de Sión,
porque es grande en medio de ti
el Santo de Israel!

ORÁCULOS SOBRE LOS PUEBLOS EXTRANJEROS

Los oráculos reunidos en estos capítulos surgieron de circunstancias diversas, a veces muy distantes en el tiempo. Algunos proceden del mismo profeta Isaías y otros fueron añadidos por sus discípulos.

El interés de estos oráculos radica, principalmente, en que nos ayudan a profundizar la visión que los Profetas tenían de la historia. Para ellos, el Señor no es sólo el Dios de Israel, sino que en sus manos está el destino de todos los pueblos. Él es la garantía de un orden moral que nadie puede violar impunemente. En el momento oportuno, el Juicio de Dios alcanza a todas las naciones, a causa de su orgullo, su soberbia y sus depredaciones.
 
Capítulo 13: Isaías 13

Oráculo sobre Babilonia

13 1 Oráculo sobre Babilonia, que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión:
2 Sobre un monte desiertoalcen un estandarte,
lancen un grito hacia ellos,agiten la mano,
para que entren por las Puertas de los nobles.

3 Yo di una orden a los que me estánconsagrados,
convoqué a los guerreros de mi ira,
a los que se alegran de mi triunfo.

4 ¡Escuchen! ¡Un tumulto en las montañas,
algo así como una inmensa muchedumbre!
¡Escuchen! ¡Un alboroto de reinos,
de naciones congregadas!
Es el Señor de los ejércitosque pasa revista
al ejército para la batalla.

5 Ya vienen de un país lejano,
desde los extremos del cielo,
el Señor y los instrumentos de su furor
para arrasar toda la tierra.

6 ¡Giman, porque está cercael Día del Señor
y viene del Devastadorcomo una devastación!

7 Por eso desfallecen todas las manos
y se descorazonan todos los mortales.

8 Se llenan de espanto,
dolores y convulsiones los invaden,
se retuercen como una parturienta,
se miran unos a otros con estupor,
sus rostros están encendidos como llamas.

9 ¡Miren! Ahí llega el Día del Señor,
día cruel, de furor y de ira ardiente,
para hacer de la tierra una devastación
y exterminar de ella a los pecadores.

10 Porque los astros del cieloy sus constelaciones
no irradiarán más su luz;
el sol se oscurecerá al salir
y la luna dejará de brillar.

11 Yo castigaré al mundo por su maldad
y a los malvados por su iniquidad.
Pondré fin al orgullo de los arrogantes
y humillaré la soberbia de los violentos.

12 Haré a los mortales más escasosque el oro fino,
a los hombres, más escasosque el oro de Ofir.

13 Por eso, haré temblar los cielos,
y la tierra se moverá de su sitio
bajo el furor del Señor de los ejércitos,
en el día de su ira ardiente.

14 Entonces, como una gacela espantada
y como un rebaño al que nadie congrega,
cada uno se volverá a su pueblo,
cada uno huirá a su país.

15 Todo el que sea descubierto,será traspasado,
y el que sea apresado,caerá bajo la espada.

16 Sus niños pequeños serán estrelladosante sus ojos,
sus casas saqueadasy sus mujeres violadas.

17 ¡Miren! Yo suscito contra ellos a los medos,
que no estiman la plata,
ni les importa el oro:
18 sus arcos acribillarán a los jóvenes,
no se apiadarán del fruto de las entrañas
ni sentirán compasión por los niños.

19 Babilonia, hermosura de los reinos,
gloria y orgullo de los caldeos,
soportará la misma catástrofe
que Dios envió a Sodoma y Gomorra.

20 Quedará despoblada para siempre,
no la habitarán a lo largo de las generaciones;
allí el árabe no plantará su carpa
ni los pastores apacentarán sus rebaños.

21 Allí se apacentarán las fieras del desierto
y los búhos llenarán sus casas;
allí anidarán los avestruces
y danzarán los sátiros;
22 las hienas aullarán en sus mansiones
y los chacales en sus palacios suntuosos.
Su hora ya está por llegar
y no serán prolongados sus días.
 
Capítulo 14: Isaías 14

El retorno del exilio

14 1 Porque el Señor tendrá compasión de Jacob y elegirá de nuevo a Israel, y los instalará en su propio suelo. Los extranjeros se unirán a ellos y serán agregados a la casa de Jacob.

2 Los pueblos los acogerán y los llevarán a su lugar. La casa de Israel los poseerá como esclavos y esclavas, en el suelo del Señor. Así harán cautivos a los que los habían hecho cautivos y dominarán a sus tiranos.

Sátira contra el rey de Babilonia

3 Y el día en que el Señor te haga descansar de tu pena y tu tormento, y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, 4 entonarás esta sátira contra el rey de Babilonia. Tú dirás:
¡Qué fin ha tenido el tirano,
en qué acabó su frenesí!

5 El Señor quebró el bastón de los malvados,
el cetro de los déspotas;
6 al que golpeaba con saña a los pueblos,
dando golpes incesantes,
al que dominaba con furia a las naciones,
persiguiendo sin tregua.

7 Toda la tierra descansa tranquila,
se lanzan gritos de júbilo.

8 Hasta los cipreses, los cedros del Líbano,
se regocijan de tu suerte:
"¡Desde que yaces tendido,
nadie sube a talarnos!".

9 Abajo, se estremeció el Abismo
al anuncio de tu llegada;
por ti, él despierta a las Sombras,
a los potentados de la tierra;
hace levantar de sus tronos
a todos los reyes de las naciones.

10 Todos ellos hablan a coro y te dicen:
"¡Tú también has perdido las fuerzascomo nosotros,
te has vuelto igual que nosotros!

11 Tu majestad ha sido precipitada al Abismo,
junto con el sonido de tus arpas;
tienes debajo de ti un colchón de gusanos
y te cubren las lombrices".

12 ¡Cómo has caído del cielo,
Lucero, hijo de la aurora!
¡Cómo has sido precipitado por tierra,
tú que subyugabas a las naciones,
13 tú que decías en tu corazón:
"Subiré a los cielos;
por encima de las estrellas de Dios
erigiré mi trono,
me sentaré en la montañade la asamblea divina,
en los extremos del norte;
14 escalaré las cimas de las nubes,
seré semejante al Altísimo!".

15 ¡Pero te han hecho bajar al Abismo,
a las profundidades de la Fosa!

16 Los que te ven, fijan en ti la mirada,
meditan tu suerte:
"¿Es este el hombre que hacía temblar la tierra,
que sacudía los reinos,
17 que hacía del mundo un desierto,
demolía sus ciudades
y no soltaba a sus prisioneros?".

18 Todos los reyes de las naciones
descansan llenos de gloria,
cada uno en su tumba.

19 Pero tú has sido arrojado lejos de tu sepulcro
como un aborto abominable,
como un cadáver pisoteado.
Los que han sido masacrados, traspasados por la espada,
son depositados sobre las piedras de la fosa.

20 Pero tú no te unirás con ellosen una sepultura,
porque has destruido tu país,
has asesinado a tu pueblo.
¡Nunca más será nombrada
una raza de malhechores!

21 Preparen la masacre de los hijos
por los crímenes de sus padres;
que no se levanten para adueñarse de la tierra
y cubrir de ciudades el mundo.

Contra Babilonia

22 Yo me alzaré contra ellos –oráculo del Señor de los ejércitos– y extirparé de Babilonia el nombre y el resto, el vástago y la posteridad –oráculo del Señor–.

23 La convertiré en propiedad de erizos, en agua estancada, y la barreré con la escoba del exterminio –oráculo del Señor de los ejércitos–.

Contra Asiria

24 El Señor de los ejércitos pronunció este juramento:
"Sí, como lo he proyectado, así será;
como lo he planeado, así sucederá.

25 Yo haré pedazos a Asiria en mi tierra
y la pisotearé sobre mis montañas;
su yugo será quitado de encima de ellos
y su carga se apartará de sus espaldas".

26 Esta es la decisión tomada
contra toda la tierra;
esta es la mano extendida
contra todas las naciones.

27 Si el Señor de los ejércitos ha tomado una decisión,
¿quién la hará fracasar?
Su mano está extendida:
¿quién la hará volver atrás?

Amenaza contra Filistea

28 El año de la muerte del rey Ajaz se pronunció este oráculo:
29 No te alegres, Filistea entera,
porque se ha quebrado la vara que te golpeaba:
de la raíz de la serpiente saldrá una víbora
y su fruto será una serpiente voladora.

30 Los pobres pacerán en mi pradera
y los indigentes se recostarán seguros;
pero yo haré morir de hambre a tu raíz
y mataré lo que aún quede de ti.

31 ¡Gime, Puerta! ¡Grita, Ciudad!
¡Desfallece, Filistea toda entera!
Porque del Norte viene una humareda
y nadie se desbanda en sus formaciones.

32 ¿Qué responder a los enviados de esa nación?
Que el Señor ha fundado a Sión
y que en ella se refugian los pobres de su pueblo.
 
Capítulo 15: Isaías 15

Lamentación por la ruina de Moab

15 1 Oráculo sobre Moab.La noche en que fue devastada,
sucumbió Ar de Moab.
La noche en que fue devastada,
sucumbió Quir de Moab.

2 La gente de Dibón ha subido
a los lugares altos para llorar.
Por Nebo y por Medebá,
está gimiendo Moab.
Todas las cabezás están rapadas,
todas las barbas cortadas.

3 Van por sus calles vestidos de sayal,
sobre sus techos y en sus plazas
todos lanzan gemidos,
deshechos en llanto.

4 Gritan Jesbón y Elealé
hasta en Iahás se hace oír su voz.
Por eso se estremecen las entrañasde Moab,
hasta su alma se estremece.

5 Mi corazón grita por Moab,
sus fugitivos llegan hasta Soar,
hasta Eglat Selisiyá.
Sí, por la subida de Lujit,
la gente sube llorando;
sí, por el camino de Joronaim
se lanza un grito desgarrador.

6 Porque las aguas de Nimrím
son una desolación:
el pasto está seco,
la hierba consumida,
ya no existe el verdor.

7 Por eso se llevan más alládel torrente de los Sauces
lo que han podido ahorrar y sus reservas.

8 Porque el clamor va recorriendo
el territorio de Moab:
sus alaridos llegan hasta Eglaim,
sus alaridos llegan a Beer Elím;
9 porque las aguas de Dimónestán llenas de sangre.
Pero yo añadiré a las desgraciasde Dimón
un león para los fugitivos de Moab,
para el resto de Admá.
 
Capítulo 16: Isaías 16

Pedido de asilo de los moabitas a Judá

16 1 Envíen un corderode parte del soberano del país,
desde la Roca, por el desierto,
a la montaña de la hija de Sión.

2 Como un pájaro espantado,
como nidada dispersa,
así estarán las hijas de Moab
en los vados del Arnón.

3 Presenta un plan,
toma una decisión.
Extiende tu sombra como la noche
en pleno mediodía,
oculta a los desterrados,
no delates al prófugo.

4 Que encuentren en ti un asilo
los desterrados de Moab,
sé tú su escondite
frente al devastador.
Porque cuando cese la extorsión,
se acabe la devastación
y se vaya del país el que lo pisotea,
5 el trono será afianzado en la fidelidad
y sobre él se sentará con lealtad,
en la carpa de David,
un juez celoso del derecho
y dispuesto a hacer justicia.

Lamentación por Moab

6 Nos hemos enterado del orgullo de Moab,
el muy orgulloso:
¡de su arrogancia, su orgullo, su arrebato,
su charlatanería inconsistente!

7 Por eso, Moab gime por sí mismo,
todos están gimiendo.
¡Por las tortas de uva de Quir Jaréset,
ellos suspiran, enteramente abatidos!

8 Porque languidecen los fértiles camposde Jesbón,
la viña de Sibmá,
cuyas cepas escogidas dejaban volteados
a los señores de las naciones:
ellas llegaban hasta Iazer,
se perdían en el desierto;
sus sarmientos se extendían
hasta más allá del mar.

9 Por eso, uno mi llanto al de Iazer
por la viña de Sibmá;
yo te riego con mis lágrimas
a ti, Jesbón, y a Elealé,
porque sobre tu siega y tu cosecha
enmudecieron los cantos de la vendimia.

10 El gozo y la alegría
se han retirado de los vergeles;
ya no hay en las viñas
ni gritos ni aclamaciones;
nadie pisa el vino en los lagares,
han cesado los cantos de la vendimia.

11 Por eso, mis entrañas
vibran como una lira por Moab,
y mi corazón, por Quir Jaréset.

12 Por más que Moab se presente
y se fatigue en los lugares altos,
por más que vaya a su santuario a orar,
no le valdrá de nada.

13 Esta es la palabra que el Señor pronunció hace tiempo sobre Moab.

14 Y ahora, así habla el Señor: "Dentro de tres años, computados como los años de un mercenario, la gloria de Moab será envilecida, a pesar de su inmensa muchedumbre: no quedará más que un poco, muy poco, casi nada".
 
Capítulo 17: Isaías 17

Oráculo sobre Damasco y Efraím

17 1 Oráculo sobre Damasco.¡Miren! Damasco ya no será una ciudad,
se ha convertido en un montón de ruinas.

2 Sus poblaciones, abandonadas para siempre,
serán para los rebaños:
allí pacerán sin que nadie los moleste.

3 Efraím perderá su plaza fuerte
y Damasco, la realeza.
El resto de Arám tendrá la misma suerte
que la gloria de los hijos de Israel
–oráculo del Señor de los ejércitos–.

4 Aquel día, disminuirá la gloria de Jacob
y enflaquecerá la gordura de su cuerpo.

5 Será como cuando el segadorrecoge la mies
y su brazo siega las espigas,
como cuando se desgranan las espigas
en el valle de Refaím
6 y sólo queda un residuo;
o como cuando se golpea un olivo:
quedan dos o tres aceitunasen lo alto de la copa,
cuatro o cinco en las ramasdel árbol frutal
–oráculo del Señor, Dios de Israel–.

El fin de la idolatría

7 Aquel día, el hombre volverá la mirada hacia su Creador, y sus ojos mirarán al Santo de Israel.

8 Ya no volverá la mirada hacia los altares que son obra de sus manos, ni mirará hacia los postes sagrados y los altares de incienso que fabricaron sus dedos.

Contra los jardines de Adonis

9 Aquel día, tus ciudades de refugio serán abandonadas
como las de los jivitas y los amorreos
delante de los hijos de Israel,
y habrá una desolación.

10 Porque tú has olvidado al Diosde tu salvación
y no te has acordado de la Roca de tu refugio.
Por eso plantas plantaciones deliciosas
e injertas gajos extranjeros.

11 El mismo día que plantas,los ves crecer,
y a la mañana siguiente,ves germinar tu semilla.
Pero la cosecha se pierdeen un día funesto,
y el dolor es incurable.

La invasión de los pueblos

12 ¡Ah, ese rugido de pueblos numerosos,
que rugen como rugen los mares!
¡Ese bramido de naciones,
que braman como las aguas encrespadas!

13 Él los amenaza, y huyen bien lejos,
empujados como pajapor el viento de las montañas,
como la flor del cardo por el vendaval.

14 ¡Al atardecer, sobreviene el espanto,
antes del amanecer, ya no existen más!
Esta es la parte de los que nos despojan
y la suerte de los que nos saquean.
 
Capítulo 18: Isaías 18

Oráculo sobre Etiopía

18 1 ¡Ah, país del zumbido de alas, más allá de los ríos de Cus,
2 que envías emisarios por mar,
en canoas de junco, sobre las aguas!
Vayan, mensajeros veloces,
a una nación esbelta, de tez bronceada,
a un pueblo temible de cerca y de lejos,
a una nación vigorosa y dominadora,
cuyo país está surcado de ríos.

3 ¡Habitantes del mundo entero,
y ustedes, los que pueblan la tierra:
cuando se alce el estandarte, observen,
cuando suene la trompeta, escuchen!

4 Porque así me ha hablado el Señor:
Yo observaré impasible en mi puesto,
como el calor ardiente y deslumbrante,
como nube de rocíoen el calor de la cosecha.

5 Porque antes de la cosecha,acabada la floración,
cuando la flor se convierte en un racimo que madura,
se cortan los pámpanos con la podadora,
se arrancan y se quitan los sarmientos.

6 Todos ellos serán abandonados
a las aves de rapiña en las montañas
y a las fieras de la tierra:
las aves de rapiña pasarán allí el verano
y todas las fieras de la tierra, el invierno.

7 En aquel tiempo, se llevarán dones al Señor de los ejércitos de parte de un pueblo esbelto y bronceado, de un pueblo temible de cerca y de lejos, de una nación vigorosa y dominadora, cuyo país está surcado de ríos: se llevarán hasta el lugar donde reside el Nombre del Señor de los ejércitos, a la Montaña de Sión.
 
Capítulo 19: Isaías 19

Oráculo sobre Egipto

19 1 Oráculo sobre Egipto.¡Miren al Señor que entra en Egipto,
montado sobre una nube ligera!
Ante él vacilan los ídolos de Egipto,
y el corazón de Egipto se disuelve en su interior.

2 Yo incitaré a egipcios contra egipcios
y combatirán hermano contra hermano,
amigo contra amigo,
ciudad contra ciudad,
reino contra reino.

3 El espíritu de Egipto se desvanecerá en su interior,
yo confundiré sus designios,
y ellos consultarán a ídolos y encantadores,
a nigromantes y adivinos.

4 Entregaré a los egipcios
en manos de un amo implacable,
y un rey cruel los dominará
–oráculo del Señor de los ejércitos–.

5 Las aguas del mar se secarán
y el Río quedará árido y reseco;
6 los canales apestarán,
los Nilos de Egipto bajarán hasta secarse,
las cañas y los juncos se marchitarán.

7 Toda la vegetación de los bordes del Nilo
y todas las plantas sembradas junto a él se secarán:
serán arrasadas y desaparecerán.

8 Gemirán los pescadores,
los que arrojan el anzuelo en el Niloestarán de duelo,
y desfallecerán los que echan la redsobre las aguas.

9 Los que trabajan el linoquedarán defraudados,
las cardadoras y los tejedoresse pondrán lívidos,
10 sus tejedores se sentirán acongojados
y todos los asalariados, afligidos.

11 ¡Qué necios son los príncipes de Soán!
¡Los más sabios consejeros del Faraón
forman un consejo de estúpidos!
¿Como pueden ustedes decir al Faraón:
"Yo soy hijo de sabios,
hijo de antiguos reyes"?

12 ¿Dónde están tus sabios?
¡Vamos, que te anuncien
y te den a conocer
lo que el Señor de los ejércitos
ha proyectado contra Egipto!

13 ¡Se han enloquecido los príncipesde Soán,
se ilusionan los príncipes de Nof,
los dignatarios de sus tribus
han extraviado a Egipto!

14 El Señor ha derramado en medio de ellos
un espíritu de vértigo,
y ellos extravían a Egiptoen todo lo que emprende,
como pierde pie el borrachocuando vomita.

15 Y no será para provecho de Egipto nada de lo que hagan la cabeza y la cola, la palmera y el junco.

La conversión de Egipto y de Asiria

16 Aquel día, los egipcios serán como mujeres: temblarán y estarán aterrorizados ante la mano amenazadora del Señor de los ejércitos, que él agitará contra ellos.

17 La tierra de Judá será el espanto de Egipto: cada vez que se la mencione, Egipto temblará a causa del designio que el Señor ha proyectado contra él.

18 Aquel día, habrá en la tierra de Egipto cinco ciudades que hablarán la lengua de Canaán y jurarán por el Señor de los ejércitos; una de ellas se llamará Ciudad del Sol.

19 Aquel día, habrá un altar para el Señor en medio del país de Egipto, y una estela para el Señor junto a la frontera.

20 Esto servirá de señal y de testimonio para el Señor de los ejércitos en el país de Egipto. Cuando ellos clamen al Señor a causa de sus opresores, él les enviará un salvador y un defensor, para que los libre.

21 El Señor se dará a conocer a los egipcios, y los egipcios conocerán al Señor en aquel día. Lo servirán con sacrificios y oblaciones; harán votos al Señor y los cumplirán.

22 El Señor herirá a Egipto, pero sólo para sanarlo. Ellos se volverán al Señor, y él los escuchará y los sanará.

23 Aquel día, habrá un camino entre Egipto y Asiria: los asirios irán a Egipto, y los egipcios a Asiria; y Egipto rendirá culto junto con Asiria.

24 Aquel día, estarán juntos los tres, Egipto, Asiria e Israel, y este será una bendición en medio de la tierra.

25 El Señor de los ejércitos los bendecirá, diciendo: "Bendito sea Egipto, mi pueblo, y Asiria, la obra de mis manos, e Israel, mi herencia".
 
Capítulo 20: Isaías 20

Anuncio simbólico de la derrota de Egipto

20 1 El año en que el general en jefe enviado por Sargón, rey de Asiria, llegó a Asdod, la atacó y la tomó, 2 en ese mismo tiempo, el Señor habló por medio de Isaías, hijo de Amós, diciendo: "Ve, despójate del sayal que llevas ceñido, y quítate las sandalias de los pies". Él lo hizo así, y anduvo desnudo y descalzo.

3 El Señor dijo: "Así como mi servidor Isaías anduvo desnudo y descalzo durante tres años, como signo y presagio contra Egipto y contra Cus, 4 así el rey de Asiria llevará desnudos y descalzos, y con las nalgas al aire, a los cautivos de Egipto y a los deportados de Cus, jóvenes y viejos, para vergüenza de Egipto.

5 La gente sentirá terror y vergüenza a causa de Cus, su esperanza, y a causa de Egipto, su orgullo.

6 Y los habitantes de esta costa dirán en aquel día: ‘¡Ahí está nuestra esperanza, a la que acudíamos en busca de auxilio, para ser librados del rey de Asiria! Y ahora nosotros ¿cómo podremos escapar ?’".
 
Capítulo 21: Isaías 21

La caída de Babilonia

21 1 Oráculo sobre el desierto del mar.
¡Como torbellinos que pasan por el Négueb,
él viene del desierto,
de un país temible!

2 Una visión siniestra me ha sido revelada:
el traidor traiciona,
el devastador devasta.
"¡Sube, Elám,
al asedio, medos!
Yo hago cesar todos los gemidos".

3 Por eso mis entrañas
se sienten convulsionadas;
me asaltan los dolores,
dolores como los del parto.
Me desconcierta lo que oigo,
me espanta lo que veo.

4 Se extravía mi mente,
el pánico me aterra;
el crepúsculo que ansiaba
se ha vuelto para mí un horror.

5 Se pone la mesa,
se extiende el tapiz,
se come, se bebe.
¡De pie, príncipes,
engrasen el escudo!

6 Porque así me ha hablado el Señor:
"¡Ve, aposta al centinela,
que anuncie lo que vea!

7 Si ve gente a caballo,
parejas de jinetes,
hombres montados en asnos,
hombres montados en camellos,
que preste atención,
mucha atención".

8 Entonces gritó el vigía:
"Sobre la atalaya, Señor,
estoy siempre de pie, todo el día;
en mi puesto de guardia,
estoy alerta toda la noche.

9 ¡Miren, llegan hombres montados,
parejas de jinetes!".
Luego retoma la palabra y dice:
"¡Ha caído, ha caído Babilonia,
y todas las estatuas de sus dioses
se han hecho añicos contra el suelo!".

10 ¡Pueblo mío, trillado
y aventado en la era,
lo que oí del Señor de los ejércitos,
el Dios de Israel,
te lo he anunciado!

Oráculo sobre Dumá

11 Oráculo sobre Dumá.
Alguien me grita desde Seír:
"Centinela, ¿cuánto queda de la noche?
Centinela, ¿cuánto queda de la noche?".

12 El centinela responde:
"Llega la mañana y de nuevo la noche.
Si quieren preguntar, pregunten;
vengan otra vez".

Oráculo sobre las tribus árabes

13 Oráculo en la estepa.
Entre las malezas, en la estepa,
ustedes pasarán la noche,
caravanas de los dedanitas.

14 Lleven agua al encuentro de los sedientos,
habitantes del país de Temá,
salgan a recibir con pan a los fugitivos.

15 Porque ellos huyen ante las espadas,
ante la espada desenvainada,
ante el arco tendido,
ante el encarnizamiento del combate.

16 Porque así me ha hablado el Señor: "Dentro de un año, computado como los años de un mercenario, se habrá terminado toda la gloria de Quedar.

17 Y el resto de los arqueros de los valientes hijos de Quedar será muy poca cosa. Porque ha hablado el Señor, el Dios de Israel".
 
Capítulo 22: Isaías 22

Contra la euforia de Jerusalén

22 1 Oráculo sobre el valle de la Visión.
¿Qué es lo que te sucede
para que subas en masa a las azoteas,
2 tú, que estás llena de bullicio,
ciudad tumultuosa, ciudad alegre?
Tus víctimas no son víctimas de la espada
ni muertos en el combate.

3 Tus jefes desertaron todos juntos,
cayeron prisioneros sin disparar el arco;
todos tus valientes fueron apresados,
mientras huían lejos.

4 Por eso dije: "¡Aparten sus ojos de mí,
voy a llorar amargamente;
no insistan en consolarme
por la devastación de la hija de mi pueblo!".

5 Porque es un día de confusión,
de humillación y consternación,
enviado por el Señor de los ejércitos:
en el valle de la Visiónse socavaba el muro,
el clamor llegaba a la montaña.

6 Elám tomó la aljaba,
Arám montó a caballo,
Quir desenfundó el escudo.

7 Tus valles más hermosos
se llenaron de carros de guerra,
los jinetes se apostaron a la Puerta
8 y cayó la defensa de Judá.
Aquel día, ustedes volvieron los ojos
hacia el arsenal de la Casa de Bosque.

9 Vieron qué numerosas eran
las brechas de la Ciudad de David;
juntaron agua en la cisterna inferior;
10 contaron las casas de Jerusalén
y derribaron algunaspara reforzar la muralla;
11 hicieron un depósito entre los dos muros
para las aguas de la cisterna antigua.
¡Pero no se fijaron en el que hacía todo eso,
ni miraron al que lo planeóhace mucho tiempo!

12 Aquel día, el Señor de los ejércitos
convocaba al llanto y al luto,
a raparse la cabeza y vestirse de sayal;
13 en cambio, hay gozo y alegría,
se matan bueyes y se degüellan ovejas,
se come carne y se bebe vino:
"¡Comamos y bebamos,porque mañana moriremos!".

14 El señor de los ejércitosse ha revelado a mi oído:
No, esta falta no les será expiada
hasta que ustedes mueran,
dice el Señor de los ejércitos.

Contra Sebná, el mayordomo de palacio

15 Así habla el Señor de los ejércitos:
"Ve a encontrarte con ese intendente,
Sebná, el mayordomo de palacio,
16 que talla su sepulcro en la altura
y se cava una morada en la roca.
¿Qué tienes y a quién tienes aquí,
para tallarte aquí un sepulcro?

17 Mira que el Señor te arroja
de un solo golpe, hombre fuerte;
te envuelve bien envuelto,
18 te ata fuerte como un ovillo
y te arroja como una bola
a un país de vastas dimensiones.
Allí morirás, y allí irán a parar
los carruajes que eran tu gloria,
¡tú, deshonra de la casa de tu señor!

19 Yo te derribaré de tu sitial
y te destituiré de tu cargo.

20 Y aquel día, llamaré a mi servidor
Eliaquím, hijo de Jilquías;
21 lo vestiré con tu túnica,
lo ceñiré con tu faja,
pondré tus poderes en su mano,
y él será un padrepara los habitantes de Jerusalén
y para la casa de Judá.

22 Pondré sobre sus hombros
la llave de la casa de David:
lo que él abra, nadie lo cerrará;
lo que él cierre, nadie lo abrirá.

23 Lo clavaré como una estaca
en un sitio firme,
y será un trono de gloria
para la casa de su padre.

24 De él estará suspendida
toda la gloria de la casa de su padre:
retoños y gajos,
todos los vasos pequeños,
desde las tazas
hasta las vasijas de todas clases.

25 Aquel día –oráculo del Señor de los ejércitos–
cederá la estaca clavada en un sitio firme,
se quebrará, caerá,
y la carga que estaba sobre ellaserá destruida,
porque ha hablado el Señor.
 
Capítulo 23: Isaías 23

Oráculo sobre Tiro y Sidón

23 1 Oráculo sobre Tiro.¡Giman, naves de Tarsis,
porque su puerto ha sido devastado!
Cuando llegaban de Quitím,
recibieron el anuncio.

2 ¡Enmudezcan, habitantes de la costa,
comerciantes de Sidón,
cuyos emisarios atraviesan el mar,
3 por las aguas profundas!
El grano de Sijor, las cosechas del Nilo,
le aportaban ganancias:
¡ella era el emporio de las naciones!

4 Avergüénzate, Sidón, fortaleza del mar,
porque el mar habla así:
"No he sufrido los dolores del parto,
ni he dado a luz;
no he criado muchachos
ni hice crecer muchachas".

5 Cuando se enteren en Egipto,
temblarán por las noticias de Tiro.

6 Emigren a Tarsis,
giman, habitantes de la costa.

7 ¿Es esta la ciudad alegre,
la de orígenes remotos,
cuyos pasos la llevaron
a colonias lejanas?

8 ¿Quién ha concebido esto contra Tiro,
la que repartía coronas,
cuyos comerciantes eran príncipes
y sus mercaderes, grandes de la tierra?

9 Lo ha concebido el Señor de los ejércitos,
para envilecer la soberbia de todo esplendor,
para humillar a los grandes de la tierra.

10 Cultiva tu tierra, hija de Tarsis,
como a lo largo del Nilo:
¡el puerto no existe más!

11 Él ha extendido su mano sobre el mar,
ha hecho temblar los reinos;
el Señor ha ordenado a Canaán
que destruya sus fortalezas.

12 Él ha dicho: "¡No te regocijarás nunca más,
virgen violada, hija de Sidón!".
Levántate y emigra a Quitím,
aunque tampoco allí tendrás descanso.

13 Mira el país de los caldeos,
ese pueblo que ya no existe;
Asiria lo destinó a las fieras del desierto:
levantaron sus torres de asalto,
demolieron sus palacios,
lo redujeron a escombros.

14 ¡Giman, naves de Tarsis,
porque su fortaleza ha sido devastada!

15 Aquel día, Tiro será olvidada durante setenta años, que es la duración de la vida de un rey. Al cabo de setenta años, a Tiro le sucederá como en la canción de la prostituta:
16 "¡Toma la cítara,
recorre la ciudad,
prostituta olvidada!
Toca bien, canta mucho,
para que se acuerden de ti".

17 Al cabo de setenta años, el Señor visitará a Tiro. Ella volverá a su antiguo comercio, y se prostituirá con todos los reinos de la tierra, sobre la superficie del suelo.

18 Pero sus ganancias y sus salarios serán consagrados al Señor. No serán acumulados ni atesorados: serán para los que habitan delante del Señor, a fin de que coman hasta saciarse y se atavíen espléndidamente.

APOCALIPSIS DE ISAÍAS

Los capítulos 24-27 forman una sección aparte dentro del libro de Isaías, compuesta después del exilio por los continuadores de su mensaje. Con las imágenes y los símbolos propios del estilo apocalíptico, estos poemas e himnos litúrgicos anuncian la instauración del Reino de Dios, después del Juicio de las naciones y de la victoria del Señor sobre todas las fuerzas del mal. La "ciudad del caos" se derrumbará (24. 10) y en lugar de ella se alzará una Jerusalén renovada, la Ciudad de Dios (26. 1-2). Allí se reunirán los dispersos de Israel (27. 12-13), y el Señor ofrecerá en su Montaña santa un banquete para todos los pueblos (25. 6). La muerte desaparecerá para siempre y el mismo Señor enjugará las lágrimas de todos los rostros (25. 8).

Estas imágenes reaparecerán más tarde en el libro del Apocalipsis, para describir las luchas de la Iglesia en la historia, el triunfo de la justicia de Dios sobre el pecado y la felicidad prometida a los herederos del Reino (Apoc. 7. 17; 21. 4).
 
Capítulo 24: Isaías 24

La conmoción universal

24 1 Miren, el Señor arrasa la tierra y la deja desierta,
trastorna su faz y dispersa a sus habitantes.
2 Correrán la misma suerte
tanto el pueblo como el sacerdote,
el esclavo como su señor,
la esclava como su señora,
el comprador como el vendedor,
el que pide prestado como el que presta,
el acreedor como el deudor.

3 La tierra es arrasada, sí, arrasada,
saqueada por completo,
porque el Señor ha pronunciado esta palabra.

4 La tierra está de duelo, desfallece,
el mundo se marchita,
desfallecen las alturas junto con la tierra.

5 La tierra está profanada
bajo los pies de los que la habitan,
porque ellos violaron las leyes,
transgredieron los preceptos,
rompieron la alianza eterna.

6 Por eso la Maldición devora la tierra
y sus habitantes soportan la pena;
por eso se consumen los habitantes de la tierra
y no quedan más que unos pocos.

La ciudad desolada

7 El vino nuevo está de duelo,
la viña desfallece,
gimen los que estaban alegres.

8 Cesó la alegría de los tamboriles,
se acabó el tumultode los que se divierten,
cesó la alegría de las cítaras.

9 Ya no se bebe vino entre canciones,
el licor es amargo para el que lo bebe.

10 Se ha derrumbado la ciudad del caos,
está cerrada la entrada de todas las casas.

11 Se pide vino a gritos por las calles,
se ha apagado toda alegría,
ha sido desterrada la alegría del país.

12 No queda más que desolación en la ciudad,
la puerta ha sido rota a pedazos.

La salvación de un resto

13 Sí, en medio de la tierra,entre las naciones,
sucederá lo que pasa con el olivo,
cuando se bajan a golpes las aceitunas,
o cuando todavía quedan unos racimos,
una vez acabada la vendimia.

14 Ellos elevan la voz, gritan de alegría,
aclaman desde el ponientela majestad del Señor.

15 Por eso en el orientese glorifica al Señor,
y en las costas del mar,
el nombre del Señor, Dios de Israel.

16 Desde el confín de la tierraoímos cantar:
"¡Gloria al Justo!".

El juicio y la victoria del Señor

Pero yo digo: "¡Desfallezco,
desfallezco! ¡Ay de mí!".
Los traidores traicionan,
los traidores perpetran traiciones.

17 ¡Terror, fosa y red,
contra ti, habitante de la tierra!

18 El que huya del grito de terror,
caerá en la fosa;
el que suba del fondo de la fosa
quedará atrapado en la red.
Porque están abiertas las compuertasde lo alto
y tiemblan los cimientos de la tierra.

19 ¡La tierra se quiebra, se resquebraja,
la tierra se parte, se parte en pedazos,
se mueve, se conmueve la tierra!

20 La tierra se tambaleacomo un borracho
y se sacude como una cabaña.
Tanto le pesa su pecado
que cae y no se alzará nunca más.

21 Aquel día, el Señor pedirá cuenta
al ejército de lo alto, en la altura,
y a los reyes de la tierra, sobre la tierra.

22 Ellos serán reunidos,reunidos en un calabozo,
recluidos en una prisión,
y después de muchos díastendrán que dar cuenta.

23 La luna se sonrojará
y el sol se avergonzará,
porque reinará el Señor de los ejércitos
sobre el monte Sión y en Jerusalén,
y ante sus ancianos resplandecerá la Gloria.
 
Capítulo 25: Isaías 25

Canto de acción de gracias por la salvación

25 1 Señor, tú eres mi Dios,yo te exalto, doy gracias a tu Nombre.
Porque tú has realizado designios admirables,
firmemente establecidosdesde tiempos antiguos.

2 Has hecho de la ciudadun montón de escombros,
de la ciudad fortificada, una ruina.
La ciudadela enemiga ya no es una ciudad,
nunca más será reconstruida.

3 Por eso te glorifica un pueblo fuerte,
la ciudad de los tiranos siente temor de ti.

4 Porque has sido un refugio para el débil,
un refugio para el pobre en su angustia,
un resguardo contra la tormenta,
una sombra contra el calor.
Porque el soplo de los tiranos
es como tormenta de invierno,
5 como el calor en el suelo reseco.
Tú acallas el tumulto del enemigo:
como el calor por la sombra de una nube,
así se extingue el canto de los tiranos.

El banquete escatológico

6 El Señor de los ejércitos
ofrecerá a todos los pueblossobre esta montaña
un banquete de manjares suculentos,
un banquete de vinos añejados,
de manjares suculentos, medulosos,
de vinos añejados, decantados.

7 Él arrancará sobre esta montaña
el velo que cubre a todos los pueblos,
el paño tendido sobre todas las naciones.

8 Destruirá la Muerte para siempre;
el Señor enjugará las lágrimas
de todos los rostros,
y borrará sobre toda la tierra
el oprobio de su pueblo,
porque lo ha dicho él, el Señor.

9 Y se dirá en aquel día:
"Ahí está nuestro Dios,
de quien esperábamos la salvación:
es el Señor, en quien nosotros esperábamos;
¡alegrémonos y regocijémonosde su salvación!".

La humillación de Moab

10 Porque la mano del Señor se posará sobre esta montaña,
pero Moab será pisoteado en su suelo,
como se pisotea la paja en el estercolero.

11 En medio de esto, extenderá sus manos,
como las extiende el nadador para nadar;
pero el Señor aplastará su orgullo,
a pesar del esfuerzo de sus manos.

12 Los baluartes inaccesibles de tus murallas,
los derribó, los abatió,
los echó por tierra hasta el polvo.
 
Capítulo 26: Isaías 26

Canto de victoria

26 1 Aquel día, se entonará este canto en el país de Judá:
Tenemos una ciudad fuerte,
el Señor le ha puesto como salvaguardia
muros y antemuros.

2 Abran las puertas,
para que entre una nación justa,
que se mantiene fiel.

3 Su carácter es firme,
y tú la conservas en paz,
porque ella confía en ti.

4 Confíen en el Señor para siempre,
porque el Señor es una Roca eterna.

5 Él doblegó a los que habitabanen la altura,
en la ciudad inaccesible;
la humilló hasta la tierra,
le hizo tocar el polvo.

6 Ella es pisoteada
por los pies del pobre,
por las pisadas de los débiles.

Salmo: la esperanza en los juicios del Señor

7 La senda del justo es recta,
tu allanas el sendero del justo.

8 Sí, en la senda trazada por tus juicios,
esperamos en ti, Señor:
tu Nombre y tu recuerdo
son el deseo de nuestra alma.

9 Mi alma te desea por la noche,
y mi espíritu te busca de madrugada,
porque cuando tus juicios se ejercen sobre la tierra,
los habitantes del mundoaprenden la justicia.

10 Si se hace gracia al malvado,
no aprende la justicia:
en el país de la rectitud,obra perversamente,
sin mirar la majestad del Señor.

11 Señor, tu mano está levantada,
pero ellos no la ven:
¡que vean avergonzadostu celo por el pueblo,
que los devore el fuegodestinado a tus adversarios!

12 Señor, tú nos aseguras la paz,
porque eres tú el que realiza por nosotros
todo lo que nosotros hacemos.

13 Señor, Dios nuestro,
otros señores nos han dominado,
pero a nadie reconocemos fuera de ti,
solamente pronunciamos tu Nombre.

14 Los muertos no revivirán,
las Sombras no se levantarán:
tú has intervenido para exterminarlos,
hiciste desaparecer hasta su recuerdo.

15 Has engrandecido la nación, Señor,
has engrandecido la nación,
has manifestado tu gloria,
has ensanchado todas las fronteras del país.

16 En medio de la angustia, Señor,acudimos a ti,
clamamos en la opresión,
cuando nos golpeaba tu castigo.

17 Como la mujer embarazada,que está por dar a luz,
se retuerce y da gritos de dolor,
así éramos nosotros delante de ti, Señor.

18 Hemos concebido, nos hemos retorcido,
y no dimos a luz más que viento.
¡No hemos traído la salvación a la tierra,
no le nacieron habitantes al mundo!

19 Pero tus muertos revivirán,
se levantarán sus cadáveres.
¡Despierten y griten de alegría
los que yacen en el polvo!
Porque tu rocío es un rocío de luz,
y la tierra dará vida a las Sombras.

El castigo de los habitantes de la tierra

20 ¡Ve, pueblo mío,entra en tus habitaciones
y cierra tus puertas por dentro;
escóndete por un instante,
hasta que pase la ira!

21 Porque el Señor sale de su morada
para pedir cuenta de su iniquidad
a los habitantes de la tierra:
la tierra pondrá al descubierto la sangre derramada
y ya no cubrirá a sus muertos.
 
Capítulo 27: Isaías 27

El castigo de Leviatán

27 1 Aquel día, el Señor castigarácon su espada bien templada,
grande y fuerte,
a Leviatán, la Serpiente huidiza,
a Leviatán, la Serpiente tortuosa,
y matará al Dragón que está en el mar.

El canto de la viña

2 Aquel día, canten a la viña deliciosa:
3 Yo, el Señor, soy su guardián,
la riego constantemente;
para que nadie le haga daño,
la cuido día y noche.

4 Ya no estoy enojado:
aunque haya cardos y espinas
iré a luchar contra ellos
y los quemaré todos juntos.

5 A menos que se acojan a mi amparo,
que hagan las paces conmigo:
¡sí, que hagan las paces conmigo!

La expiación de los pecados de Israel

6 En los días que vendrán,Jacob echará raíces,
Israel florecerá, dará brotes,
y llenará el mundo con sus frutos.

7 ¿Acaso el Señor lo ha golpeado
como golpeó al que lo golpeaba?
¿Lo ha matado como matóa los que lo mataban?

8 Al expulsarlo, al despoblarlo,
has concluido tu pleito con él.
Él lo arrolló con su soplo violento,
en un día de viento del este.

9 Así será expiada la iniquidad de Jacob,
y este será el fruto de la remisión de su pecado:
¡él tratará todas las piedras de altar
como piedra caliza que se tritura,
los postes sagradosy los altares de incienso
no quedarán en pie!

La ciudad abandonada

10 La plaza fuerte está solitaria,
es un pastizal abierto,
abandonado como el desierto.
Allí va a pacer el ternero,
allí se recuesta y deshoja las ramas.

11 Al secarse, se quiebran las ramas,
y vienen mujeres a prenderles fuego.
Porque este es un pueblo sin inteligencia:
por eso su Creadorno le tiene compasión,
el que lo formó no se apiada de él.

El retorno de los israelitas

12 Aquel día, el Señor trillará el grano
desde el curso del Ríohasta el Torrente de Egipto,
y ustedes, israelitas,
serán espigados uno por uno.

13 Aquel día, sonará la gran trompeta,
y vendrán los que estaban perdidosen el país de Asiria
y los desterrados en el país de Egipto,
para adorar al Señor
sobre la santa Montaña, en Jerusalén.

ORÁCULOS SOBRE ISRAEL Y JUDÁ

En el 705 a. C., al morir el rey de Asiria Sargón II, lo sucede en el trono su hijo Senaquerib. Los pueblos vasallos aprovechan esta oportunidad para sublevarse, y la rebelión se extiende hasta Siria y Palestina. Ezequías, rey de Judá, no sólo se pliega a ella, sino que asume el liderazgo de la insurrección. Él envía mensajeros a Egipto para negociar un tratado (30. 1-7) y organiza la defensa de Jerusalén (2 Crón. 32. 1-8).

Una vez más, Isaías se opone tenazmente a esas alianzas políticas y militares (31. 1). Apoyarse en las armas de Egipto es una grave falta de confianza en el poder de Dios. Asiria es un instrumento en las manos del Señor para castigar los pecados de los pueblos: cuando haya cumplido su misión, desaparecerá como los demás imperios de la tierra.

Pero las palabras de Isaías encontraron poco eco en el rey y sus consejeros. ¿No era acaso más prudente confiar en la caballería de Egipto que depositar toda la confianza en el Señor? Sin embargo, los hechos dieron la razón al profeta. Egipto fue derrotado y Judá tuvo que someterse al poder de los asirios.

Ezequías pagó un pesado tributo y Jerusalén fue sitiada. Entonces Isaías asumió una nueva actitud. Frente a la arrogancia del invasor, sus oráculos predicen la caída de Asiria y reconfortan a Judá con un mensaje de salvación (30. 27-33; 31. 8-9).
 
Capítulo 28: Isaías 28

La caída de Samaría

28 1 ¡Ay de la soberbia corona de los ebrios de Efraím,
y de la flor marchita que lucen como adorno,
sobre lo alto del valle fértil!
¡Ay de ustedes, los volteados por el vino!

2 Miren, el Señor tiene a un hombre fuerte y poderoso:
como tormenta de granizoy tempestad arrasadora,
como tormenta de aguas impetuosas, torrenciales,
él lo echa todo por tierra violentamente.

3 Con ambos pies será pisoteada
la soberbia corona de los ebrios de Efraím.

4 Y la flor marchita que lucen como adorno,
sobre lo alto del valle fértil,
será como una breva antes del verano:
el primero que la ve,
apenas la tiene en la mano, se la traga.

5 Aquel día, el Señor de los ejércitos
será una espléndida corona
y una diadema de gloria
para el resto de su pueblo;
6 inspirará la justicia
a los que se sientan en el tribunal,
y dará fortaleza
a los que rechazan el asalto a las puertas.

Contra los sacerdotes y los falsos profetas

7 Estos también se extravían por el vino
y van dando tumbos por la bebida:
sacerdote y profeta se extravían por la bebida,
se aturden con el vino,
van dando tumbos por la bebida,
se extravían en la visión,
titubean en la decisión.

8 ¡Sí, todas las mesas están llenas
de vómitos inmundos,
no queda espacio limpio!

9 "¿A quién pretende instruir
y hacerle comprender lo que él oye?
¿A niños recién destetados,
que acaban de dejar el pecho?

10 Porque todo no es más que:
sau lasau, sau lasau,
cau lacau, cau lacau,
un poco aquí, otro poco allí".

11 Ahora bien: en un lenguaje balbuciente
y en una lengua extranjera,
el Señor hablará a este pueblo,
12 al que le dijo una vez: "Este es el descanso,
hagan descansar al exhausto,
aquí está la tranquilidad".
¡Pero ellos no quisieron escuchar!

13 Entonces la palabra del Señorles sonará así:
sau lasau, sau lasau,
cau lacau, cau lacau,
un poco aquí, otro poco allí,
a fin de que caigan de espaldas al caminar,
se destrocen y queden enredados en la trampa.

El falso refugio y el verdadero fundamento puesto por el Señor

14 Por eso, escuchen la palabra del Señor,
ustedes, gente burlona,
dominadores de este pueblo
que está en Jerusalén.

15 Ustedes dicen: "Hemos hechouna alianza con la Muerte,
hemos establecido un pacto con el Abismo.
Cuando pase el flagelo desencadenado, no nos alcanzará,
porque hemos hecho de la mentira un refugio
y nos hemos amparado en el engaño".

16 Por eso, así habla el Señor:
Miren que yo pongo una piedra en Sión,
una piedra a toda prueba,
una piedra angular, escogida,bien cimentada:
el que tenga fe no vacilará.

17 Yo usaré el derecho como medida
y la justicia como plomada.
El granizo barrerá el refugio de la mentira
y las aguas inundarán el escondite.

18 La alianza que hicieron con la Muerteserá anulada
y no se mantendrá el pacto con el Abismo.
Cuando pase el flagelo desencadenado,serán aplastados:
19 los arrollará cada vez que pase,
porque pasará una mañana tras otra,de día y de noche,
y será algo terrible comprender el mensaje.

20 El lecho será demasiado cortopara estirarse,
la manta demasiado estrechapara envolverse.

21 ¡Sí, el Señor se alzarácomo en el monte Parasím,
se enfurecerá como en el valle de Gabaón,
para realizar su obra, una obra extraña,
para ejecutar su tarea, una tarea inaudita!

22 Por lo tanto, dejen de burlarse,
no sea que se aprieten más las ataduras,
porque es un decreto de exterminioel que yo escuché
de parte del Señor de los ejércitos
contra todo el país.

La parábola del agricultor

23 ¡Presten oído y escuchen mi voz,
estén atentos y oigan mi palabra!

24 ¿Acaso el que ara para sembrar
se pasa todo el día arando,
abriendo surcos y rastrillando su terreno?

25 Una vez igualada la superficie,
¿no siembra el hinojoy esparce el comino,
planta el trigo en hileras,
la cebada en el lugar señalado
y la espelta en sus linderos?

26 El que le enseña estas reglas,
el que lo instruye, es su Dios.

27 El hinojo no se trilla con el rastrillo,
no se pasa sobre el cominola rueda del carro:
el hinojo se golpea con la vara
y el comino con el bastón.

28 ¿Se tritura el grano? No,
no se lo trilla indefinidamente;
se hace girar la rueda del carro,
se lo machaca, pero no se lo tritura.

29 También esto procede del Señor de los ejércitos,
admirable por su consejo y grande por su destreza.
 
Capítulo 29: Isaías 29

Asedio y liberación de Jerusalén

29 1 ¡Ay, Ariel, Ariel,ciudad contra la que acampó David!
Añadan un año a otro año,
que las fiestas completen su ciclo:
2 entonces yo oprimiré a Ariel,
habrá gemidos y quejidos,
y tú serás para mí como un "ariel".

3 Yo acamparé contra ti, como David,
te cercaré con empalizadas
y levantaré contra ti torres de asalto.

4 Abatida, hablarás desde la tierra
y tu palabra saldrá débilmente del polvo;
tu voz vendrá de la tierra,como la de un espectro,
y tu palabra será un susurro desde el polvo.

5 Pero el tropel de tus adversarios
quedará reducido a polvo,
y el tropel de los tiranos
será como paja que se lleva el viento.
De repente, en un instante,
6 serás visitada por el Señor de los ejércitos,
con trueno, fragor y gran estruendo,
huracán, tempestad y llama de fuego devorador.

7 Pasará como un sueño,una visión nocturna,
el tropel de todas las naciones
que atacaban a Ariel,
todos los que combatían contra ella y su fortaleza
y la tenían cercada.

8 Como el hambriento sueña que come,
y se despierta con el estómago vacío;
como el sediento sueña que bebe,
y se despierta exhausto, con la garganta seca,
así le sucederá al tropelde todas las naciones
que atacan a la montaña de Sión.

La ceguera del pueblo

9 ¡Pásmense y quédense pasmados,
enceguézcanse y quédense ciegos!
¡Embriáguense, pero no con vino,
vacilen, pero no por la bebida!

10 Porque el Señor ha derramado sobre ustedes
un espíritu de letargo,
les ha cerrado los ojos –los profetas–
les ha cubierto sus cabezas –los videntes–
11 y toda visión es para ustedes
como las palabras de un libro sellado.
Se lo dan a uno que sabe leer, diciéndole: "Lee esto". Pero él responde: "No puedo, porque el libro está sellado".

12 Le dan el libro a uno que no sabe leer, diciéndole: "Lee esto". Y él responde: "No sé leer".

Contra el formalismo religioso

13 El Señor ha dicho:
Este pueblo se acerca a mí con la boca
y me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí,
y el temor que me tiene
no es más que un precepto humano,
aprendido por rutina.

14 Por eso, yo seguiré haciendo prodigios,
prodigios estupendos,en medio de este pueblo:
desaparecerá la sabiduría de sus sabios
y se eclipsará la inteligencia
de sus inteligentes.

Contra los que obran a espaldas del Señor

15 Ay de los que traman secretamente
para ocultar sus proyectos al Señor,
de los que actúan en la oscuridad
y dicen: "¿Quién nos ve y quién nos conoce?".

16 ¡Qué desatino el de ustedes!
¿Acaso se puede pensar
que el alfarero es igual al barro
para que la obra diga al que la hizo:
"No me ha hecho él",
y la vasija diga de su alfarero:
"No entiende nada"?

Perspectivas de salvación

17 ¿No falta poco, muy poco tiempo,
para que el Líbano se vuelva un vergel
y el vergel parezca un bosque ?

18 Aquel día, los sordos oirán
las palabras del libro,
y verán los ojos de los ciegos,
libres de tinieblas y oscuridad.

19 Los humildes se alegrarán más y másen el Señor
y los más indigentes se regocijarán
en el Santo de Israel.

20 Porque se acabarán los tiranos,
desaparecerá el insolente,
y serán extirpados los que acechan
para hacer el mal,
21 los que con una palabra
hacen condenar a un hombre,
los que tienden trampasal que actúa en un juicio,
y porque sí no más perjudican al justo.

22 Por eso, así habla el Señor,
el Dios de la casa de Jacob,
el que rescató a Abraham:
En adelante, Jacob no se avergonzará
ni se pondrá pálido su rostro.

23 Porque, al ver lo que hagoen medio de él,
proclamarán que mi Nombre es santo,
proclamarán santo al Santo de Jacob
y temerán al Dios de Israel.

24 Los espíritus extraviadosllegarán a entender
y los recalcitrantes aceptarán la enseñanza.
 
Capítulo 30: Isaías 30

Contra el pacto con Egipto

30 1 ¡Ay de los hijos rebeldes–oráculo del Señor– que hacen planes sin contar conmigo, que concluyen pactos contrarios a mi espíritu,
añadiendo así un pecado tras otro!

2 Se ponen en camino para bajar a Egipto
sin haberme consultado,
para refugiarse al amparo del Faraón
y protegerse a la sombra de Egipto.

3 El amparo del Faraón será su vergüenza
y la protección a la sombra de Egipto,su confusión.

4 Aunque sus jefes estén en Soán
y sus mensajeros hayan llegado a Janés,
5 todos ellos serán defraudados
por un pueblo que no sirve de nada,
que no les aporta ayuda ni provecho,
sino vergüenza y oprobio.

La inutilidad de la ayuda egipcia

6 Oráculo sobre las bestias del Négueb:
Por una tierra de miseria y angustia,
de donde salen la leona y el león,
la víbora y la serpiente voladora,
ellos llevan sus riquezas a lomo de asnos
y sus tesoros sobre la giba de los camellos,
a un pueblo que no sirve de nada.

7 ¡Egipto! Su ayuda es inútil y vana;
por eso yo lo llamé: "Rahab, la inmóvil".

El testimonio escrito del profeta

8 Ahora ve, escribe esto
en una tabla, delante de ellos,
e inscríbelo en un libro:
que sirva de testimonio perpetuo
para el tiempo futuro.

Castigo de la rebeldía y de la falsa confianza

9 Porque este es un pueblo en rebeldía,
son hijos mentirosos,
hijos que no quieren escuchar
la enseñanza del Señor.

10 Ellos dicen a los videntes:
"¡No tengan visiones!",
y a los profetas:
"¡No nos vaticinen la verdad!
¡Háblennos de cosas agradables,
tengan visiones ilusorias!

11 ¡Apártense del camino,
desvíense del sendero,
dejen de ponernos por delante
al Santo de Israel!".

12 Por eso, así habla el Santo de Israel:
Porque ustedes desprecian esta palabra
y confían en lo que es tortuoso y retorcido,
para tener donde apoyarse,
13 por eso, esta falta será para ustedes
como una grieta amenazadora
que se va agrandando en un muro elevado,
y de pronto, en un instante,
sobreviene el derrumbe;
14 o como se quiebra una vasija de alfarero
hecha añicos sin piedad,
sin que se encuentre entre sus pedazos
ni un trozo para sacar fuego del brasero
o para extraer agua del aljibe.

15 Porque así habla el Señor,el Santo de Israel:
En la conversión y en la calma
está la salvación de ustedes;
en la serenidad y la confianza
está su fuerza.
¡Pero ustedes no lo han querido!

16 Ustedes dijeron:"¡No, huiremos a caballo!".
Está bien, tendrán que huir.
"¡Cabalgaremos velozmente!".
Está bien, sus perseguidores serán más veloces.

17 Ante la amenaza de uno solo,temblarán mil;
ante la amenaza de cinco, ustedes huirán,
hasta que sean dejados como un mástil
en la cumbre de una montaña,
como señal sobre una colina.

La conversión y la prosperidad futura de Jerusalén

18 A pesar de todo, el Señor espera
para apiadarse de ustedes;
a pesar de todo, él se levantará
para tenerles compasión:
porque el Señor es un Dios de justicia.
¡Felices todos los que esperan en él!

19 Sí, pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no tendrás que llorar: él se apiadará de ti al oír tu clamor; apenas te escuche, te responderá.

20 Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos.

21 Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: "Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda".

22 Tendrás por impuros a tus ídolos recubiertos de plata y a tus estatuas enchapadas en oro; los arrojarás como inmundicia, y les dirás: "¡Fuera de aquí!".

23 El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en el suelo, y el pan que produzca el terreno será rico y sustancioso. Aquel día, tu ganado pacerá en extensas praderas.

24 Los bueyes y los asnos que trabajen el suelo comerán forraje bien sazonado, aventado con el bieldo y la horquilla.

25 En todo monte elevado y en toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua, el día de la gran masacre, cuando se derrumben las torres.

26 Entonces, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más intensa –como la luz de siete días– el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de los golpes que le infligió.

Castigo de las naciones

27 ¡Miren que el nombre del Señorviene de lejos!
Arde su ira y es densa la humareda;
sus labios desbordan de indignación
y su lengua es como fuego devorador.

28 Su aliento es como un torrente desbordado,
que sube hasta el cuello,
para zarandear a las naciones con la criba destructora
y poner el freno del extravío en las quijadas de los pueblos.

29 Entonces, ustedes cantarán
como en la noche sagrada de la fiesta,
y habrá alegría en los corazones,
como cuando se avanza al son de la flauta
para ir a la montaña del Señor,
hacia la Roca de Israel.

30 El Señor hará oír su voz majestuosa
y mostrará su brazo que se descarga
en el ardor de su ira, en la llama de un fuego devorador,
en el huracán, la tormenta y el granizo.

31 Asiria temblará ante la voz del Señor,
que golpeará con el bastón;
32 y cada vez que pase la vara vengadora
que el Señor descargará contra ella,
irá acompañada de tamboriles y cítaras,
en los combates que el Señor entablará con ella,
blandiendo su brazo.

33 Porque la hoguera está preparada
hace tiempo,
está dispuesta también para el rey:
se ha hecho una pira profunda y ancha,
con fuego y leña en abundancia,
y el soplo del Señor la encenderá
como un torrente de azufre.
 
Capítulo 31: Isaías 31

Inutilidad de la alianza con Egipto

31 1 ¡Ay de los que bajan a Egipto para pedir ayuda, y buscan apoyo en los caballos!
Ellos confían en los carros,
porque son numerosos,
y en los jinetes, porque son muy fuertes,
pero no miran al Santo de Israel
ni consultan al Señor.

2 Sin embargo, él también es sabio:
hace venir la desgracia y no revoca su palabra,
se levanta contra la casa de los malvados
y contra la ayuda de los malhechores.

3 Los egipcios son hombres y no dioses,
sus caballos son carne y no espíritu.
Cuando el Señor extienda su mano,
tropezará el que ayuda,
y caerá el que es ayudado,
y todos juntos desaparecerán.

El combate del Señor en favor de Jerusalén

4 Porque así me ha hablado el Señor:
Como gruñe el león
o el cachorro de león sobre su presa,
cuando se llama contra éla todos los pastores,
sin dejarse intimidar por sus gritos
ni amedrentarse por el tumulto,
así el Señor de los ejércitos bajará a combatir
sobre la montaña de Sión y su colina.

5 Como pájaros que revolotean,
así el Señor de los ejércitosprotegerá a Jerusalén:
él protegerá, salvará,
perdonará, librará.

6 ¡Vuelvan, israelitas,
a aquel de quien se han apartado tanto!

7 Sí, en aquel día, cada uno rechazará
sus ídolos de plata y sus ídolos de oro,
esos que ustedes se han fabricado con sus manos pecadoras.

8 Asiria caerá bajo una espadaque no es de un hombre,
una espada no humana la devorará:
ella huirá delante de la espada
y sus jóvenes irán a trabajos forzados.

9 Su roca huirá aterrorizada,
y sus jefes, espantados,abandonarán el estandarte.
–Oráculo del Señor,que tiene su fuego en Sión
y su horno en Jerusalén–.
 
Capítulo 32: Isaías 32

El reinado de un rey justo

32 1 Sí, un rey reinará conforme a la justicia
y los príncipes gobernaránsegún el derecho.
2 Ellos serán como un refugio contra el viento,
como un reparo contra la tormenta,
como una corriente de aguaen suelo árido,
como la sombra de un peñascoen tierra reseca.

3 No se obnubilarán los ojos de los que ven
y los oídos de los que oyenestarán atentos;
4 el irreflexivo aprenderá a comprender
y la lengua tartamuda hablará con soltura y claridad.

5 Ya no se llamará noble al necio
ni se dará al sinvergüenza un título honorífico.

El comportamiento del necio y del noble

6 Porque el necio dice necedades
y su corazón maquina el mal,
para proceder con impiedad
y proferir aberraciones contra el Señor,
para dejar al hambriento con el estómago vacío
y privar de bebida al sediento.

7 En cuanto al sinvergüenza,usa malas artes,
no planea más que infamias,
para arruinar a los indigentes con engaños,
cuando el pobre reclama su derecho.

8 El hombre noble, en cambio,piensa noblemente
y se mantiene firme en su nobleza.

Contra las mujeres indolentes

9 ¡De pie, mujeres indolentes,
escuchen mi voz!
¡Presten oído a mi palabra,
mujeres demasiado confiadas!
10 Dentro de un año y unos días,
ustedes temblarán, mujeres confiadas,
porque terminará la vendimia
y no llegará la cosecha.

11 ¡Tiemblen, indolentes,
estremézcanse, confiadas,
desvístanse, desnúdense,
cíñanse la cintura!

12 Laméntense por los campos,
por los campos deliciosos,
por las viñas fértiles,
13 por el suelo de mi pueblo,
porque crecerán espinas y zarzas
en todas las casas felices
de la ciudad alegre.

14 Sí, la ciudadela ha quedado desierta
y la ciudad tumultuosa, abandonada.
Ofel y la Torre de guardia
serán madrigueras para siempre,
delicia de los asnos salvajes,
pastizal para los rebaños...

El reino futuro de la justicia y la paz

15...hasta que sea infundido en nosotros
un espíritu desde lo alto.
Entonces el desierto será un vergel
y el vergel parecerá un bosque.

16 En el desierto habitará el derecho
y la justicia morará en el vergel.

17 La obra de la justicia será la paz,
y el fruto de la justicia, la tranquilidad
y la seguridad para siempre.

18 Mi pueblo habitará en un lugar de paz,
en moradas seguras,en descansos tranquilos
19 –pero la selva caerá abatida
y la ciudad será humillada por completo–.

20 ¡Felices ustedes, los que siembranjunto al agua,
los que dejan sueltos al buey y al asno!
 
Capítulo 33: Isaías 33

Súplica en un tiempo de angustia

33 1 ¡Ay de ti, devastador que no has sido devastado,
traidor, a quien no han traicionado!
Cuando termines de devastar, serás devastado,
cuando acabes de traicionar, te traicionarán a ti.

2 Señor, ten piedad de nosotros,
nosotros esperamos en ti.
Sé nuestro brazo cada mañana
y nuestra salvaciónen el tiempo de la angustia.

3 Al estruendo de tu voz,huyen los pueblos;
cuando te alzas, se dispersan las naciones.

4 Como arrasa la oruga, se recoge el botín;
se abalanzan sobre él, como una bandada de langostas.

5 El Señor es sublimeporque habita en las alturas:
él llena a Sión con el derecho y la justicia,
6 él será la seguridad de tus días.

La sabiduría y la ciencia son la riqueza salvadora;
el temor del Señor, ese es su tesoro.

La intervención del Señor en medio de la desolación

7 La gente de Ariel grita por las calles,
los mensajeros de pazlloran amargamente.

8 Los senderos están desolados,
nadie transita por los caminos.
Se ha roto la alianza,se rechaza a los testigos,
no se tiene en cuenta a nadie.

9 La tierra está de duelo y desfallece,
el Líbano pierde el color y se marchita,
el Sarón se ha convertido en una estepa,
el Basán y el Carmelo se deshojan.

10 "Ahora me levantaré, dice el Señor,
ahora me erguiré,
ahora me alzaré.

11 Ustedes han concebido heno
y darán a luz paja;
mi soplo es un fuego que los va a devorar.

12 Los pueblos serán calcinados,
como espinas cortadas,arderán en el fuego.

13 Los que están lejos,escuchen lo que hice;
los que están cerca,reconozcan mi poder".

Condiciones para librarse del Juicio divino

14 Están aterrados en Sión los pecadores,
un temblor invade a los impíos:
"¿Quién de nosotros habitaráen un fuego devorador?
¿Quién de nosotros habitaráen una hoguera eterna?".

15 El que obra con justiciay habla con rectitud,
el que rehúsa una ganancia extorsionada,
el que sacude sus manospara no retener el soborno,
el que tapa sus oídosa las propuestas sanguinarias,
el que cierra los ojos para no ver la maldad:
16 ese hombre habitará en las alturas,
rocas fortificadas serán su baluarte,
se le dará su pan
y tendrá el agua asegurada.

La gloria futura de Sión

17 Tus ojos verán a un reyen su hermosura,
contemplarán un paísque se extiende a lo lejos.

18 Tú evocarás lo que te horrorizaba:
"¿Dónde está el que contaba,
dónde el que pesaba,
dónde el que numeraba las torres?".

19 Ya no verás más a aquel pueblo brutal,
aquel pueblo de lengua impenetrable,
que tartamudea en un idioma incomprensible.

20 Mira a Sión, la ciudad de nuestras fiestas,
que tus ojos vean a Jerusalén,
morada tranquila,carpa que no será desplazada,
cuyas estacas no serán arrancadas
y cuyas cuerdas no se romperán.

21 Porque allí el Señor se muestra magnífico con nosotros,
como un lugar de ríos,de canales anchurosos,
por donde no circulaningún barco a remos
ni atraviesa ningún navío poderoso.

23 ¡Se aflojan tus cordajes,
ya no sostienen el mástil,
ni se despliega el pabellón!

22 Porque el Señor es nuestro Juez,
el Señor es nuestro Legislador,
el Señor es nuestro Rey:
él nos salvará.

23d Entonces se repartiránun inmenso botín,
hasta los tullidos participarán del saqueo.

24 Ningún habitante dirá: "Me siento mal",
y al pueblo que habita allí
le será perdonada su culpa.

EL JUICIO DE LAS NACIONES Y LA RESTAURACIÓN DE ISRAEL

A los dos capítulos siguientes se los suele llamar "Pequeño Apocalipsis de Isaías", para distinguirlos del "Gran Apocalipsis" de los capítulos 24-27. El capítulo 34 traza un cuadro estremecedor del Juicio divino contra las naciones paganas, personificadas en el reino de Edóm, ese enemigo ancestral de Israel que aquí es presentado como el símbolo de todos los enemigos del Señor y de su Pueblo. El capítulo siguiente es el complemento y la antítesis del anterior: a la desolación de las naciones se opone la visión del desierto transformado milagrosamente, por el que pasan los israelitas en su marcha hacia Jerusalén.
 
Capítulo 34: Isaías 34

El juicio de las naciones

34 1 ¡Acérquense, naciones, para oír;pueblos, presten atención!
¡Escuche la tierra y todo lo que hay en ella,
el mundo y todo lo que él produce!

2 Porque el Señor está irritadocontra todas las naciones
y enfurecido contra todos sus ejércitos:
los ha consagrado al exterminio,
los ha destinado a la matanza.

3 Sus víctimas son arrojadas afuera,
de sus cadáveres sube el hedor,
y con su sangre se disuelven las montañas.

4 Se diluye todo el ejército del cielo,
los cielos son enrollados como un pliego,
y todo su ejército se marchita
como se marchita el follaje de la vid,
como cae marchita la hoja de la higuera.

El castigo de Edóm

5 Porque mi espada se abrevó en el cielo:
miren cómo baja sobre Edóm,
sobre el pueblo que he condenado al juicio.

6 La espada del Señor está llena de sangre,
impregnada de grasa,
de la sangre de corderos y chivos,
de la grasa de riñones de carneros.
Porque el Señor tiene un sacrificio en Bosrá,
una gran matanza en el país de Edóm.

7 Caen los búfalos con los terneros cebados,
los novillos con los toros:
su tierra se abreva con sangre,
su suelo se impregna de grasa.

8 Porque es un día de venganza para el Señor,
un año de desquite para la causa de Sión.

9 Sus torrentes se transformarán en resina
y su suelo en azufre;
su tierra se convertirá en resina ardiente,
10 que no se extinguiráni de día ni de noche:
la humareda subirá incesantemente.
Quedará desierta de generación en generación,
nunca más pasará nadie por allí.

11 Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo,
la lechuza y el cuervo habitarán allí.
Se extenderá sobre ella la plomada del caos
y el nivel del vacío.

12 Los nobles no proclamarán más un rey
y todos sus príncipes serán aniquilados.

13 En sus palacios crecerán zarzas,
en sus fortalezas, ortigas y espinas;
será una morada de chacales,
una guarida de avestruces.

14 Las fieras del desierto se juntarán con las hienas,
los sátiros se llamarán unos a otros.
Allí también descansará Lilit
y tendrá un lugar de reposo.

15 Allí anidará la serpientey pondrá sus huevos,
los incubará y los hará empollar;
y allí también se reunirán los buitres,
cada uno con su pareja.

16 Consulten el libro del Señor y lean:
no falta ninguno de ellos,
ni uno solo ha perdido su pareja,
porque lo ha mandado la boca del Señor
y su espíritu los ha congregado.

17 Él mismo ha echado la suerte para ellos,
su mano les asignó una parte con la cuerda:
ellos la poseerán para siempre,
habitarán allí de generación en generación.
 
Capítulo 35: Isaías 35

Liberación y felicidad de Israel

35 1 ¡Regocíjese el desierto y la tierra reseca,
alégrese y florezca la estepa!

2 ¡Sí, florezca como el narciso,
que se alegre y prorrumpa en cantos de júbilo!
Le ha sido dada la gloria del Líbano,
el esplendor del Carmelo y del Sarón.
Ellos verán la gloria del Señor,
el esplendor de nuestro Dios.

3 Fortalezcan los brazos débiles,
robustezcan las rodillas vacilantes;
4 digan a los que están desalentados:
"¡Sean fuertes, no teman:
ahí está su Dios!
Llega la venganza, la represalia de Dios:
él mismo viene a salvarlos".

5 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos
y se destaparán los oídos de los sordos;
6 entonces el tullido saltará como un ciervo
y la lengua de los mudos gritará de júbilo.
Porque brotarán aguas en el desierto
y torrentes en la estepa;
7 el páramo se convertirá en un estanque
y la tierra sedienta en manantiales;
la morada donde se recostaban los chacales
será un paraje de caña y papiros.

8 Allí habrá una senda y un camino
que se llamará "Camino santo".
No lo recorrerá ningún impuro
ni los necios vagarán por él;
9 no habrá allí ningún león
ni penetrarán en él las fieras salvajes.
Por allí caminarán los redimidos,
10 volverán los rescatados por el Señor;
y entrarán en Sión con gritos de júbilo,
coronados de una alegría perpetua:
los acompañarán el gozo y la alegría,
la tristeza y los gemidos
se alejarán.

APÉNDICE HISTÓRICO

El siguiente epílogo en prosa reproduce con algunas variantes el relato de 2 Rey. 18. 13 - 20. 19. Los discípulos de Isaías recogieron aquel relato y lo incluyeron en la colección de sus escritos, para ofrecer un cuadro completo de las palabras y la actividad del profeta.
 
Capítulo 36: Isaías 36

La invasión asiria y amenazas de Senaquerib contra Jerusalén

36 1 El decimocuarto año del rey Ezequías, Senaquerib, rey de Asiria, subió contra todas las ciudades fortificadas de Judá y se apoderó de ellas.

2 Desde Laquis, el rey de Asiria envió a Jerusalén, donde estaba Ezequías, al copero mayor acompañado de una fuerte escolta. Este se apostó junto al canal de la piscina superior, sobre la senda del campo del Tintorero.

3 Eliaquím, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, salió a su encuentro, con Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista.

4 El copero mayor les dijo: "Digan a Ezequías: Así habla el gran rey, el rey de Asiria: ¿Qué motivo tienes para estar tan confiado?

5 ¿Piensas que la estrategia y la valentía para el combate son cuestión de palabras? ¿En quién confías para rebelarte contra mí?

6 ¡Ah, sí! Tú confías en el apoyo de esa caña quebrada, en Egipto, que perfora y atraviesa la mano de todo el que se apoya en él. Eso es el Faraón, rey de Egipto, para todos los que confían en él.

7 Seguramente, tú me dirás: Nosotros confiamos en el Señor, nuestro Dios. Pero ¿no fue acaso Ezequías el que suprimió todos los lugares altos y los altares dedicados a él, diciendo a la gente de Judá y de Jerusalén: ‘Sólo delante de este altar, ustedes deberán postrarse?’.

8 ¡Y bien! Haz una apuesta con mi señor, el rey de Asiria: ¡Yo te daré dos mil caballos, si puedes conseguir bastantes hombres para montarlos!

9 ¿Cómo harías retroceder a uno solo de los más insignificantes servidores de mi señor? ¡Pero tú confías en Egipto para tener carros de guerra y soldados!

10 ¿Acaso he venido a arrasar este país sin el consentimiento del Señor? Fue el Señor quien me dijo: ¡Sube a ese país, y arrásalo!".

11 Eliaquím, Sebná y Joaj dijeron al copero mayor: "Por favor, háblanos en arameo, porque nosotros lo entendemos. No nos hables en hebreo, a oídas del pueblo que está sobre la muralla".

12 Pero el copero mayor les replicó: "¿Acaso mi señor me envió a decir estas cosas a tu señor y a ti? ¿No están dirigidas a esos hombres apostados sobre la muralla, que tendrán que comer sus excrementos y beber su orina, igual que ustedes?".

13 Entonces el copero mayor, puesto de pie, gritó bien fuerte en hebreo: "Escuchen las palabras del gran rey, el rey de Asiria: 14 Así habla el rey: Que Ezequías no los engañe, porque él no podrá librarlos.

15 Y que Ezequías no los induzca a confiar en el Señor, diciendo: Seguramente el Señor nos librará, y esta ciudad no caerá en manos del rey de Asiria.

16 No le hagan caso a Ezequías, porque así habla el rey de Asiria: Hagan las paces conmigo y ríndanse. Así cada uno de ustedes comerá los frutos de su viña y de su higuera, y beberá el agua de su pozo, 17 hasta que venga yo y los lleve a un país como el de ustedes, un país de trigo y vino nuevo, un país de pan y viñedos.

18 Que Ezequías no los seduzca, diciendo: El Señor nos librará. ¿Acaso los dioses de las naciones han librado a sus países de las manos del rey de Asiria?

19 ¿Dónde están los dioses de Jamat y de Arpad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim? ¿Dónde los dioses del país de Samaría? ¿Han librado de mi mano a Samaría?

20 Entre todos los dioses de esos países, ¿hubo alguno que librara de mi mano a su propio país, para que el Señor libre de mi mano a Jerusalén?".

21 Ellos guardaron silencio y no le respondieron ni una sola palabra, porque esta era la orden del rey: "No le respondan nada".

22 Eliaquím, hijo de Jilquías, el mayordomo de palacio, Sebná, el secretario, y Joaj, hijo de Asaf, el archivista, se presentaron ante Ezequías con sus vestiduras desgarradas, y lo informaron de las palabras del copero mayor.
 
Capítulo 37: Isaías 37

La intervención del profeta Isaías

37 1 Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió con un sayal y fue a la Casa del Señor.

2 Además, envió al mayordomo de palacio Eliaquím, al secretario Sebná y a los sacerdotes más ancianos, todos cubiertos de sayales, para decir al profeta Isaías, hijo de Amós: 3 "Así habla Ezequías: Hoy es un día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos están a punto de nacer, pero no hay fuerza para darlos a luz.

4 Tal vez el Señor, tu Dios, escuche las palabras del copero mayor, a quien el rey de Asiria, su señor, envió para insultar al Dios viviente, y el Señor tu Dios, lo castigue por las palabras que ha escuchado. Eleva entonces una plegaria por el resto que todavía subsiste".

5 Los servidores del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 y este les dijo: "Díganle a su señor: Así habla el Señor: No temas por las palabras que has oído y con las que me ultrajaron los lacayos del rey de Asiria.

7 Yo mismo pondré un espíritu en él y, apenas oiga una noticia, regresará a su país; y yo lo haré caer bajo la espada en su propio país".

8 El copero mayor regresó y se encontró con el rey de Asiria, que estaba atacando a Libná. Él había oído, en efecto, que el rey se había retirado de Laquis, 9 al recibir esta noticia acerca de Tirjacá, rey de Cus: "Se ha puesto en campaña para combatirte".

Nuevas amenazas de Senaquerib contra Jerusalén

Al oír esto, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías para decirle: 10 "Háblenle así a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, haciéndote pensar que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria.

11 Tú has oído, seguramente, lo que hicieron los reyes de Asiria a todos los países, al consagrarlos al exterminio total. ¿Y tú te vas a librar?

12 ¿Libraron acaso sus dioses a esas naciones que mis padres han destruido, a Gozán, Jarán, Résef, y a la gente de Edén que está en Telasar?

13 ¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, el de Hená y el de Ivá?".

14 Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Después subió a la Casa del Señor, la desplegó delante del Señor 15 y oró al Señor, diciendo: 16 "Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres el Dios de todos los reinos de la tierra, tú has hecho el cielo y la tierra.

17 Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado decir, para insultar al Dios viviente.

18 Es verdad, Señor, que los reyes de Asiria han arrasado todas las naciones y sus territorios.

19 Ellos han arrojado sus dioses al fuego, porque no son dioses, sino obra de las manos del hombre, nada más que madera y piedra. Por eso los hicieron desaparecer.

20 Pero ahora, Señor, Dios nuestro, ¡sálvanos de su mano, y que todos los reinos de la tierra reconozcan que tú sólo, Señor, eres Dios!".

Oráculo del Señor contra Senaquerib

21 Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria.

22 Esta es la palabra que el Señor ha pronunciado contra él:
Te desprecia, se burla de ti,
la virgen hija de Sión;
a tus espaldas mueve la cabeza
la hija de Jerusalén.

23 ¿A quién has insultado y ultrajado?
¿Contra quién has alzado la voz
y levantado bien alto tus ojos?
¡Contra el Santo de Israel!

24 Por medio de tus servidores
has insultado al Señor
y has dicho: Con mis numerosos carros
escalé la cima de las montañas,
los rincones inaccesibles del Líbano.
Talé sus cedros más altos,
sus mejores cipreses;
llegué hasta su último extremo,
hasta lo más espeso de su bosque.

25 Excavé pozos y bebí
aguas extranjeras;
sequé con las plantas de mis pies
todos los canales de Egipto.

26 ¿No lo has oído?
Hace mucho tiempo
que lo he preparado:
lo he planeado desde los tiempos antiguos
y ahora lo llevo a cabo.
Así, tú has reducido a un montón de ruinas
las ciudades fortificadas.

27 Sus habitantes, con las manos caídas,
están aterrorizados, avergonzados:
son como el pasto de los campos
y la gramilla verde,
como la hierba de los techos
o el grano agostado antes de madurar.

28 Pero yo sé cuándo te sientas,
cuándo sales y cuándo entras,
y cuándo tiemblas de rabia contra mí.

29 Porque has temblado de rabia contra mí
y tu insolencia ha subido a mis oídos,
pondré mi garfio en tus narices
y mi bozal en tus labios,
y te haré volver por el camino
por donde habías venido.

30 Y esto te servirá de señal: Este año se comerá del grano caído, y el año próximo, de lo que brote espontáneamente; pero al tercer año, siembren y cosechen, planten viñas y coman de sus frutos.

31 Los sobrevivientes de la casa de Judá, los que todavía queden, echarán de nuevo raíces por debajo, y producirán frutos por arriba.

32 Porque de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión, algunos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.

33 Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria:
Él no entrará en esta ciudad,
no le lanzará una flecha,
no la enfrentará con el escudo,
ni levantará contra ella un terraplén.

34 Se volverá por el mismo camino,
sin entrar en esta ciudad
–oráculo del Señor–.

35 Yo defenderé a esta ciudadpara salvarla,
por mi honor y el de David, mi servidor.

Retirada y muerte de Senaquerib

36 El Ángel del Señor salió e hirió en el campamento de los Asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Y cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres, que estaban muertos.

37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, emprendió el regreso y se quedó en Nínive.

38 Un día, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, Adramélec y Sarecer, sus hijos, lo mataron con la espada, y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Asarhadón, su hijo, reinó en lugar de él.
 
Capítulo 38: Isaías 38

Enfermedad y curación de Ezequías

38 1 En aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: "Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más".

2 Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, 3 diciendo: "¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos". Y Ezequías se deshizo en llanto.

4 Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos: 5 "Ve a decir a Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida; 6 te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad". 22 Ezequías respondió: "¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?".

7 "Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado: 8 En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ya ha descendido". Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. 21 Luego dijo Isaías: "Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará".

El canto de Ezequías

9 Escrito de Ezequías, rey de Judá, cuando cayó enfermo y se repuso de su enfermedad:
10 "Yo decía: En lo mejor de mis días
me tengo que ir:
he sido destinado a las puertas del Abismo
por el resto de mis años.

11 Yo decía: Ya no contemplaré al Señor
en la tierra de los vivientes;
no veré más a los hombres
entre los habitantes del mundo.

12 Arrancan mi morada y me la arrebatan,
como una carpa de pastores.
Como un tejedor, yo enrollaba mi vida,
pero él me corta de la trama:
¡de la mañana a la nocheterminas conmigo!

13 Pido auxilio hasta la mañana;
él quiebra todos mis huesoscomo un león:
¡de la mañana a la noche terminas conmigo!

14 Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos se consumen de mirar a lo alto:
¡me oprimen, Señor, sé tú mi fiador!

15 ¿Qué diré para que me responda,
si es él quien lo hace?
Andaré errante a lo largo de mis años,
con amargura en el alma.

16 Los que el Señor protege, vivirán,
y su espíritu animará todo lo que hay en ellos:
tú me restablecerás y me harás revivir.

17 Mi amargura se cambió en bienestar:
tú has preservado mi vida
de la fosa del aniquilamiento,
porque has arrojado detrás de tus espaldas
todos mis pecados.

18 No, el Abismo no te da gracias,
la Muerte no te alaba,
los que bajan a la Fosa
no esperan en tu fidelidad.

19 El viviente, el que vive, te da gracias,
como yo en el día de hoy.
De padres a hijos,
se da a conocer tu fidelidad.

20 Porque tú me salvaste, Señor,
haremos resonar nuestras liras
todos los días de nuestra vida
junto a la Casa del Señor".
 
Capítulo 39: Isaías 39

Los emisarios del rey de Babilonia

39 1 En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió una carta y un presente a Ezequías, al enterarse de que se había restablecido de su enfermedad.

2 Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver.

3 Entonces el profeta Isaías se presentó al rey Ezequías y le preguntó: "¿Qué te ha dicho esa gente y de dónde ha venido?". Ezequías respondió: "Vinieron a verme de un país lejano, de Babilonia".

4 Isaías preguntó: "¿Qué han visto en tu casa?". "Han visto todo lo que hay en mi casa, respondió Ezequías. No hay nada en mis depósitos que no les haya mostrado".

5 Entonces Isaías dijo a Ezequías: "Escucha la palabra del Señor de los ejércitos: 6 Llegaron los días en que todo lo que hay en tu casa, todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor.

7 Y algunos de tus hijos, de los que han nacido de ti, que tú mismo habrás engendrado, serán tomados para que sirvan como eunucos en el palacio del rey de Babilonia".

8 Ezequías respondió a Isaías: "Es auspiciosa la palabra del Señor que has pronunciado". Porque se decía a sí mismo: "Mientras yo viva, habrá paz y seguridad".

Segunda Parte del Libro de Isaías

Más de un siglo después de la muerte del profeta Isaías, el pueblo de Judá pierde su independencia. En el 587 a.C., Jerusalén es destruida por los ejércitos de Babilonia y una buena parte de la población es llevada al exilio. Pero, poco tiempo más tarde, también este poderoso imperio comienza a tambalearse. Ciro el Grande, rey de los persas, inicia una fulgurante campaña por todo el Antiguo Oriente y sus victorias hacen prever la inminente caída de Babilonia.

En este horizonte histórico, un nuevo profeta –llamado "Déutero Isaías" o "Segundo Isaías"– dirige a los desterrados un mensaje de liberación, denominado habitualmente "Libro de la consolación de Israel". Sus palabras están cargadas de entusiasmo y esperanza. El exilio ha sido el fuego purificador del que Israel resurgirá completamente renovado. El único Dios, Creador del universo, Señor de la historia y Redentor de su Pueblo, ha encomendado a Ciro la misión de liberar al "Resto" de Judá. Así, en medio del exilio, el recuerdo del Éxodo adquiere una nueva actualidad: el Señor prepara para su Pueblo un nuevo Éxodo, más admirable aún que el primero. Jerusalén ha sido humillada, pero el Señor se ha compadecido de sus ruinas y ella verá gozosamente el retorno de sus hijos.

En esta segunda parte del libro de Isaías hay cuatro poemas que merecen especial atención: son los "Cantos del Servidor del Señor" (42. 1-7; 49. 1-6; 50. 4-11; 52. 13-53. 12). Este misterioso Servidor ha sido amado y elegido por Dios (42. 1; 49. 1), colmado de su espíritu (42. 1) e instruido por el Señor (50. 4-5). Su misión consiste en reunir a Israel (42. 6; 49. 5-6), en llevar la luz y la salvación a las naciones (42. 1-6; 49. 6) y en expiar los pecados (53. 4-12). Él es humilde y misericordioso (42. 2-3), pero intrépido en el cumplimiento de su misión (42. 3-4; 49. 2; 50. 5-6). Aunque es inocente (53. 9), sufre la persecución y la afrenta y es sometido a un juicio injusto (53. 7-8).

Por la humillación, el sufrimiento y la muerte libremente aceptados, él expía los pecados de los hombres. Por eso recibe finalmente de Dios una extraordinaria recompensa (53. 10-12). Estos poemas son una sorprendente anticipación de la figura y de la obra de Jesús, que redime a la humanidad pecadora mediante el misterio de la Cruz y la Resurrección.
 
Capítulo 40: Isaías 40

Anuncio de liberación

40 1 ¡Consuelen, consuelen a mi Pueblo,
dice su Dios!

2 Hablen al corazón de Jerusalén
y anúncienle
que su tiempo de servicio se ha cumplido,
que su culpa está paga,
que ha recibido de la mano del Señor
doble castigo por todos sus pecados.

El camino del Señor en el desierto

3 Una voz proclama:
¡Preparen en el desierto
el camino del Señor,
tracen en la estepa
un sendero para nuestro Dios!

4 ¡Que se rellenen todos los valles
y se aplanen todas las montañas y colinas;
que las quebradas se conviertan en llanuras
y los terrenos escarpados, en planicies!

5 Entonces se revelará la gloria del Señor
y todos los hombres la verán juntamente,
porque ha hablado la boca del Señor.

Estabilidad y eficacia de la Palabra de Dios

6 Una voz dice: "¡Proclama!".
Y yo respondo: "¿Qué proclamaré?".
"Toda carne es hierba
y toda su consistencia, como la flor de los campos:
7 la hierba se seca, la flor se marchita
cuando sopla sobre ellael aliento del Señor.
Sí, el pueblo es la hierba.

8 La hierba se seca, la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Diospermanece para siempre".

Anuncio de la llegada del Señor

9 Súbete a una montaña elevada,
tú que llevas la buena noticia a Sión;
levanta con fuerza tu voz,
tú que llevas la buena noticia a Jerusalén.
Levántala sin temor,
di a las ciudades de Judá:
"¡Aquí está su Dios!".

10 Ya llega el Señor con poder
y su brazo le asegura el dominio:
el premio de su victoria lo acompaña
y su recompensa lo precede.

11 Como un pastor, él apacienta su rebaño,
lo reúne con su brazo;
lleva sobre su pecho a los corderos
y guía con cuidadoa las que han dado a luz.

La grandeza incomparable del Señor

12 ¿Quién midió las aguasen el hueco de su mano
y abarcó con la palmalas dimensiones del cielo?
¿Quién hizo caber en una medidael polvo de la tierra
o pesó en una báscula las montañas
y en una balanza la colinas?

13 ¿Quién abarcó el espíritu del Señor
y qué consejero lo instruyó?

14 ¿Con quién se aconsejó para que le hiciera comprender,
para que le enseñara el sendero del derecho,
para que le enseñara la ciencia
y le hiciera conocer el camino de la inteligencia?

15 Sí, las naciones son como una gota que cae de un balde,
cuentan como un grano de polvoen la balanza;
las islas pesan lo mismo que el polvillo.

16 El Líbano no bastaría para encender fogatas,
sus animales no bastarían para los holocaustos.

17 Todas las naciones son como nada ante él,
cuentan para él como la nada y el vacío.

Sátira contra la idolatría

18 ¿A quién asemejarán ustedes a Dios
y con qué imagen lo representarán?

19 Al ídolo, lo funde un artesano,
un orfebre lo recubre de oro
y le suelda cadenas de plata.

41 6 Ellos se ayudan mutuamentey uno dice al otro: "¡Fuerza!".

7 El artesano anima al orfebre;
el que forja a martillo,al que golpea el yunque,
diciendo de la soldadura: "¡Está bien!".
Luego se sujeta al ídolo con clavos,
para que no se tambalee.

40 20 El que es demasiado pobre para hacer esa ofrenda
elige una madera que no se pudra
y se busca un hábil artesano
para erigir un ídolo que no se tambalee.

El poder del Señor

21 ¿No lo saben acaso?¿Nunca lo han escuchado?
¿No se les anunció desde el principio?
¿No han comprendidocómo se fundó la tierra?

22 Él está sentado sobre la cúpula de la tierra,
donde los habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un tul,
los despliega como una carpapara habitar en ellos.

23 Él aniquila a los soberanos
y reduce a nada a los árbitros de la tierra:
24 apenas plantados, apenas sembrados,
apenas su tallo echa raíz en la tierra,
él sopla sobre ellos y se secan,
y el huracán se los lleva como paja.

25 "¿A quién me van a asemejar,
para que yo me iguale a él?",dice el Santo.

26 Levanten los ojos a lo alto
y miren: ¿quién creó todos estos seres?
El que hace salir a su ejército uno por uno
y los llama a todos por su nombre:
¡su vigor es tan grande,tan firme su fuerza,
que no falta ni uno solo!

Exhortación a la confianza

27 ¿Por qué dices, Jacob,
y lo repites tú, Israel:
"Al Señor se le oculta mi camino
y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios"?

28 ¿No lo sabes acaso?¿Nunca lo has escuchado?
El Señor es un Dios eterno,
él crea los confines de la tierra;
no se fatiga ni se agota,
su inteligencia es inescrutable.

29 Él fortalece al que está fatigado
y acrecienta la fuerzadel que no tiene vigor.

30 Los jóvenes se fatigan y se agotan,
los muchachos tropiezan y caen.

31 Pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
despliegan alas como las águilas;
corren y no se agotan,
avanzan y no se fatigan.
 
Capítulo 41: Isaías 41

Ciro, instrumento de Dios para la liberación de su Pueblo

41 1 ¡Silencio delante de mí, costas lejanas,
y que los pueblos renueven su fuerza!
¡Que se acerquen y entonces hablen!
Comparezcamos juntos a juicio:
2 ¿Quién suscitó desde el Oriente
a aquel a quien la victoria le sale al paso?
¿Quién le entrega las naciones
y le somete a los reyes?
Su espada los reduce a polvo,
su arco, a paja que se avienta.

3 Él los persigue y pasa sano y salvo,
sin tocar el camino con sus pies.

4 ¿Quién obró así, quién hizo esto?
El que llama a las generacionesdesde el principio,
yo, el Señor, el Primero,
y que seré el mismo al final.

5 Las costas lo ven y sienten temor,
tiemblan los confines de la tierra:
¡ya se acercan, ya llegan!

Exhortación a la confianza en el Señor

8 Pero tú, Israel, mi servidor,
Jacob, a quien yo elegí,
descendencia de Abraham, mi amigo;
9 tú, a quien tomé de los confines de la tierra
y llamé de las regiones más remotas,
yo te dije: "Tú eres mi servidor,
yo te elegí y no te rechacé".

10 No temas, porque yo estoy contigo,
no te inquietes, porque yo soy tu Dios;
yo te fortalezco y te ayudo,
yo te sostengo con mi mano victoriosa.

11 Sí, quedarán avergonzados y confundidos
los que se enfurecen contra ti;
serán como nada y desaparecerán
aquellos que te desafían.

12 Buscarás, pero no los encontrarás,
a aquellos que te provocan;
serán como nada, absolutamente nada,
los que te hacen la guerra.

13 Porque yo, el Señor, soy tu Dios,
el que te sostengo de la mano derecha
y te digo: "No temas,
yo vengo en tu ayuda".

14 Tú eres un gusano, Jacob,
eres una lombriz, Israel,
pero no temas, yo vengo en tu ayuda
–oráculo del Señor–
y tu redentor es el Santo de Israel.

15 Yo te convertiré en una trilladora,
afilada, nueva, de doble filo:
trillarás las montañas y las pulverizarás,
y dejarás las colinas como rastrojo.

16 Las aventarás y el viento se las llevará,
y las dispersará la tormenta;
y tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.

Las maravillas del Señor en favor de su Pueblo

17 Los pobres y los indigentesbuscan agua en vano,
su lengua está reseca por la sed.
Pero yo, el Señor, les responderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.

18 Haré brotar ríosen las cumbres desiertas
y manantiales en medio de los valles;
convertiré el desierto en estanques,
la tierra árida en vertientes de agua.

19 Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos y olivos silvestres;
plantaré en la estepa cipreses,
junto con olmos y pinos,
20 para que ellos vean y reconozcan,
para que reflexionen y comprendan de una vez
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Desafío del Señor a los dioses paganos

21 ¡Expongan su caso, dice el Señor,
presenten sus pruebas,dice el rey de Jacob!

22 Que se adelanten, y nos anuncien
lo que está por suceder.
¿Qué aconteció en el pasado?
Díganlo, y prestaremos atención.
O bien, predigan lo que va a venir,
para que conozcamos su desenlace.

23 Anuncien lo que pasará después
y así sabremos que ustedes son dioses.
Hagan algo, sea bueno o malo,
para que lo veamos con asombro y temor.

24 ¡Pero no, ustedes no son nada
y sus obras, menos que nada!
¡Qué abominableel que los elige a ustedes!

Las victorias de Ciro, obra del Señor

25 Yo lo suscité desde el Norte, y él vino;
desde el Oriente lo llamé por su nombre.
Él pisotea a los gobernantes como barro,
como un alfarero que pisa la arcilla.

26 ¿Quién lo anunció desde el principio,
para que pudiéramos saberlo?
¿Quién lo declaró desde hace tiempo,
para que dijéramos: "¡Tiene razón!"?
No, nadie lo anuncia, nadie lo predice,
nadie oyó las palabras de ustedes.

27 Yo, el Primero, dije a Sión:
"¡Aquí están, sí, aquí están!",
y envié a Jerusalén un heraldo de buenas noticias.

28 Miré, y no había nadie,
no había entre ellos ni un solo consejero,
para poder interrogarlosy tener una respuesta.

29 ¡Ahí están! ¡Todos ellos no son nada,
sus obras, absolutamente nada,
sus estatuas, viento y vacío!
 
Capítulo 42: Isaías 42

Primer poema del Servidor del Señor

42 1 Este es mi Servidor, a quien yo sostengo,
mi elegido,en quien se complace mi alma.
Yo he puesto mi espíritu sobre él
para que lleve el derecho a las naciones.

2 Él no gritará, no levantará la voz
ni la hará resonar por las calles.

3 No romperá la caña quebrada
ni apagará la mecha que arde débilmente.
Expondrá el derecho con fidelidad;
4 no desfallecerá ni se desalentará
hasta implantar el derecho en la tierra,
y las costas lejanas esperarán su Ley.

5 Así habla Dios, el Señor,
el que creó el cielo y lo desplegó,
el que extendió la tierray lo que ella produce,
el que da el aliento al pueblo que la habita
y el espíritu a los que caminan por ella.

6 Yo, el Señor, te llamé en la justicia,
te sostuve de la mano, te formé
y te destiné a ser la alianza del pueblo,
la luz de las naciones,
7 para abrir los ojos de los ciegos,
para hacer salir de la prisión a los cautivos
y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.

8 ¡Yo soy el Señor, este es mi Nombre!
No cederé mi gloria a ningún otro
ni mi alabanza a los ídolos.

9 Las cosas antiguas ya han sucedido
y yo anuncio cosas nuevas;
antes que aparezcan,
yo se las hago oír a ustedes.

Himno al Señor por su victoria

10 ¡Canten al Señor un canto nuevo,
alábenlo desde los confines de la tierra;
resuene el mar y todo lo que hay en él,
las costas lejanas y sus habitantes!

11 ¡Que alcen la voz el desierto y sus ciudades,
los poblados donde habita Quedar!
¡Griten de alegría los habitantes de la Roca,
aclamen desde la cumbre de las montañas!

12 ¡Den gloria al Señor,
proclamen su alabanzaen la costas lejanas!

13 El Señor irrumpe como un héroe,
se enardece como un guerrero;
lanza un grito de guerra,un alarido estridente,
se arroja como un héroecontra sus enemigos:
14 "Yo permanecí callado mucho tiempo,
guardé silencio y me contuve;
ahora gimo como una parturienta,
me sofoco y estoy jadeante.

15 Arrasaré montañas y colinas,
y secaré todo su verdor;
convertiré los ríos en tierra árida
y secaré los estanques.

16 Conduciré a los ciegospor un camino que ignoran,
los guiaré por senderos desconocidos;
cambiaré las tinieblas en luzdelante de ellos,
y el suelo escarpado en una llanura.
Estas son las cosas que haré,
y no dejaré de hacerlas.

17 Así retrocederán llenos de vergüenza
los que confían en los ídolos,
los que dicen al metal fundido:
‘Ustedes son nuestros dioses’".

Israel, Pueblo sordo y ciego

18 ¡Oigan, ustedes, los sordos;
ustedes, los ciegos, miren y vean!

19 ¿Quién es ciego, sino mi servidor
y sordo como el mensajero que yo envío?
¿Quién es ciegocomo el que ha pactado conmigo
y sordo como el servidor del Señor?

20 Tú has visto muchas cosas,pero sin prestar atención;
has abierto los oídos, pero sin escuchar.

21 El Señor, a causa de su justicia,
quería hacer grande y gloriosa la Ley;
22 pero ahora no es más que un pueblosaqueado y despojado,
están todos atrapados en cuevas
y encerrados en cárceles.
Se los saquea, y nadie los libra,
se los despoja, y nadie dice: "¡Restituye!".

23 ¿Quién de ustedes presta oído a esto
y escucha atentamente con miras al futuro?

24 ¿Quién entregó a Jacob al despojo,
y a Israel a los expoliadores?
¿No es el Señor, contra quien hemos pecado
por no querer seguir sus caminos
y haber desoído su Ley?

25 El Señor derramó contra élel ardor de su ira
y el estallido de la guerra;
lo envolvió en llamas, pero él no comprendió;
lo quemó, pero él no hizo caso.
 
Capítulo 43: Isaías 43

Predilección y solicitud de Dios por su Pueblo

43 1 Y ahora, así habla el Señor,el que te creó, Jacob,
el que te formó, Israel:
No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre, tú me perteneces.

2 Si cruzas por las aguas,yo estaré contigo,
y los ríos no te anegarán;
si caminas por el fuego, no te quemarás ,
y las llamas no te abrasarán.

3 Porque yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu salvador.
Yo entregué a Egipto para tu rescate ,
a Cus y a Sebá a cambio de ti.

4 Porque tú eres de gran precio a mis ojos,
porque eres valioso, y yo te amo,
entrego hombres a cambio de ti
y pueblos a cambio de tu vida.

5 No temas, porque yo estoy contigo:
traeré a tu descendencia desde Oriente
y te reuniré desde Occidente.

6 Yo diré al Norte: "¡Dámelo!",
y al Sur: "¡No lo retengas,
trae a mis hijos desde lejos
y a mis hijas desde el extremo de la tierra:
7 a todos los que son llamadoscon mi Nombre,
a los que he creado para mi gloria,
a los que yo mismo hice y formé!".

Israel, testigo del único Dios

8 ¡Hagan salir al pueblo ciego,pero que tiene ojos,
sordo, pero que tiene oídos!

9 ¡Que se reúnan todas las naciones
y se congreguen los pueblos!
¿Quién de entre ellos había anunciado estas cosas?
¿Quién nos predijo lo que sucedió en el pasado?
Que aduzcan testigos para justificarse,
para que se los oiga, y se pueda decir: "Es verdad".

10 Ustedes son mis testigos
y mis servidores –oráculo del Señor–:
a ustedes los elegí
para que entiendan y crean en mí,
y para que comprendan que Yo Soy.
Antes de mí no fue formado ningún dios
ni habrá otro después de mí.

11 Yo, yo solo soy el Señor,
y no hay salvador fuera de mí.

12 Yo anuncié, yo salvé, yo predije,
y no un dios extraño entre ustedes.
Ustedes son mis testigos–oráculo del Señor–
y yo soy Dios.

13 Yo soy el mismo desde siempre,
y no hay nadie que libre de mi mano:
lo que yo hago ¿quién lo revocará?

La destrucción de Babilonia

14 Así habla el Señor,
el redentor de ustedes, el Santo de Israel:
A causa de ustedes,yo envié gente a Babilonia,
para hacer saltar todos los cerrojos,
y el júbilo de los caldeosse convertirá en lamentos.

15 Yo soy el Señor, el Santo,
el Creador de Israel, su Rey.

El nuevo Éxodo

16 Así habla el Señor,
el que abrió un camino a través del mar
y un sendero entre las aguas impetuosas;
17 el que hizo salir carros de guerra y caballos,
todo un ejército de hombres aguerridos;
ellos quedaron tendidos, no se levantarán,
se extinguieron, se consumieron como una mecha.

18 No se acuerden de las cosas pasadas,
no piensen en las cosas antiguas;
19 yo estoy por hacer algo nuevo:
ya está germinando, ¿no se dan cuenta?
Sí, pondré un camino en el desierto
y ríos en la estepa.

20 Me glorificarán las fieras salvajes,
los chacales y los avestruces;
porque haré brotar agua en el desierto
y ríos en la estepa,
para dar de beber a mi Pueblo, mi elegido,
21 el Pueblo que yo me formé
para que pregonara mi alabanza.

Reproche a Israel por su ingratitud

22 Pero tú no me has invocado, Jacob,
porque te cansaste de mí, Israel.

23 No me trajiste el corderode tus holocaustos
ni me honraste con tus sacrificios;
yo no te abrumé exigiéndote ofrendas
ni te cansé reclamándote incienso.

24 Tú no compraste para mícaña aromática
ni me saciaste con la grasa de tus víctimas.
¡Me has abrumado, en cambio,con tus pecados,
me has cansado con tus iniquidades!
25 Pero soy yo, sólo yo,
el que borro tus crímenespor consideración a mí,
y ya no me acordaré de tus pecados.

26 Interpélame, y vayamos juntos a juicio;
alega tú mismo para justificarte.

27 Ya tu primer padre pecó
y tus portavoces se rebelaron contra mí.

28 Por eso execré a los príncipes consagrados,
entregué a Jacob al exterminio total
y a Israel, a los ultrajes.
 
Capítulo 44: Isaías 44

La efusión del espíritu del Señor

44 1 Y ahora escucha, Jacob, mi servidor,
Israel, a quien yo elegí.

2 Así habla el Señor, el que te hizo,
el que te formó desde el seno maternoy te ayuda.
No temas, Jacob, mi servidor,
Iesurún, a quien yo elegí.

3 Porque derramaré aguasobre el suelo sediento
y torrentes sobre la tierra seca;
derramaré mi espíritusobre tu descendencia
y mi bendición sobre tus vástagos.

4 Ellos brotarán como la hierba entre las aguas,
como sauces al borde de los arroyos.

5 Uno dirá: "Yo pertenezco al Señor"
y otro llevará el nombre de Jacob;
otro escribirá sobre su mano: "Del Señor",
y será designado con el nombre de Israel.

El Señor, el único Dios

6 Así habla el Señor, el Rey de Israel,
su redentor, el Señor de los ejércitos:
Yo soy el Primero y yo soy el Último,
y no hay ningún dios fuera de mí.

7 ¿Quién es como yo? ¡Que lo proclame!
¡Que lo haga saber y me lo demuestre!
¿Quién hizo oír desde siemprelo que va a sobrevenir
y nos anuncia lo que va a suceder?

8 ¡No tiemblen ni teman!
¿No te lo predije y anuncié hace tiempo?
Ustedes son mis testigos:
¿hay algún dios fuera de mí?
¡No hay ninguna Roca! ¡Yo no la conozco!

Nueva sátira contra los ídolos

9 Los fabricantes de ídolos no valen nada, y sus obras más preciadas no sirven para nada; sus testigos no ven ni conocen nada, para su propia vergüenza.

10 ¿Quién modela un Dios o funde una estatua, que no sirven para nada?

11 Sí, todos sus devotos quedarán avergonzados, porque esos artífices no son más que hombres. ¡Que se reúnan todos y comparezcan! ¡Sentirán espanto y confusión a la vez!

12 El herrero forja la imagen, la trabaja al fuego y la modela con el martillo: la trabaja con su brazo robusto. Después siente hambre y decae su fuerza; si no bebe agua, queda agotado.

13 El carpintero toma las medidas con la cuerda, diseña la forma con el estilete, la trabaja con el cincel y la dibuja con el compás; le da figura de hombre y la belleza de un ser humano, para que habite en una casa.

14 Él en efecto, cortó algún cedro, o tomó un roble y una encina que había dejado crecer entre los árboles del bosque, o plantó un abeto que luego la lluvia hizo crecer.

15 El hombre se sirve de ellos para hacer fuego, los toma para calentarse y también los enciende para cocer el pan. Pero, además, hace con ellos un dios y se postra ante él; hace un ídolo y lo adora.

16 Él hace arder al fuego la mitad de la madera, y asa la carne sobre las brasas; luego come la carne asada y se sacia. También se calienta y exclama: "¡Voy entrando en calor, mientras miro las llamas!".

17 Con el resto, hace un dios, su ídolo, y lo adora; se postra y le suplica, diciendo: "¡Líbrame, porque tú eres mi dios!".

18 Ellos no saben ni comprenden, porque tienen tan tapados los ojos y el corazón, que no pueden ver ni entender.

19 Ninguno reflexiona, ni tiene conocimiento e inteligencia, para pensar: "Quemé la mitad al fuego, hice cocer el pan sobre las brasas, asé la carne y la comí, y con el resto, haré una Abominación: ¡Voy a adorar un tronco de árbol!".

20 ¡Él se alimenta de ceniza, su corazón engañado lo extravía! Ya no puede librarse ni decir: "¿No es una mentira lo que tengo en mi mano?".

Llamado a la conversión

21 ¡Acuérdate de esto, Jacob,
porque tú eres mi servidor, Israel!
Yo te formé, tú eres mi servidor;
Israel, yo no me olvidaré de ti.

22 Yo he disipado tus rebeldías como una nube
y tus pecados como un nubarrón.
¡Vuelve hacia mí, porque yo te redimí!

Canto de júbilo de los rescatados

23 ¡Griten de alegría, cielos,porque el Señor ha obrado;
aclamen, profundidades de la tierra!
¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría,
y tú, bosque, con todos tus árboles!
Porque el Señor ha redimido a Jacob
y manifiesta su esplendor en Israel.

Ciro, instrumento de salvación

24 Así habla el Señor, tu redentor,
el que te formó desde el seno materno:
Soy yo, el Señor, el que hago todas las cosas;
yo solo despliego los cielos,
yo extiendo la tierra,¿y quién está conmigo?

25 Yo hago fracasar los presagios de los charlatanes
y hago delirar a los adivinos;
hago retroceder a los sabios
y cambio su ciencia en locura.

26 Yo confirmo la palabrade mis servidores
y cumplo el designio de mis mensajeros.
Yo digo de Jerusalén:"¡Que sea habitada!",
y de las ciudades de Judá: "¡Que sean reconstruidas!",
y yo restauraré sus ruinas.

27 Yo digo a las aguas profundas:"¡Séquense,
haré que se sequen tus corrientes!".

28 Yo digo de Ciro: "¡Mi pastor!".
Él cumplirá toda mi voluntad,
diciendo de Jerusalén: "¡Que sea reconstruida!",
y del Templo: "¡Se pondrán tus cimientos!".
 
Capítulo 45: Isaías 45

Ciro, el ungido del Señor

45 1 Así habla el Señor a su ungido,
a Ciro, a quien tomé de la mano derecha,
para someter ante él a las naciones
y desarmar a los reyes,
para abrir ante él las puertas de las ciudades,
de manera que no puedan cerrarse.

2 Yo iré delante de ti
y allanaré los cerros;
romperé las puertas de bronce
y haré saltar los cerrojos de hierro.

3 Te daré tesoros secretos
y riquezas escondidas,
para que sepas que yo soy el Señor,
el que te llama por tu nombre,
el Dios de Israel.

4 Por amor a Jacob, mi servidor,
y a Israel, mi elegido,
yo te llamé por tu nombre,
te di un título insigne,
sin que tú me conocieras.

5 Yo soy el Señor, y no hay otro,
no hay ningún Dios fuera de mí.
Yo te hice empuñar las armas,
sin que tú me conocieras,
6 para que se conozca,
desde el Oriente y el Occidente,
que no hay nada fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro.

7 Yo formo la luz y creo las tinieblas,
hago la felicidad y creo la desgracia:
yo, el Señor, soy el que hago todo esto.

8 ¡Destilen, cielos, desde lo alto,
y que las nubes derramen la justicia!
¡Que se abra la tierra y produzca la salvación,
y que también haga germinar la justicia!
Yo, el Señor, he creado todo esto.

El poder soberano del Señor

9 ¡Ay del que desafía al que lo modela,
siendo sólo un tiestoentre los tiestos de la tierra!
¿Acaso la arcilla dice al alfarero: "¿Qué haces?"
o "Tu obra no tiene asas"?

10 ¡Ay del que dice a un padre:
"¿Qué has engendrado?",
o a una mujer: "¿Qué has dado a luz?"!

11 Así habla el Señor,
el Santo de Israel, el que lo modela:
¿Acaso van a interrogarme sobre mis hijos
y a darme órdenes sobre la obra de mis manos?

12 Soy yo el que hice la tierra
y he creado al hombre sobre ella;
mis manos extendieron el cielo
y yo dirijo todo su ejército.

13 Yo lo suscité en la justicia
y allanaré todos sus caminos.
Él reconstruirá mi ciudad
y repatriará a mis desterrados,
sin pago ni soborno,
dice el Señor de los ejércitos.

El sometimiento de los enemigos

14 Así habla el Señor:
Las ganancias de Egipto,las mercancías de Cus,
y los hombres de Sebá,de elevada estatura,
desfilarán ante ti y te pertenecerán;
irán detrás de ti, desfilarán encadenados,
se postrarán ante ti y te dirán suplicantes:
"Sólo en ti está Dios, y no hay otro;
los dioses no son nada".

15 ¡Realmente, tú eres un Dios que se oculta,
Dios de Israel, Salvador!

16 Los fabricantes de ídolos
están avergonzados y confundidos,
se van todos juntos, llenos de confusión.

17 Israel ha sido salvado por el Señor,
con una salvación eterna;
ustedes no quedarán avergonzadosni confundidos
por los siglos de los siglos.

La revelación de los designios divinos

18 Porque así habla el Señor,
el que creó el cielo y es Dios,
el que modeló la tierra,
la hizo y la afianzó,
y no la creó vacía,
sino que la formópara que fuera habitada:
Yo soy el Señor, y no hay otro.

19 Yo no hablé en lo secreto,
en algún lugar de un país tenebroso.
Yo no dije a los descendientes de Jacob:
"Búsquenme en el vacío".
Yo, el Señor, digo lo que es justo,
anuncio lo que es recto.

La conversión de los pueblos

20 ¡Reúnanse y vengan,
acérquense todos juntos,
fugitivos de las naciones!
No saben lo que hacen
los que llevan su ídolo de madera,
y suplican a un dios que no puede salvar.

21 ¡Declaren, expongan sus pruebas!
¡Sí, deliberen todos juntos!
¿Quién predijo esto antiguamente
y lo anunció en los tiempos pasados?
¿No fui yo, el Señor?
No hay otro Dios fuera de mí;
un Dios justo y salvador,
no lo hay, excepto yo.

22 Vuélvanse a mí, y serán salvados,
todos los confines de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay otro.

23 Lo he jurado por mí mismo,
de mi boca ha salido la justicia,
una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla,
toda lengua jurará por mí,
24 diciendo: Sólo en el Señor
están los actos de justicia y el poder.
Hasta él llegarán avergonzados
todos los que se enfurecieron contra él.

25 En el Señor hallará la justicia y se gloriará
toda la descendencia de Israel.
 
Capítulo 46: Isaías 46

La derrota de los dioses de Babilonia

46 1 ¡Bel se doblega, Nebo se desploma!
Sus estatuas han sido puestas
sobre bestias y animales de carga;
los ídolos que ustedes llevaban en andas
son una carga para el animal agotado.

2 ¡Se desploman, se doblegantodos juntos,
no pueden librar al que los lleva
y ellos mismos van a la cautividad!

3 ¡Escúchenme, casa de Jacob
y todo el resto de la casa de Israel,
ustedes, que fueron llevadosdesde el seno materno,
cargados por mí desde antes de nacer!

4 Hasta que envejezcan,yo seré siempre el mismo,
y hasta que encanezcan, yo los sostendré.
Yo he obrado, y me haré cargo de eso:
los sostendré y los libraré.

5 ¿A quién me van a asemejar o igualar?
¿Con quién me van a comparar,que sea semejante a mí?

6 Los que malgastan el oro de sus bolsas
y pesan la plata en la balanza,
contratan a un orfebrepara que haga un dios,
lo adoran y se postran ante él;
7 lo llevan sobre sus hombros,lo sostienen,
lo ponen en su sitio, y allí se queda,
sin poder moverse de su lugar:
por más que se le grite, él no responde,
ni puede salvar de la angustia.

El Señor, dueño del pasado y del futuro

8 ¡Recuerden esto, y compréndanlo bien;
piénsenlo en su corazón, rebeldes!

9 Recuerden lo que sucedió antiguamente;
porque yo soy Dios, y no hay otro,
soy Dios, y no hay nadie igual a mí.

10 Yo anuncio el final desde el comienzo,
y desde mucho antes,lo que aún no ha sucedido;
yo digo: "Mi designio se cumplirá
y haré todo lo que me agrade".

11 Llamo del Oriente al ave de rapiña,
y de un país lejano, al hombre de mi designio.
Así hablé, y así haré que suceda,
tracé un plan, y lo voy a ejecutar.

12 Escúchenme, duros de corazón,
ustedes, los que están lejos de la justicia:
13 yo hago que se acerque mi justicia
– ¡ella no está lejos!–
y mi salvación no tardará.
Pondré la salvación en Sión
y mi esplendor será para Israel.
 
Capítulo 47: Isaías 47

Lamentación sobre Babilonia

47 1 ¡Baja y siéntate en el polvo,virgen, hija de Babilonia!
¡Siéntate en el suelo, sin trono,
hija de los caldeos!
Porque ya no volverán a llamarte
"Delicada" y "Refinada".

2 ¡Toma el mortero y muele la harina;
quítate el velo,
levántate el vestido, descúbrete el muslo,
cruza los ríos!

3 ¡Que se descubra tu desnudez
y que se vea tu ignominia!
Yo me vengaré y nadie se me opondrá,
4 dice nuestro redentor:
su nombre es Señor de los ejércitos,
el Santo de Israel.

5 ¡Siéntate en silencioy entra en las tinieblas,
hija de los caldeos!
Porque ya no volverán a llamarte
"Soberana de los reinos".

6 Yo estaba irritado contra mi pueblo,
profané mi herencia,
y los entregué en tus manos.
Tú no les tuviste compasión:
hasta al anciano lo abrumaste
con el peso de tu yugo.

7 Tú decías: "Seré siempre soberana,
a lo largo de los siglos".
Pero no te preocupabas de esto,
no tenías presente el futuro.

8 Y ahora, escucha esto, voluptuosa,
tú, que reinas confiada
y dices en tu corazón:
"¡Yo, y nadie más que yo!
¡Nunca me quedaré viuda
ni me veré privada de hijos!".

9 Estas dos cosas te sobrevendrán,
de repente, en un solo día:
la privación de tus hijos y la viudez
vendrán sobre ti con todo su rigor,
pese a tus muchos sortilegios
y al cúmulo de tus encantamientos.

10 Tú te fiabas de tu maldad,
pensando: "Nadie me ve".
Tu sabiduría y tu ciencia
te hicieron perder la cabeza,
mientras decías en tu corazón:
"¡Yo, y nadie más que yo!".

11 Pero te va a suceder una desgracia,
que no sabrás conjurar;
va a caer sobre ti un desastre,
que no podrás aplacar;
te va a sobrevenir de improviso
una catástrofe que no imaginabas.

12 Persiste en tus encantamientos
y en tus muchos sortilegios,
por los que has bregadodesde tu juventud:
¡tal vez puedan servirte de algo,
tal vez logres infundir terror!

13 ¡Te has cansado de recibir consejos!
¡Que se presenten y te salven
los que investigan el cielo,
los que observan las estrellas,
los que pronostican cada luna nueva
lo que te va a suceder!

14 Pero ellos serán como paja:
el fuego los quemará;
no podrán librarse a sí mismos
del poder de las llamas;
no serán brasas para dar calor
ni fuego para sentarse ante él.

15 Eso son para ti tus adivinos,
por los que has bregado desde tu juventud:
ellos andan errantes,cada uno por su lado,
no hay nadie que pueda salvarte.
 
Capítulo 48: Isaías 48

El cumplimiento de las predicciones divinas

48 1 Escuchen esto, casa de Jacob, ustedes, que se llaman
con el nombre de Israel
y salieron de las aguas de Judá;
ustedes, que juran por el nombre del Señor
e invocan al Dios de Israel,
pero sin lealtad ni justicia.

2 –Sin embargo, ellos se llaman "Los de la Ciudad Santa"
y se apoyan en el Dios de Israel,
cuyo nombre es Señor de los ejércitos–.

3 Yo anuncié de antemano las cosas pasadas,
salieron de mi boca, yo las predije;
obré súbitamente, y ellas sucedieron.

4 Yo sabía que tú eres obstinado,
que tu cerviz es una barra de hierro
y que tu frente es de bronce.

5 Por eso te las anuncié de antemano,
te las predije antes que sucedieran,
para que no dijeras: "Las hizo mi ídolo;
las ordenó mi estatua, mi imagen fundida".

6 Tú has oído, has visto todo esto,
y ustedes ¿no lo van a anunciar?
Desde ahora te hago oír cosas nuevas,
guardadas en secreto, y que no conocías.

7 Ahora son creadas,no desde hace tiempo;
antes de hoy, nunca las habías oído
para que no dijeras: "¡Ya las sabía!".

8 No, tú no habías oído ni sabías nada,
ni tus oídos fueron abiertos de antemano,
porque yo sé que no hacesmás que traicionar
y que te llaman "Rebelde desde el seno materno".

9 Por amor a mi Nombre, modero mi ira,
por mi honor, la reprimo en favor de ti,
a fin de no exterminarte.

10 Yo te purifiqué, y no por dinero,
te probé en el crisol de la aflicción:
11 lo hice por mí, sólo por mí,
porque ¿cómo iba a ser profanado mi Nombre?
Y mi gloria no la cederé a ningún otro.

Ciro, amado y conducido por el Señor

12 Escúchame, Jacob,
tú, Israel, a quien yo llamé:
Yo soy, yo soy el Primero
y también soy el Último.

13 Sí, mi mano fundó la tierra,
mi mano derecha desplegó los cielos:
apenas los llamo
ellos se presentan todos juntos.

14 Reúnanse todos y escuchen:
¿Quién entre ustedesanunció estas cosas?
Aquel a quien ama el Señor
cumplirá su voluntad sobre Babilonia
y sobre la raza de los caldeos.

15 Yo, sólo yo, hablé y lo llamé,
yo lo conduje y lo hice triunfar.

16 ¡Acérquense a mí, escuchen esto:
Desde el comienzo,nunca hablé en lo secreto,
desde que esto sucede, yo estoy allí!
–Ahora me han enviadoel Señor y su espíritu–.

Mirada retrospectiva hacia el pasado

17 Así habla el Señor, tu redentor,
el Santo de Israel:
Yo soy el Señor, tu Dios,
el que te instruye para tu provecho,
el que te guía por el camino que debes seguir.

18 ¡Si tú hubieras atendidoa mis mandamientos,
tu prosperidad sería como un río
y tu justicia, como las olas del mar!

19 Como la arena sería tu descendencia,
como los granos de arena,el fruto de tus entrañas;
tu nombre no habría sido extirpado
ni borrado de mi presencia.

Invitación a salir de Babilonia

20 ¡Salgan de Babilonia,
huyan de los caldeos!
¡Con gritos de alegría
anuncien, hagan oír estas cosas!
¡Divúlguenlas hasta los extremos de la tierra!
Digan: "El Señor ha redimido
a su servidor Jacob".

21 Ellos no sufrieron sed,
cuando los llevaba por los desiertos:
él hizo brotar para ellos agua de la roca,
partió la roca y fluyeron las aguas.

22 Pero no hay paz para los impíos,dice el Señor.
 
Capítulo 49: Isaías 49

Segundo poema del Servidor del Señor

49 1 ¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos!
El Señor me llamó desde el seno materno,
desde el vientre de mi madrepronunció mi nombre.

2 Él hizo de mi boca una espada afilada,
me ocultó a la sombra de su mano;
hizo de mí una flecha punzante,
me escondió en su aljaba.

3 Él me dijo: "Tú eres mi Servidor, Israel,
por ti yo me glorificaré".

4 Pero yo dije: "En vano me fatigué,
para nada, inútilmente,he gastado mi fuerza".
Sin embargo, mi derecho está junto al Señor
y mi retribución, junto a mi Dios.

5 Y ahora, ha hablado el Señor,
el que me formó desde el seno materno
para que yo sea su Servidor,
para hacer que Jacob vuelva a él
y se le reúna Israel.
Yo soy valioso a los ojos del Señor
y mi Dios ha sido mi fortaleza.

6 Él dice: "Es demasiado pocoque seas mi Servidor
para restaurar a las tribus de Jacob
y hacer volver a los sobrevivientes de Israel;
yo te destino a ser la luz de las naciones,
para que llegue mi salvación
hasta los confines de la tierra".

7 Así habla el Señor,
el redentor y el Santo de Israel,
al que es despreciado,al abominado de la gente,
al esclavo de los déspotas:
Al verte, los reyes se pondrán de pie,
los príncipes se postrarán,
a causa del Señor, que es fiel,
y del Santo de Israel, que te eligió.

8 Así habla el Señor:
En el tiempo favorable, yo te respondí,
en el día de la salvación, te socorrí.
Yo te formé
y te destiné a ser la alianza del pueblo,
para restaurar el país,
para repartir las herencias devastadas,
9 para decir a los cautivos: "¡Salgan!"
y a los que están en las tinieblas: "¡Manifiéstense!".

La alegría de los repatriados

Ellos se apacentarána lo largo de los caminos,
tendrán sus pastizaleshasta en las cumbres desiertas.

10 No tendrán hambre, ni sufrirán sed,
el viento ardiente y el sol no los dañarán,
porque el que se compadece de elloslos guiará
y los llevará hasta las vertientes de agua.

11 De todas mis montañasyo haré un camino
y mis senderos serán nivelados.

12 Sí, ahí vienen de lejos,
unos del norte y del oeste,
y otros, del país de Siním.

13 ¡Griten de alegría, cielos,
regocíjate, tierra!
¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría,
porque el Señor consuela a su pueblo
y se compadece de sus pobres!

La reconstrucción de Sión

14 Sión decía: "El Señor me abandonó,
mi Señor se ha olvidado de mí".

15 ¿Se olvida una madre de su criatura,
no se compadece del hijo de sus entrañas?
¡Pero aunque ella se olvide,
yo no te olvidaré!

16 Yo te llevo grabada en las palmas de mis manos,
tus muros están siempre ante mí.

17 Tus constructores acuden presurosos,
los que te demolieron y arrasaronse alejan de ti.

18 Levanta los ojos y mira a tu alrededor:
todos se reúnen y llegan hasta ti.
¡Juro por mi vida –oráculo del Señor–
que a todos ellos te los pondrás como un adorno
y los lucirás como una novia!

19 Porque tus ruinas, tus escombros
y tu país destruido
resultarán estrechos para tus habitantes,
y estarán lejos los que te devoraban.

20 Los hijos que dabas por perdidos
dirán otra vez a tus oídos:
"El lugar es muy estrecho para mí,
dame sitio para que pueda habitar".

21 Y tú dirás en tu corazón:
"¿Quién me engendró estos hijos?
Yo estaba sin hijos, estéril,
desterrada y dejada de lado;
y a estos ¿quién los crió?
Yo me había quedado sola,
y estos ¿dónde estaban?".

Las naciones, al servicio del Pueblo de Dios

22 Así habla el Señor:
Yo alzaré mi mano hacia las naciones
e izaré mi estandarte hacia los pueblos;
ellos traerán a tus hijos en su regazo
y tus hijas serán llevadas a hombros.

23 Tendrás a reyes como tutores
y sus princesas serán tus nodrizas.
Se postrarán ante ti con el rostro en tierra
y lamerán el polvo de tus pies.
Así sabrás que yo soy el Señor
y que no se avergonzarán los que esperan en mí.

El poder irresistible del Señor

24 ¿Se le puede quitar el botína un guerrero?
¿Se le escapa el cautivo al vencedor?

25 Ahora bien, así habla el Señor:
Sí, al guerrero se le quitará el cautivo
y al violento se le escapará el botín;
yo mismo litigaré con tus litigantes
y yo mismo salvaré a tus hijos.

26 A tus opresores les haré comer su propia carne,
como con vino nuevo, se embriagarán con su sangre.
Así sabrán todos los hombres
que yo, el Señor, soy tu salvador
y que tu redentor es el Fuerte de Jacob.
 
Capítulo 50: Isaías 50

Israel rechazado sólo por un tiempo

50 1 Así habla el Señor:¿Dónde está el acta de divorcio
con la que despedía la madre de ustedes?
O bien, ¿a cuál de mis acreedores
yo los he vendido?
No, ustedes fueron vendidospor sus culpas,
por los crímenes de ustedesfue despedida su madre
2 ¿Por qué no había nadie cuando vine
ni respondió nadie cuando llamé?
¿Será demasiado corta mi manopara rescatar?
¿No tengo fuerza para librar?
Yo, con una amenaza, seco el mar
y hago de los ríos un desierto;
sus peces se pudren por falta de agua
y se mueren de sed.

3 Yo visto los cielos de negro
y los cubro con ropa de luto.

Tercer poema del Servidor del Señor

4 El mismo Señor me ha dado
una lengua de discípulo,
para que yo sepa reconfortar al fatigado
con una palabra de aliento.
Cada mañana, él despierta mi oído
para que yo escuche como un discípulo.

5 El Señor abrió mi oído
y yo no me resistí ni me volví atrás.

6 Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban
y mis mejillas,a los que me arrancaban la barba;
no retiré mi rostro
cuando me ultrajaban y escupían.

7 Pero el Señor viene en mi ayuda:
por eso, no quedé confundido;
por eso, endurecí mi rostrocomo el pedernal,
y sé muy bien que no seré defraudado.

8 Está cerca el que me hace justicia:
¿quién me va a procesar?
¡Comparezcamos todos juntos!
¿Quién será mi adversario en el juicio?
¡Que se acerque hasta mí!

9 Sí, el Señor viene en mi ayuda:
¿quién me va a condenar?
Todos ellos se gastarán como un vestido,
se los comerá la polilla.

10 ¿Quién entre ustedes teme al Señor
y escucha la voz de su Servidor?
Aunque camine en las tinieblas,
sin un rayo de luz,
que confíe en el nombre del Señor
y se apoye en su Dios.

11 Pero ustedes, los que atizan el fuego
y arman flechas incendiarias,
caminen al resplandor de sus hogueras
y entre las flechas que encendieron.
Esto les sucederá por obra mía
y ustedes yacerán en medio de tormentos.
 
Capítulo 51: Isaías 51

La certeza de la salvación

51 1 ¡Escúchenme, los que van tras la justicia,
ustedes, los que buscan al Señor!
Fíjense en la rocade la que fueron tallados,
en la cantera de la que fueron extraídos;
2 fíjense en su padre Abraham
y en Sara, que los dio a luz:
cuando él era uno solo, yo lo llamé,
lo bendije y lo multipliqué.

3 Sí, el Señor consuela a Sión,
consuela todas sus ruinas:
hace su desierto semejante a un Edén,
y su estepa, a un jardín del Señor.
Allí habrá gozo y alegría,
acción de gracias y resonar de canciones.

4 ¡Préstenme atención, pueblos,
y ustedes, naciones, óiganme bien,
porque de mí saldrá la Ley
y mi derecho será la luz de los pueblos!
En un instante 5 estará cerca mi justicia,
mi salvación aparecerá como la luz
y mis brazos juzgarán a los pueblos;
las costas lejanas esperan en mí
y ponen su esperanza en mi brazo.

6 ¡Levanten sus ojos hacia el cielo
y miren abajo, a la tierra!
Sí, el cielo se disipará como el humo,
la tierra se gastará como un vestido
y sus habitantes morirán como insectos.
Pero mi salvación permanecerá para siempre
y mi justicia no sucumbirá.

7 ¡Escúchenme, los que conocen la justicia,
el pueblo que tiene mi Ley en su corazón!
No teman el desprecio de los hombres
ni se atemoricen por sus ultrajes.

8 Porque la polilla se los comerácomo a un vestido,
como a lana, los consumirá la tiña.
Pero mi justicia permanece para siempre,
y mi salvación, por todas las generaciones.

El brazo salvador del Señor

9 ¡Despierta, despierta,
revístete de poder, brazo del Señor!
¡Despierta como en los días antiguos,
como en las generaciones pasadas!
¿No eres tú el que hace pedazos a Rahab,
el que traspasa al Dragón?

10 ¿No eres tú el que secó el Mar,
las aguas del gran Océano,
el que hizo de lo profundo del mar
un camino para que pasaran los redimidos?

11 Los rescatados del Señor volverán,
llegarán a Sión entre gritos de júbilo:
una alegría eterna coronará sus cabezas,
los acompañará el gozo y la alegría,
huirán la aflicción y los gemidos.

El Señor, liberador de su Pueblo

12 ¡Soy yo, soy yo el que los consuelo!
¿Quién eres tú para temer a un mortal,
a un hombre frágil como la hierba?

13 ¿Olvidas acaso al Señor, que te hizo,
que extendió el cielo y fundó la tierra?
¿Temblarás sin cesar, todo el día,
ante la furia del opresor,
cuando se dispone a destruir?
Pero ¿dónde está la furia del opresor?

14 Pronto será liberado el prisionero:
no morirá en la fosa ni le faltará el pan.

15 Porque yo soy el Señor, tu Dios,
que agito el mar, y rugen las olas:
mi nombre es Señor de los ejércitos.

16 Yo puse mis palabras en tu boca
y te oculté a la sombra de mi mano,
mientras planto un cielo y fundo una tierra,
y digo a Sión: "¡Tú eres mi Pueblo!".

El resurgimiento de Jerusalén

17 ¡Despiértate, despiértate,
levántate, Jerusalén,
tú que has bebido de la mano del Señor
la copa de su furor!
¡Tú has bebido hasta las heces
una copa, un cáliz embriagador!

18 No hay nadie que la guíe
entre los hijos que ella dio a luz;
no hay quien la tome de la mano
entre todos los hijos que crió.

19 Te han sucedido dos males:
¿quién se conduele de ti?
Devastación y desastre, hambre y espada:
¿quién te consolará?

20 Tus hijos sucumben, yacen tendidos
a la entrada de todas las calles,
como un antílope atrapado en la red,
colmados de la ira del Señor,
de la amenaza de tu Dios.

21 Por eso, ¡escucha esto,pobre desdichada,
ebria, pero no de vino!

22 Así habla el Señor, tu Dios,
el que defiende la causa de su Pueblo:
Yo he retirado de la mano
la copa embriagadora;
de la copa, del cáliz de mi furor,
ya no volverás a beber.

23 Yo lo pondré en la manode tus verdugos,
de aquellos que te decían:
"Doblégate para que pasemos",
mientras tú ponías la espalda como un suelo,
como una calle para los transeúntes.
 
Capítulo 52: Isaías 52

El inminente rescate de los cautivos

52 1 ¡Despierta, despierta,revístete de tu fuerza, Sión!
¡Vístete con tus vestidos más bellos,
Jerusalén, Ciudad santa!
Porque ya no entrarán más en ti
el incircunciso ni el impuro.

2 ¡Sacúdete el polvo, levántate,
Jerusalén cautiva!
¡Desata las ataduras de tu cuello,
hija de Sión cautiva!

3 Porque así habla el Señor: Ustedes fueron vendidos por nada, y también sin dinero serán redimidos.

4 Porque así habla el Señor: Mi Pueblo bajó primero a Egipto, para residir allí como extranjero, y luego Asiria lo oprimió sin razón.

5 Y ahora, ¿qué tengo que hacer yo aquí –oráculo del Señor–, ya que mi Pueblo ha sido deportado por nada? Sus dominadores lanzan alaridos –oráculo del Señor– y todo el día, sin cesar, es despreciado mi Nombre.

6 Por eso mi Pueblo conocerá mi Nombre en ese día, porque yo soy aquel que dice: "¡Aquí estoy!".

El mensajero de la buena noticia

7 ¡Qué hermosos son sobre las montañas
los pasos del que trae la buena noticia,
del que proclama la paz,
del que anuncia la felicidad,
del que proclama la salvación
y dice a Sión: "¡Tu Dios reina!".

8 ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz,
gritan todos juntos de alegría,
porque ellos ven con sus propios ojos
el regreso del Señor a Sión.

9 ¡Prorrumpan en gritos de alegría,
ruinas de Jerusalén,
porque el Señor consuela a su Pueblo,
él redime a Jerusalén!

10 El Señor desnuda su santo brazo
a la vista de todas las naciones,
y todos los confines de la tierra
verán la salvación de nuestro Dios.

Invitación a salir de Babilonia

11 ¡Retírense, retírense, salgan de aquí,
no toquen nada impuro!
¡Salgan de en medio de ella, purifíquense,
los que llevan los vasos del Señor!

12 Porque no saldrán apresuradamente
ni partirán como fugitivos,
ya que al frente de ustedes irá el Señor,
y en la retaguardia, el Dios de Israel.

Cuarto poema del Servidor del Señor

13 Sí, mi Servidor triunfará:
será exaltado y elevadoa una altura muy grande.

14 Así como muchos quedaronhorrorizados a causa de él,
porque estaba tan desfigurado
que su aspecto no era el de un hombre
y su apariencia no era másla de un ser humano,
15 así también él asombraráa muchas naciones,
y ante él los reyes cerrarán la boca,
porque verán lo que nunca se les había contado
y comprenderán algo que nunca habían oído.
 
Capítulo 53: Isaías 53

53 1 ¿Quién creyó lo que nosotros hemos oído
y a quién se le reveló el brazo del Señor?

2 Él creció como un retoño en su presencia,
como una raíz que brota de una tierra árida,
sin forma ni hermosuraque atrajera nuestras miradas,
sin un aspecto que pudiera agradarnos.

3 Despreciado, desechado por los hombres,
abrumado de doloresy habituado al sufrimiento,
como alguien ante quien se aparta el rostro,
tan despreciado, que lo tuvimos por nada.

4 Pero él soportaba nuestros sufrimientos
y cargaba con nuestras dolencias,
y nosotros lo considerábamos golpeado,
herido por Dios y humillado.

5 Él fue traspasado por nuestras rebeldías
y triturado por nuestras iniquidades.
El castigo que nos da la paz recayó sobre él
y por sus heridas fuimos sanados.
6 Todos andábamos errantes como ovejas,
siguiendo cada uno su propio camino,
y el Señor hizo recaer sobre él
las iniquidades de todos nosotros.

7 Al ser maltratado, se humillaba
y ni siquiera abría su boca:
como un cordero llevado al matadero,
como una oveja mudaante el que la esquila,
él no abría su boca.

8 Fue detenido y juzgado injustamente,
y ¿quién se preocupó de su suerte?
Porque fue arrancado de la tierra de los vivientes
y golpeado por las rebeldías de mi pueblo.

9 Se le dio un sepulcro con los malhechores
y una tumba con los impíos,
aunque no había cometido violencia
ni había engaño en su boca.

10 El Señor quiso aplastarlo con el sufrimiento.
Si ofrece su vida en sacrificio de reparación,
verá su descendencia,prolongará sus días,
y la voluntad del Señor se cumplirá por medio de él.

11 A causa de tantas fatigas, él verá la luz
y, al saberlo, quedará saciado.
Mi Servidor justo justificará a muchos
y cargará sobre sí las faltas de ellos.

12 Por eso le daré una parte entre los grandes,
y él repartirá el botín junto con los poderosos.
Porque expuso su vida a la muerte
y fue contado entre los culpables,
siendo así que llevaba el pecado de muchos
e intercedía en favor de los culpables.
 
Capítulo 54: Isaías 54

Nuevo desposorio del Señor con su esposa abandonada

54 1 ¡Grita de alegría, estéril, tú que no has dado a luz;
prorrumpe en gritos de alegría, aclama,
tú que no has conocidolos dolores del parto!
Porque los hijos de la mujer desamparada
son más numerosos que los de la desposada,
dice el Señor.

2 ¡Ensancha el espacio de tu carpa,
despliega tus lonas sin mezquinar,
alarga tus cuerdas, afirma tus estacas!

3 Porque te expandirás a derecha y a izquierda,
tu descendencia poseerá naciones enteras
y poblará ciudades desoladas.

4 No temas, porque no te avergonzarás;
no te sonrojes, porque no serás confundida:
olvidarás la ignominia de tu adolescencia
y no te acordarás del oprobio de tu viudez.

5 Porque tu esposo es aquel que te hizo:
su nombre es Señor de los ejércitos;
tu redentor es el Santo de Israel:
él se llama "Dios de toda la tierra".

6 Sí, como a una esposa abandonada y afligida
te ha llamado el Señor:
"¿Acaso se puede despreciar
a la esposa de la juventud?",
dice el Señor.

7 Por un breve instantete dejé abandonada,
pero con gran ternura te uniré conmigo;
8 en un arrebato de indignación,
te oculté mi rostro por un instante,
pero me compadecí de ti con amor eterno,
dice tu redentor, el Señor.

9 Me sucederá como en los días de Noé,
cuando juré que las aguas de Noé
no inundarían de nuevo la tierra:
así he jurado no irritarme más contra ti
ni amenazarte nunca más.

10 Aunque se aparten las montañas
y vacilen las colinas,
mi amor no se apartará de ti,
mi alianza de paz no vacilará,
dice el Señor, que se compadeció de ti.

La restauración de Jerusalén

11 ¡Oprimida, atormentada, sin consuelo!
¡Mira! Por piedras, te pondré turquesas
y por cimientos, zafiros;
12 haré tus almenas de rubíes,
tus puertas de cristal
y todo tu contorno de piedras preciosas.

13 Todos tus hijos serán discípulos del Señor,
y será grande la paz de tus hijos.

14 Estarás afianzada en la justicia,
lejos de la opresión, porque nada temerás,
lejos del temor, porque no te alcanzará.

15 Si alguien te ataca,no será de parte mía,
el que te ataque, caerá a causa de ti.

16 Yo he creado al herreroque sopla las brasas
y extrae una herramienta para su obra;
yo he creado también al destructorpara arrasar.

17 Ninguna herramienta forjada contra ti
resultará eficaz,
y tú desmentirás a toda lenguaque se alce para juzgarte.
Esta es la herencia de los servidores del Señor,
esta es la victoria que yo les aseguro
–oráculo del Señor–.
 
Capítulo 55: Isaías 55

Promesa de una alianza eterna

55 1 ¡Vengan a tomar agua, todos los sedientos,
y el que no tenga dinero,venga también!
Coman gratuitamente su ración de trigo,
y sin pagar, tomen vino y leche.

2 ¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta
y sus ganancias, en algo que no sacia?
Háganme caso, y comerán buena comida,
se deleitarán con sabrosos manjares.

3 Presten atención y vengan a mí,
escuchen bien y vivirán.
Yo haré con ustedes una alianza eterna,
obra de mi inquebrantable amor a David.

4 Yo lo he puesto como testigo para los pueblos,
jefe y soberano de naciones.

5 Tú llamarás a una nación que no conocías,
y una nación que no te conocía correrá hacia ti,
a causa del Señor, tu Dios,
y por el Santo de Israel, que te glorifica.

Los inescrutables caminos del Señor

6 ¡Busquen al Señormientras se deja encontrar,
llámenlo mientras está cerca!

7 Que el malvado abandone su camino
y el hombre perverso, sus pensamientos;
que vuelva al Señor,y él le tendrá compasión,
a nuestro Dios, que es generoso en perdonar.

8 Porque los pensamientos de ustedesno son los míos,
ni los caminos de ustedes son mis caminos
–oráculo del Señor–.

9 Como el cielo se alza por encima de la tierra,
así sobrepasan mis caminosy mis pensamientos
a los caminos y a los pensamientos de ustedes.

La eficacia de la Palabra del Señor

10 Así como la lluvia y la nievedescienden del cielo
y no vuelven a él sin haber empapado la tierra,
sin haberla fecundado y hecho germinar,
para que dé la semilla al sembrador
y el pan al que come,
11 así sucede con la palabra que sale de mi boca:
ella no vuelve a mí estéril,
sino que realiza todo lo que yo quiero
y cumple la misión que yo le encomendé.

Últimas palabras de consuelo

12 Sí, ustedes saldrán gozosamente
y serán conducidos en paz;
al paso de ustedes, las montañas y las colinas
prorrumpirán en gritos de alegría,
y aplaudirán todos los árboles del campo.

13 En lugar de zarzas brotarán cipreses,
y mirtos en lugar de ortigas:
esto dará al Señor un gran renombre,
será una señal eterna, que no se borrará.

Tercera Parte del Libro de Isaías

En la tercera parte, el libro de Isaías nos hace entrever las penurias y las esperanzas de la comunidad judía de Jerusalén, a su retorno del exilio. Allí hay pobreza y miseria, tendencias a la idolatría y dudas sobre el poder del Señor. Tampoco faltan los jefes ambiciosos, preocupados únicamente por su propio interés (56. 9 - 57. 13). En estas circunstancias difíciles, la mirada profética se dirige hacia el futuro: la Gloria del Señor resplandecerá en Jerusalén, y la Ciudad santa se convertirá en el punto de atracción de todas las naciones de la tierra (60. 1-4). Los extranjeros acudirán a la Montaña santa de Sión, y su Templo será una "Casa de oración para todos los pueblos" (56. 7). El Señor va a crear "un cielo nuevo y una tierra nueva" (65. 17; 66. 22), y por medio de Israel hará llegar la salvación a todos los hombres (66. 18). Esta perspectiva que trasciende todo particularismo anticipa y prepara el universalismo cristiano.

A los que han perdido la esperanza y se quejan de la aparente indiferencia del Señor frente a los males que afligen a su Pueblo, el profeta les recuerda la fidelidad de Dios y denuncia los pecados que son un obstáculo para la llegada de la salvación. De manera particular, los exhorta a abandonar la idolatría y a practicar la justicia, a la vez que señala las características de la religiosidad agradable a Dios: el verdadero ayuno consiste en compartir el pan con el hambriento, en vestir al desnudo y en mostrarse solidario con el hermano necesitado (58. 5-7).
 
Capítulo 56: Isaías 56

El Templo, Casa de oraciónpara todos los pueblos

56 1 Así habla el Señor: Observen el derechoy practiquen la justicia,
porque muy pronto llegará mi salvación
y ya está por revelarse mi justicia.

2 ¡Feliz el hombre que cumple estos preceptos
y el mortal que se mantiene firme en ellos,
observando el sábado sin profanarlo
y preservando su manode toda mala acción!

3 Que no diga el extranjero
que se ha unido al Señor:
"El Señor me excluirá de su Pueblo";
y que tampoco diga el eunuco:
"Yo no soy más que un árbol seco".

4 Porque así habla el Señor:
A los eunucos que observen mis sábados,
que elijan lo que a mí me agrada
y se mantengan firmes en mi alianza,
5 yo les daré en mi Casay dentro de mis muros
un monumento y un nombre
más valioso que los hijos y las hijas:
les daré un nombre perpetuo, que no se borrará.

6 Y a los hijos de una tierra extranjera
que se han unido al Señor para servirlo,
para amar el nombre del Señor
y para ser sus servidores,
a todos los que observen el sábado sin profanarlo
y se mantengan firmes en mi alianza,
7 yo los conduciré hasta mi santa Montaña
y los colmaré de alegría en mi Casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptados sobre mi altar,
porque mi Casa será llamada
Casa de oración para todos los pueblos.

8 Oráculo del Señor,
que reúne a los desterrados de Israel:
Todavía reuniré a otros junto a él,
además de los que ya se han reunido.

Contra los malos pastores

9 ¡Bestias del campo,
fieras de la selva,
vengan todas a devorar!

10 Sus guardianes son todos ciegos,
ninguno de ellos sabe nada.
Todos ellos son perros mudos,
incapaces de ladrar.
Desvarían acostados,
les gusta dormitar.

11 Esos perros voraces
nunca terminan de saciarse,
¡y ellos son los pastores!
No saben discernir,
cada uno toma por su camino,
todos, hasta el último,detrás de su ganancia.

12 "¡Vengan! Voy en busca de vino;
nos embriagaremos con bebida fuerte,
y mañana será lo mismo que hoy,
o más, muchísimo más".
 
Capítulo 57: Isaías 57

La indiferencia ante la muerte de los justos

57 1 El justo desaparecey a nadie le llama la atención;
los hombres de bien son arrebatados,
sin que nadie comprenda
que el justo es arrebatado
a consecuencia de la maldad.

2 Pero llegará la paz:
los que van por el camino recto
descansarán en sus lechos.

Contra los idólatras

3 ¡Y ustedes, acérquense aquí,
hijos de una hechicera,
raza de un adúltero y una prostituta!

4 ¿De quién se burlan?
¿Contra quién abren la boca
y sacan la lengua?
¿No son ustedes hijos de la rebeldía,
una raza bastarda?

5 ¡Ustedes, que arden de lujuria
junto a los terebintos,
bajo todo árbol frondoso,
e inmolan niños en los torrentes,
en las hendiduras de las rocas!

6 Las piedras lisas del torrente son tu parte:
¡sí, ellas te han tocado en suerte!
En su honor has derramado libaciones,
has presentado ofrendas,
y yo ¿me dejaré aplacar con esas cosas?

7 Sobre una montaña alta y empinada
has instalado tu lecho,
y allí has subido a ofrecer sacrificios.

8 Detrás de los postes de la puerta
has colocado tu memorial;
te has desnudado, bien lejos de mí,
y has subido al lecho que habías tendido;
has hecho un trato con uno de esos
con quienes te gusta acostarte,
y has contemplado la insignia.

9 Corres hacia Mélec con el aceite,
prodigas tus perfumes;
envías muy lejos a tus mensajeros,
los haces descender hasta el Abismo.

10 Te has cansado de tanto caminar,
pero no dices: "¡Es inútil!".
Has renovado la fuerza de tu brazo,
y por eso no te has debilitado.

11 ¿De quién tenías miedo, a quién temías,
para mentir y no acordarte de mí,
para no prestarme ninguna atención?
¿Será porque me quedé calladoy cerré los ojos
que tú no me temes?

12 ¡Pero yo voy a denunciar tu justicia y tus obras:
ellas no te servirán de nada!

13 Cuando clames,que te libren tus ídolos:
¡el viento se los llevará a todos ellos,
un soplo los disipará!
Pero el que se refugia en míheredará la tierra
y entrará en posesiónde mi santa Montaña.

Promesa de perdón para los pecadores arrepentidos

14 Entonces se dirá:
¡Abran paso, abran paso,preparen un camino,
quiten los obstáculos del camino de mi Pueblo!

15 Porque así habla el que es alto y excelso,
el que habita en una morada eterna,
aquel cuyo Nombre es santo:
Yo habito en una altura santa,
pero estoy con el contrito y humillado,
para reavivar los espíritus humillados,
para reavivar los corazones contritos.

16 No, yo no recrimino para siempre
ni me irrito eternamente,
porque entonces desfallecerían ante mí
el espíritu y el aliento de vida
que yo mismo hice.

17 Por sus ganancias injustas, yo me irrité
y lo herí, ocultándome en mi irritación,
pero el rebelde siguió el camino que quería.

18 Yo he visto sus caminos, pero lo sanaré,
lo guiaré y lo colmaré de consuelos;
y de los labios de los que están de duelo,
19 haré brotar la acción de gracias.
¡Paz al que está lejos,
paz al que está cerca!
Yo lo sanaré, dice el Señor.

20 Pero los impíos son como un mar agitado,
que no se puede calmar
y cuyas aguas arrojan fango y cieno.

21 ¡No hay paz para los impíos!,
dice el Señor.
 
Capítulo 58: Isaías 58

El falso ayuno

58 1 ¡Grita a voz en cuello, no te contengas,
alza tu voz como una trompeta:
denúnciale a mi pueblo su rebeldía
y sus pecados a la casa de Jacob!

2 Ellos me consultan día tras día
y quieren conocer mis caminos,
como lo haría una naciónque practica la justicia
y no abandona el derecho de su Dios;
reclaman de mí sentencias justas,
les gusta estar cerca de Dios:
3 "¿Por qué ayunamos y tú no lo ves,
nos afligimos y tú no lo reconoces?".
Porque ustedes, el mismo día en que ayunan,
se ocupan de negocios y maltratan a su servidumbre.

4 Ayunan para entregarse a pleitos y querellas
y para golpear perversamente con el puño.
No ayunen como en esos días,
si quieren hacer oír su voz en las alturas.

5 ¿Es este acaso el ayuno que yo amo,
el día en que el hombre se aflige a sí mismo?
Doblar la cabeza como un junco,
tenderse sobre el cilicio y la ceniza:
¿a eso lo llamas ayuno
y día aceptable al Señor?

El ayuno agradable al Señor

6 Este es el ayuno que yo amo
–oráculo del Señor–:
soltar las cadenas injustas,
desatar los lazos del yugo,
dejar en libertad a los oprimidos
y romper todos los yugos;
7 compartir tu pan con el hambriento
y albergar a los pobres sin techo;
cubrir al que veas desnudo
y no despreocuparte de tu propia carne.

8 Entonces despuntará tu luzcomo la aurora
y tu llaga no tardará en cicatrizar;
delante de ti avanzará tu justicia
y detrás de ti irá la gloria del Señor.

9 Entonces llamarás, y el Señor responderá;
pedirás auxilio, y él dirá: "¡Aquí estoy!".
Si eliminas de ti todos los yugos,
el gesto amenazador y la palabra maligna;
10 si ofreces tu pan al hambriento
y sacias al que vive en la penuria,
tu luz se alzará en las tinieblas
y tu oscuridad será como el mediodía.

11 El Señor te guiará incesantemente,
te saciará en los ardores del desierto
y llenará tus huesos de vigor;
tú serás como un jardín bien regado,
como una vertiente de agua,
cuyas aguas nunca se agotan.

12 Reconstruirás las ruinas antiguas,
restaurarás los cimientos seculares,
y te llamarán "Reparador de brechas",
"Restaurador de moradas en ruinas".

La observancia del sábado

13 Si dejas de pisotear el sábado,
de hacer tus negocios en mi día santo;
si llamas al sábado "Delicioso"
y al día santo del Señor "Honorable";
si lo honras absteniéndote de traficar,
de entregarte a tus negociosy de hablar ociosamente,
14 entonces te deleitarás en el Señor;
yo te haré cabalgarsobre las alturas del país
y te alimentaré con la herenciade tu padre Jacob,
porque ha hablado la boca del Señor.
 
Capítulo 59: Isaías 59

El pecado, barrera entre Dios y su Pueblo

59 1 No, el Señor no es corto de mano para salvar
ni duro de oído para escuchar:
2 han sido las culpas de ustedes
las que han puesto una barrera
entre ustedes y su Dios;
sus pecados le han hecho cubrirse el rostro
para dejar de escucharlos.

3 Las manos de ustedesestán manchadas de sangre
y sus dedos, de iniquidad;
sus labios dicen mentiras,
sus lenguas murmuran perfidias.

4 Nadie apela con justa razón
ni va a juicio de buena fe;
se pone la confianza en palabras vacías
y se habla con falsedad;
se está grávido de malicia
y se da a luz la iniquidad.

5 Ellos incuban huevos de víboras
y tejen telas de araña;
el que come de esos huevos, muere,
y si se los rompe, salta una culebra.

6 Con sus telas no se hará un vestido
y nadie se cubrirá con lo que hacen.
Sus obras son obras de maldad
y en sus manos no hay más que violencia;
7 sus pies corren hacia el mal,
se apresuran para derramarsangre inocente;
sus planes son planes perversos,
a su paso hay devastación y ruina.

8 No conocen el camino de la paz,
en sus senderos, no existe el derecho.
Abren para sí mismos sendas tortuosas:
el que las recorre, no conoce la paz.

Humilde reconocimiento del pecado

9 Por eso, el derecho está lejos de nosotros
y la justicia, fuera de nuestro alcance.
Esperábamos luz, y sólo hay tinieblas,
claridad, y caminamos a oscuras.

10 Andamos a tientas como los ciegos contra la pared,
andamos a tientas,como el que está sin ojos;
en pleno mediodía tropezamoscomo al anochecer,
en pleno vigor estamos como los muertos.

11 Todos nosotros gruñimos como osos,
gemimos sin cesar como palomas.
Esperábamos el juicio, ¡y nada!,
la salvación, y está lejos de nosotros.
12 Porque son muchas nuestras rebeldíasdelante de ti
y nuestros pecados atestiguan contra nosotros;
sí, nuestras rebeldías nos acompañan
y conocemos bien nuestras iniquidades:
13 fuimos rebeldes y renegamos del Señor,
dimos la espalda a nuestro Dios,
hablamos de oprimir y traicionar,
y urdimos palabras engañosasen el corazón.

14 Así retrocede el derecho
y se mantiene alejada la justicia,
porque la verdad está por el suelo en la plaza
y la rectitud no tiene acceso.

15 La verdad está ausente
y los que se apartan del malson despojados.

La intervención justiciera del Señor

El Señor ha visto con desagrado
que ya no existe el derecho.

16 Él vio que no había nadie,
se sorprendió de que nadie interviniera.
Entonces su brazo lo socorrió
y su justicia lo sostuvo.

17 Él se puso la justicia por coraza
y sobre su cabeza, el casco de la salvación;
se vistió con la ropa de la venganza
y se envolvió con el manto del celo.

18 Conforme a las obras,será la retribución:
furor para sus adversarios,represalia para sus enemigos.

19 Desde el Occidente, se temerá el nombre del Señor,
y desde el Oriente, se respetará su gloria,
porque él vendrá como un río encajonado,
impulsado por el soplo del Señor.

20 Él vendrá como redentor para Sión
y para los hijos de Jacobconvertidos de su rebeldía
–oráculo del Señor–.

Oráculo de Salvación

21 Por mi parte, dice el Señor, esta es mi alianza con ellos: mi espíritu que está sobre ti y mis palabras que yo he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre, dice el Señor.
 
Capítulo 60: Isaías 60

La gloria de la nueva Jerusalén

60 1 ¡Levántate, resplandece, porque llega tu luz
y la gloria del Señor brilla sobre ti!

2 Porque las tinieblas cubren la tierra
y una densa oscuridad, a las naciones,
pero sobre ti brillará el Señor
y su gloria aparecerá sobre ti.

3 Las naciones caminarán a tu luz
y los reyes, al esplendor de tu aurora.

4 Mira a tu alrededor y observa:
todos se han reunido y vienen hacia ti;
tus hijos llegan desde lejos
y tus hijas son llevadas en brazos.

5 Al ver esto, estarás radiante,
palpitará y se ensanchará tu corazón,
porque se volcarán sobre tilos tesoros del mar
y las riquezas de las nacionesllegarán hasta ti.

6 Te cubrirá una multitud de camellos,
de dromedarios de Madián y de Efá.
Todos ellos vendrán desde Sabá,
trayendo oro e incienso,
y pregonarán las alabanzas del Señor.

7 En ti se congregarán todos los rebañosde Quedar,
los carneros de Nebaiot estarán a tu servicio:
subirán como ofrenda aceptablesobre mi altar
y yo glorificaré mi Casa gloriosa.

8 ¿Quiénes son esos que vuelan como una nube,
como palomas a su palomar?

9 Son barcos que se reúnen para mí,
con naves de Tarsis al frente,
para traer a tus hijos de lejos,
y con ellos su oro y su plata,
por el nombre del Señor, tu Dios,
y por el Santo de Israel,que así te glorifica.

10 Gente extranjera reconstruirá tus murallas
y sus reyes te servirán,
porque yo te castigué en mi irritación,
pero en mi benevolencia tengo piedad de ti.

11 Tus puertas estarán siempre abiertas,
no se cerrarán ni de día ni de noche,
para que te traigan las riquezas de las naciones,
bajo la guía de sus reyes.

12 Porque la nación y el reinoque no te sirvan, perecerán,
y las naciones serán exterminadas.

13 Hasta ti llegará la gloria del Líbano,
con el ciprés, el olmo y el abeto,
para glorificar el lugar de mi Santuario,
para honrar el lugardonde se posan mis pies.

14 Los hijos de tus opresoresirán a inclinarse ante ti,
y todos los que te despreciaban
se postrarán ante la planta de tus pies
y te llamarán: "Ciudad del Señor",
"Sión del Santo de Israel".

15 Antes estuviste abandonada,
aborrecida y despoblada,
pero yo haré de ti el orgullo de los siglos,
la alegría de todas las generaciones.

16 Mamarás la leche de las naciones,
mamarás del pecho de los reyes,
y sabrás que yo, el Señor, soy tu salvador,
y que tu redentor es el Fuerte de Jacob.

17 Haré llegar oro en lugar de bronce
y plata en lugar de hierro;
bronce en lugar de madera
y hierro en lugar de piedra.
Por magistrados te daré la Paz
y por gobernantes, la Justicia.

18 Ya no se oirá hablar de violencia en tu país
ni de expoliación y desastreen tus fronteras;
a tus murallas las llamarás "Salvación"
y a tus puertas, "Alabanza".

19 El sol ya no será tu luz durante el día,
ni la claridad de la lunate alumbrará de noche:
el Señor será para ti una luz eterna
y tu Dios será tu esplendor.

20 Tu sol no se pondrá nunca más
y tu luna no desaparecerá,
porque el Señor será para ti una luz eterna
y se habrán cumplido los días de tu duelo.

21 En tu pueblo, todos serán justos
y poseerán la tierra para siempre:
serán un retoño de mis plantaciones,
obra de mis manos,para manifestar mi gloria.

22 El más pequeño se convertirá en un millar,
el menor, en una nación poderosa.
Yo, el Señor, lo haré rápidamente, a su tiempo.
 
Capítulo 61: Isaías 61

La misión del profeta

61 1 El espíritu del Señor está sobre mí,porque el Señor me ha ungido.
Él me envió a llevar la buena noticia a los pobres,
a vendar los corazones heridos,
a proclamar la liberación a los cautivos
y la libertad a los prisioneros,
2 a proclamar un año de gracia del Señor,
un día de venganza para nuestro Dios;
a consolar a todos los que están de duelo,
3 a cambiar su ceniza por una corona,
su ropa de luto por el óleo de la alegría,
y su abatimiento por un canto de alabanza.
Ellos serán llamados "Encinas de justicia",
"Plantación del Señor, para su gloria".

4 Ellos reconstruirán las ruinas antiguas,
restaurarán los escombros del pasado,
renovarán las ciudades en ruinas,
los escombros de muchas generaciones.

5 Se presentarán extranjerospara apacentar sus rebaños,
hijos de forasteros serán sus labradores y viñadores.

6 Y ustedes serán llamados"Sacerdotes del Señor",
se les dirá "Ministros de nuestro Dios".
Se alimentarán con las riquezas de las naciones,
se enorgullecerán con su magnificencia.

7 Ya que su ignominia fue el doble de la cuenta
y recibieron como parte vergüenza e insultos,
ellos poseerán el doble en su tierra
y gozarán de una alegría eterna.

8 Porque yo, el Señor, amo el derecho
y odio lo que se arrebata injustamente;
les retribuiré con fidelidad
y estableceré en favor de ellosuna alianza eterna.

9 Su descendencia será conocida entre las naciones,
y sus vástagos, en medio de los pueblos:
todos los que los vean, reconocerán
que son la estirpe bendecida por el Señor.

La alegría de Sión

10 Yo desbordo de alegría en el Señor,
mi alma se regocija en mi Dios.
Porque él me vistió con las vestiduras de la salvación
y me envolvió con el manto de la justicia,
como un esposo que se ajusta la diadema
y como una esposa que se adorna con sus joyas.

11 Porque así como la tierra da sus brotes
y un jardín hace germinar lo sembrado,
así el Señor hará germinar la justiciay la alabanza
ante todas las naciones.
 
Capítulo 62: Isaías 62

La nueva Jerusalén

62 1 Por amor a Sión no me callaré,por amor a Jerusalén no descansaré,
hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante
y su salvación,como una antorcha encendida.

2 Las naciones contemplarán tu justicia
y todos los reyes verán tu gloria;
y tú serás llamada con un nombre nuevo,
puesto por la boca del Señor.

3 Serás una espléndida corona en la mano del Señor,
una diadema real en las palmas de tu Dios.

4 No te dirán más "¡Abandonada!", ni dirán más a tu tierra "¡Devastada!",
sino que te llamarán "Mi deleite",
y a tu tierra "Desposada".
Porque el Señor pone en ti su deleite
y tu tierra tendrá un esposo.

5 Como un joven se casa con una virgen,
así te desposará el que te reconstruye;
y como la esposa es la alegría de su esposo,
así serás tú la alegría de tu Dios.

6 Sobre tus murallas, Jerusalén,
yo he apostado centinelas:
que nunca se queden callados,
ni de día ni de noche.
Ustedes, los que hacen que el Señorse acuerde,
no se tomen descanso,
7 ni lo dejen descansar a él
hasta que restablezca a Jerusalén
y la convierta en motivo de alabanza
sobre la tierra.

8 El Señor lo juró por su mano derecha
y por su brazo poderoso:
"Nunca más daré tu trigo
como alimento a tus enemigos,
ni los extranjeros beberán el vino nuevo
por el que tú has trabajado.

9 Los que lo cosechen lo comerán,
y alabarán al Señor;
los que lo vendimien lo beberán
en mis atrios sagrados".

10 ¡Pasen, pasen por las puertas,
preparen el camino del pueblo,
terraplenen el sendero,
límpienlo de piedras,
levanten un estandarte ante los pueblos!

11 Esto es lo que el Señor hace oír
hasta el extremo de la tierra:
"Digan a la hija de Sión:
Ahí llega tu Salvador;
el premio de su victoria lo acompaña
y su recompensa lo precede.

12 A ellos se los llamará ‘Pueblo santo’,
‘Redimidos por el Señor’;
y a ti te llamarán ‘Buscada’,
‘Ciudad no abandonada’".
 
Capítulo 63: Isaías 63

La victoria del Señor sobre Edóm

63 1 ¿Quién es ese que llega desde Edóm,
desde Bosrá, con las ropas enrojecidas?
¿Quién es ese, ataviado espléndidamente,
que se yergue con la plenitud de su poder?
–Soy yo, el que habla con justicia,
yo, el poderoso para salvar.

2 –¿Por qué están rojas tus vestiduras,
y tu ropa como la del que pisa el lagar?

3 –En la cuba he pisado yo solo,
nadie de entre los pueblosestaba conmigo.
Los he pisoteado con ira,
los he estrujado con furor;
su sangre salpicó mi ropa
y manché todas mis vestiduras.

4 Porque tenía previsto un día de venganza
y había llegado mi año de redención.

5 Miré, y no había quien me socorriera;
me sorprendí de que nadie me sostuviera.
Entonces me socorrió mi brazo
y mi furor me sostuvo.

6 Pisoteé a los pueblos en mi ira,
los embriagué en mi furor,
hice correr su sangre hasta el suelo.

Salmo: evocación de la misericordia de Dios hacia su Pueblo

7 Recordaré los favores del Señor,
alabaré sus proezas,
por todo el bien que él nos hizo
en su gran bondad hacia la familia de Israel,
y por todo el bien que nos hizo en su compasión
y en la abundancia de su misericordia.

8 Él dijo: "Realmente son mi Pueblo,
son hijos que no decepcionarán".
Y él fue para ellos un salvador
9 en todas sus angustias.
No intervino ni un emisario ni un mensajero:
él mismo, en persona, los salvó;
por su amor y su clemencia,
él mismo los redimió;
los levantó y los llevó
en todos los tiempos pasados.

10 Pero ellos se rebelaron
y afligieron su santo espíritu.
Entonces él se volvió su enemigo
y combatió contra ellos.

11 Ellos se acordaron de los días del pasado,
de Moisés, su servidor:
¿Dónde está el que hizo subir de las aguas
al pastor de su rebaño?
¿Dónde está el que puso dentro de él su santo espíritu,
12 el que hizo marchar su brazo glorioso
a la derecha de Moisés,
el que separó las aguas delante de ellos,
para ganarse un renombre eterno?

13 ¿Dónde está el que los condujo por el fondo del Océano,
como a un caballo por el desierto,
sin que ellos tropezaran?

14 Como a ganado que desciende al valle,
el espíritu del Señor les dio un descanso.
¡Así guiaste a tu Pueblo
para hacerte un Nombre glorioso!

Invocación del Pueblo al Dios salvador

15 Mira desde el cielo y contempla,
desde tu santo y glorioso dominio.
¿Dónde están tus celos y tu valor,
tu ternura entrañable y tu compasión?
¡No, no permanezcas insensible!

16 Porque tú eres nuestro padre,
porque Abraham no nos conoce
ni Israel se acuerda de nosotros.
¡Tú, Señor, eres nuestro padre,
"nuestro Redentor" es tu Nombre desde siempre!

17 ¿Por qué, Señor, nos desvías de tus caminos
y endureces nuestros corazonespara que dejen de temerte?
¡Vuelve, por amor a tus servidores
y a las tribus de tu herencia!

18 ¿Por qué los impíos hollaron tu Lugar santo
y nuestros adversarios pisotearon tu Santuario?

19 ¡Desde hace mucho tiempo, tú no nos gobiernas,
y ya no somos llamados por tu Nombre!
¡Si rasgaras el cielo y descendieras,
las montañas se disolverían delante de ti,
 
Capítulo 64: Isaías 64

64 1 como el fuego enciende un matorral,
como el fuego hace hervir el agua!
Así manifestarías tu Nombrea tus adversarios
y las naciones temblarían ante ti.

2 Cuando hiciste portentos inesperados,
3 que nadie había escuchado jamás,
ningún oído oyó, ningún ojo vio
a otro Dios, fuera de ti,que hiciera tales cosas
por los que esperan en él.

4 Tú vas al encuentro de los que practican la justicia
y se acuerdan de tus caminos.

Confesión de los pecados y súplica

Tú estás irritado,y nosotros hemos pecado,
desde siempre fuimos rebeldes contra ti.

5 Nos hemos convertido en una cosa impura,
toda nuestra justiciaes como un trapo sucio.
Nos hemos marchitado como el follaje
y nuestras culpas nos arrastran como el viento.

6 No hay nadie que invoque tu Nombre,
nadie que despierte para aferrarse a ti,
porque tú nos ocultaste tu rostro
y nos pusiste a merced de nuestras culpas.

7 Pero tú, Señor, eres nuestro padre,
nosotros somos la arcilla,y tu, nuestro alfarero:
¡todos somos la obra de tus manos!

8 No te irrites, Señor, hasta el exceso,
no te acuerdes para siempre de las culpas.
¡Mira que todos nosotros somos tu Pueblo!

9 Tus santas ciudades han quedado desiertas:
Sión se ha convertido en un desierto,
Jerusalén, en una desolación.

10 Nuestra Casa santa y gloriosa,
donde te alababan nuestros padres,
ha sido presa de las llamas,
y todo lo que teníamos de precioso
se ha convertido en una ruina.

11 Ante esto, ¿vas a permanecer insensible, Señor?
¿Te quedarás calladoy nos afligirás hasta el fin?
 
Capítulo 65: Isaías 65

Reprobación del culto ilícito

65 1 Yo me dejé consultar por los que no me interrogaban;
salí al encuentro de los que no me buscaban.
Yo dije: "¡Aquí estoy, aquí estoy!"
a una nación que no invocaba mi Nombre.

2 Tendí mis manos incesantemente
hacia un pueblo rebelde,
que va por un mal camino,
tras sus propios designios.

3 Es un pueblo que no cesa de provocarme
en mi propia cara,
sacrificando en los jardines
y quemando incienso sobre ladrillos.

4 Ellos se sientan en los sepulcros
y pasan la noche en las grutas,
comen carne de cerdo
y hay en sus platos un caldo inmundo.

5 Ellos dicen: "Apártate, no te me acerques,
porque te dejaría consagrado".
¡Esas cosas son una humareda en mis narices,
un fuego que arde todo el día!

6 Pero todo eso está escrito ante mí,
y no me quedaré callado,
sino que les daré su merecido
y se lo pondré en su propio pecho,
7 por sus culpas y las culpas de sus padres,
por todas juntas, dice el Señor.
Porque ellos quemaron incienso en las montañas
y me ultrajaron sobre las colinas,
yo les mediré su retribución
y la pondré en su propio pecho.

La suerte de los buenos y de los malos

8 Así habla el Señor:
Cuando se encuentra jugo en un racimo,
se dice: "No lo destruyas,
porque hay una bendición en él".
Yo obraré así a causa de mis servidores,
a fin de no destruirlo todo:
9 haré salir de Jacob una descendencia
y de Judá, a un poseedor de mis montañas;
mis elegidos las poseerán
y mis servidores habitarán allí.

10 El Sarón será un redil de ovejas
y el valle de Acor un corral de vacas,
para mi Pueblo que me habrá buscado.

11 Pero ustedes, los que han abandonado al Señor
y se han olvidado de mi santa Montaña,
los que preparan una mesa para la Fortuna
y llenan una copa para el Destino,
12 a ustedes, los destinaré a la espada
y doblarán la rodilla para el degüello.
Porque yo llamé, y no respondieron,
hablé, y no escucharon;
ustedes hicieron lo que me desagrada
y eligieron lo que yo no quiero.

13 Por eso, así habla el Señor:
¡Mis servidores comerán
y ustedes estarán hambrientos!
¡Mis servidores beberán
y ustedes estarán sedientos!
¡Mis servidores se alegrarán
y ustedes quedarán avergonzados!

14 ¡Mis servidores cantarán con júbilo en el corazón
y ustedes gritarán con el corazón dolorido,
gemirán con el espíritu desgarrado!

15 Ustedes dejarán su nombre a mis elegidos
para una imprecación: "¡Así te haga morir el Señor!".
A mis servidores, en cambio,
se los llamará con otro nombre.

16 Todo el que se bendiga en el país
se bendecirá por el Dios del Amén,
y todo el que jure en el país
jurará por el Dios del Amén,
porque las angustias pasadas habrán sido olvidadas
y estarán ocultas a mis ojos.

El nuevo cielo y la nueva tierra

17 Sí, yo voy a crear
un cielo nuevo y una tierra nueva.
No quedará el recuerdo del pasado
ni se lo traerá a la memoria,
18 sino que se regocijarán y se alegrarán para siempre
por lo que yo voy a crear:
porque voy a crear a Jerusalén para la alegría
y a su pueblo para el gozo.

19 Jerusalén será mi alegría,
yo estaré gozoso a causa de mi pueblo,
y nunca más se escucharán en ella
ni llantos ni alaridos.

20 Ya no habrá allí niños que vivan pocos días
ni ancianos que no completen sus años,
porque el más joven morirá a los cien años
y al que no llegue a esa edad se lo tendrá por maldito.

21 Edificarán casas y las habitarán,
plantarán viñas y comerán sus frutos:
22 no edificarán para que habite otro
ni plantarán para que coma un extraño,
porque mi pueblo vivirá tanto como los árboles
y mis elegidos disfrutaránde la obra de sus manos.

23 Ellos no se fatigarán en vano
ni tendrán hijos para un fin desastroso,
porque serán la estirpe de los bendecidos por el Señor,
ellos y sus vástagos junto con ellos.

24 Antes que llamen, yo les responderé;
estarán hablando,y ya los habré escuchado.

25 El lobo y el cordero pacerán juntos,
el león comerá paja como el buey
y la serpiente se alimentará de polvo:
No se hará daño ni estragos
en toda mi Montaña santa,
dice el Señor.
 
Capítulo 66: Isaías 66

El culto agradable al Señor

66 1 Así habla el Señor: El cielo es mi trono
y la tierra, el estrado de mis pies.
¿Qué casa podrán edificarme ustedes
y dónde estará el lugar de mi reposo?

2 Todo esto lo hizo mi mano
y todo me pertenece–oráculo del Señor–.
Aquel hacia quien vuelvo la mirada
es el pobre, de espíritu acongojado,
que se estremece ante mis palabras.

Contra la degeneración del culto

3 Se inmola un buey,
y se mata a un hombre,
se sacrifica un cordero,
y se desnuca un perro,
se presenta una oblación,
y se ofrece sangre de cerdo,
se quema un memorial de incienso,
y se bendice una iniquidad.
Porque ellos han elegido sus propios caminos
y se complacen en sus ídolos,
4 también yo elegiré sus desgracias
y les enviaré lo que más temen.
Yo llamé, y nadie respondió,
hablé, y ellos no escucharon,
sino que hicieron lo que me desagrada
y eligieron lo que yo no quiero.

La llegada imprevista de la salvación

5 ¡Escuchen la palabra del Señor,
ustedes que se estremecen ante su palabra!
Dicen sus hermanos, los que tienen odio contra ustedes
y los rechazan a causa de mi Nombre:
"Que el Señor manifieste su gloria,
así veremos la alegría de ustedes".
Pero son ellos los que se avergonzarán.

6 Una voz retumba desde la ciudad,
una voz sale del Templo:
es la voz del Señorque retribuye a sus enemigos.

7 Antes de las contracciones, ella dio a luz;
antes de que le llegaran los dolores,
dio a luz un hijo varón.

8 ¿Quién oyó jamás algo semejante,
quién ha visto una cosa igual?
¿Se da a luz un país en un solo día?
¿Se hace nacer una naciónde una sola vez?
Pero Sión, apenas sintió los dolores,
ha dado a luz a sus hijos.

9 ¿Acaso yo abriré la matriz
y no haré dar a luz?, dice el Señor.
¿Acaso la voy a cerrar,
yo que hago nacer?, dice tu Dios.

La felicidad de Israel y el castigo de sus enemigos

10 ¡Alégrense con Jerusalén
y regocíjense a causa de ella,
todos los que la aman!
¡Compartan su mismo gozo
los que estaban de duelo por ella,
11 para ser amamantados y saciarse
en sus pechos consoladores,
para gustar las delicias
de sus senos gloriosos!

12 Porque así habla el Señor:
Yo haré correr hacia ella
la paz como un río,
y la riqueza de las naciones
como un torrente que se desborda.
Sus niños de pecho serán llevados en brazos
y acariciados sobre las rodillas.

13 Como un hombre es consolado por su madre,
así yo los consolaré a ustedes,
y ustedes serán consolados en Jerusalén.

14 Al ver esto, se llenarán de gozo
y sus huesos florecerán como la hierba.
La mano del Señor se manifestará a sus servidores,
y a sus enemigos, su indignación.

15 Porque ya viene el Señor en medio del fuego
–sus carros son como un torbellino–
para descargar su ira con furor
y sus amenazas con las llamas del fuego.

16 Porque el Señor entra en juiciocon todos los vivientes
por el fuego y por su espada,
y serán numerosas las víctimas del Señor.

Contra los ritos paganos

17 Los que se santifican y se purifican
para entrar en los jardines,
detrás de uno que va en el medio;
los que comen carne de cerdo,
animales inmundos y ratas,
serán aniquilados todos juntos
–oráculo del Señor–
con sus obras y sus pensamientos.

La ofrenda de todas las naciones

18 Entonces, yo mismo vendré a reunir a todas las naciones y a todas las lenguas, y ellas vendrán y verán mi gloria.

19 Yo les daré una señal, y a algunos de sus sobrevivientes los enviaré a las naciones: a Tarsis, Put, Lud, Mésec, Ros, Tubal y Javán, a las costas lejanas que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria. Y ellos anunciarán mi gloria a las naciones.

20 Ellos traerán a todos los hermanos de ustedes, como una ofrenda al Señor, hasta mi Montaña santa de Jerusalén. Los traerán en caballos, carros y literas, a lomo de mulas y en dromedarios –dice el Señor– como los israelitas llevan la ofrenda a la Casa del Señor en un recipiente puro.

21 Y también de entre ellos tomaré sacerdotes y levitas, dice el Señor.

22 Porque así como permanecen delante de mí el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré –oráculo del Señor–, así permanecerán la raza y el nombre de ustedes.

23 De luna nueva en luna nueva, y de sábado en sábado, todos vendrán a postrarse delante de mí, dice el Señor.

24 Y al salir, se verán los despojos de los hombres que se han rebelado contra mí, porque
su gusano no morirá,
su fuego no se extinguirá
y serán algo horrible para todos los vivientes.